Las Fiestas del Pilar no suelen ser fechas propicias para ganar en la Romareda. Es algo que se repite con frecuencia, aunque últimamente ta...

Las Fiestas del Pilar no suelen ser fechas propicias para ganar en la Romareda. Es algo que se repite con frecuencia, aunque últimamente tampoco conseguimos triunfos en el estadio municipal. Nos han ganado el Valladolid, el Málaga y el Getafe en este comienzo de temporada, algo que sonroja al león rampante de nuestro escudo. Quizás la derrota de ayer fuera la más sangrante por injusta; dos expulsados y un penalty en contra son demasiado para un equipo muy justo en el apartado físico y con sus mejores futbolistas lejos de su mejor momento de juego.
Dije que me parecía un error alinear a Romaric para dejar a Apoño fuera en beneficio de Aranda. El experimento duró ocho minutos, hasta que fue expulsado el jugador africano. Desde ese momento, lo que pretendía Jiménez al poner a dos delanteros arriba, tuvo que ser modificado por la inferioridad numérica. Y aunque se aguantó, el Getafe jugó cómodo y a la espera del cansancio de los blanquillos.
Muñiz estaba con ganas de marcha y se gustó en la Romareda. Hizo de su capa un sayo y se inventó un penalty pasado el primer cuarto de hora de la segunda parte. El cuerpo le pedía un escándalo y buscó a quíen echar a la calle, encontrando al final a Álvaro. Roberto casi para el penalty pero, con el 0-1 y dos menos, el partido estaba decidido. Fue el guardameta zaragocista el que se convirtió en el mejor jugador del equipo al detener hasta cinco claros balones de gol y evitar un marcador de escándalo. Eso sí, el coraje mostrado por los futbolistas blanquillos fue encomiable y estuvo cerca el empate en los últimos minutos de partido.
De todas formas, volvemos a estar abajo en la clasificación y con seis puntos en siete partidos, con quince días para darle vueltas a la cabeza a una situación que ya conocemos, un viaje a Granada donde nos esperarán con el recuerdo de la temporada pasada y un calendario que tiene pinta de dejarnos como colistas rezagados si se cumplen los peores pronósticos.
Fue un comienzo de Pilares muy amargo, que se fue complicando según avanzaba la tarde. Ya en el coche, puse la radio para escuchar el final del programa con las entrevistas del CAI Zaragoza y el pregón; se me cayó el alma a los pies cuando escuché el "canto a la libertad" de Labordeta en versión flamenca y extendida, interminable. Como puse en mi twitter, con el debido respeto al mestizaje musical y a la mezcla de culturas, me pareció inconveniente. No me gustó en absoluto y por los pitidos que escuché y la respuesta de mis seguidores en internet, creo que a la mayoría tampoco. Los experimentos, con gaseosa y las frivolidades, las menos posibles en los tiempos que corren. Menos mal que Teresa Perales, con su voz clara y firme pese a la emoción, nos devolvió a la alegría de ¿las fiestas?
Una vez en el centro, con el coche en un parking, lo primero que me encontré en los aseos del aparcamiento fue un peñista vomitando por suelos y paredes del retrete, sin acertar en el inodoro. Eran las nueve y veinte de la noche... A la salida, decenas de críos sentados en el suelo con botellas de licor, algunos con el sentido perdido mientras comían apoyados en las paredes de los edificios y dejaban todo perdido. Entrar en cualquier bar era imposible porque, entre la gente fuera fumando entorpeciendo el paso al establecimiento y los que estaban dentro, la misión era más que imposible. Conseguimos entrar en un garito donde el camarero parecía tenerme manía porque no había forma de que me atendiese. Cuando vio que empezaba a cabrearme me sirvió los dos pinchos de tortilla pedidos y, justo cuando iba a morder por fin el suculento manjar, un tipo gordo me empujó mientras eructaba ruidosamente, haciendo volar el pan, el palillo y la tortilla. Renuncié a darle un bocado al huevo relleno que me ofrecía y compartí con mi mujer el pincho que ella guardaba como un tesoro. Salimos pitando del lugar y noté que alguien, en el follón que había a la altura de la Diputación Provincial, quería meter la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta. Intenté agarrarle pero se escapó entre la multitud sin conseguir el supuesto botín, pero elevando mi mala leche a niveles insospechados cuando solamente eran las diez y media de la noche.
Ya al final de San Vicente de Paúl, mientras una amable señora me preguntaba los motivos de la emisión tardía de "El Avispero" y si no se podía adelantar el programa, un imbécil hizo estallar un petardo de enormes proporciones en la misma acera. Además del susto, la explosión nos provocó el consiguiente zumbido y dolor de oídos que terminó por obligarnos a abandonar nuestro recorrido por la ciudad para "pasarlo de puta madre" entre la basura de las calles y las borracheras de gentes de todo tipo que buscan la excusa de la permisividad de las fiestas para dar rienda suelta a sus adicciones.
Total, que nos fuimos con paso firme y decidido al coche para regresar a casa en torno a las once y cuarto de la noche. Curioso, en todo el trayecto desde la Romareda al centro, nuestro generoso paseo a pie y el rereso a mi casa, en la maren izquierda del Ebro, no vi un solo policía local o nacional. A ninguno. Algo que extraña y preocupa por la aglomeración de personas que se produjo en el primer día de fiestas. ¿Dónde estaban?
Ya en la comodidad del hogar, preparamos unos suculentos manjares, abrí una buena botella de vino y cenamos como reyes con el sonido de Interpeñas como fondo. Eso sí, pensando en el cuerpo que algunos tendrían intoxicados por el alcohol, pasados de droga y sin dormir, acudiendo por la mañana a las vaquillas.
¡Joder, qué envidia!

Hola, buenos días. La operación fue un éxito pero falleció el paciente. Es una frase que uso con mucha frecuencia porque resulta muy gráfi...

Hola, buenos días. La operación fue un éxito pero falleció el paciente. Es una frase que uso con mucha frecuencia porque resulta muy gráfica y perfectamente descriptiva. En Mestalla el Real Zaragoza disparó más veces a puerta y generó más ocasiones que en otros partidos, pero le faltó definición y eficacia. Una derrota más, la cuarta en seis partidos, sin habernos enfrentado al Real Madrid y Barcelona cuyos encuentros se cuentan por fracasos los últimos años.
No se trata, como dice Jiménez, de ofrecer una buena imagen. Hay que conseguir resultados y la mejoría, aunque se notó en Mestalla, no fue suficiente. Y me preocupa que el entrenador se refugie en la mala suerte o en la mejor definición que el rival. Es grave que cuatro equipos de esta Liga, sin hacer mucho más que el Real Zaragoza para ganar, lo hayan hecho con facilidad. Nos marcan gracias a errores del sistema defensivo y no acertamos con la meta adversaria pese a tener claras ocasiones de gol.
No tener la plantilla cerrada hasta septiembre tiene estas cosas porque algunos jugadores no conocen el equipo, otros no llegan en forma y algunos les falta la chispa necesaria para desarrollar todo su potencial. Es indudable que Apoño y Romaric marcarán la diferencia, pero ambos están muy lejos de ser los pilares del proyecto de Jiménez. Molestias, falta de fondo, limitaciones físicas, que dejan a un lado el talento de ambos y su aportación eficaz a los triunfos blanquillos.
Perder en Valencia no es un drama pero se van agotando las posibilidades de asumir con tranquilidad el arranque de la temporada, como ocurriese los años precedentes. Y la paciencia de la afición se agota, mucho más ahora cuando Agapito desde la distancia se ha hecho fuerte y las diferentes propuestas organizadas del zaragocismo han perdido consistencia. Lo peor sería que la gente fuera abandonando el espíritu colectivo de una afición que, con su constancia, ha mantenido con vida el Real Zaragoza.

Apenas he tenido tiempo de respirar estas dos últimas semanas por la avalancha de acontecimientos que he tenido que afrontar, especialme...

Apenas he tenido tiempo de respirar estas dos últimas semanas por la avalancha de acontecimientos que he tenido que afrontar, especialmente el nuevo escenario televisivo de "El avispero". Diferente medio de comunicación, distinto sistema de trabajo, muchas horas de presencia en los estudios, plató y despachos, que me han obligado a solucionar lo urgente y, a veces, a dejar para más tarde lo importante. Y para mi también es satisfactorio dirigirme a los seguidores de este blog, que es una forma de comunicarme con ellos sin la obligación profesional que tengo con mis actividades periodísticas. El caso es que los modelos de los medios de comunicación van modificándose a través de las costumbres de los oyentes y espectadores. Cada vez más se elige a la carta, es decir, que se escuchan o se ven las descargas por internet de los programas siempre y cuando no pierdan vigencia.
Esa experiencia es notoria es "El Avispero", dado que su hora de emisión es desconocida hasta el mismo día de su emisión y variable, entre las 23:50 y las 00:40 horas. Cualquiera puede ver el programa en el autobús a las siete de la mañana a través del teléfono portátil, o aprovechar que non hay nada interesante en la pequeña pantalla para acudir a la "televisión a la carta". En la radio también es muy común que un nutrido grupo de oyentes no ponga la radio por la noche porque se acuesta antes de la medianoche y desayune con "Tiempo Extra".
Mientras tanto, el Real Zaragoza sigue en una situación irregular que sigue preocupando a una mayoría de seguidores blanqyuillos. Es cierto que es muy positivo ganar, estimulante que se consiga en la Romareda y más maravilloso todavía hacerlo frente a Osasuna. Pero no nos engañemos, otra vez el equipo se vino abajo a los veinte minytos, encajó un tanto por un error defensivo muy grave y le dio la vuelta al marcador gracias a un gol en propia puerta de los navarros y un penalty mediada la segunda parte. ¿Dónde está Romaric? ¿Qué le pasa realmente? ¿Qué ocurre con jugadores como Oriol o Babovic que desaparecen de las convocatorias según sus declaraciones? ¿Por qué sigue Jiménez echándole la culpa al césped del juego de su equipo? ¿En qué medida cerrar la puerta a la prensa significa que no está de acuerdo con las valoraciones de los medios de comunicación?
Los próximos partidos darán la medida real del equipo aragonés; nos marchamos a Valencia y recibimos al Getafe. Consiste en seguir sumando puntos, en perder de vista las posiciones de descenso y mejorar cada día. La puesta a punto física de algunos jugadores es fundamental y se trata de trabajar en ello para que el Real zaragoza no sea solamente un equipo que sepa neutralizar al rival, sino que incluso piense en crear juego y generar ocasiones de gol.

Todas las temporadas tienen algo diferente y hay que aprovechar los cambios que te depara el destino. Agradezco la oportunidad que me ofr...

Todas las temporadas tienen algo diferente y hay que aprovechar los cambios que te depara el destino. Agradezco la oportunidad que me ofrece Aragón TV para presentar un programa diferente a una hora poco habitual y de carácter diario, además de las facilidades que Rosa Pellicero me ha concedido para simultanear "Tiempo Extra" con "El Avispero". Porque voy a volcarme en hacer cada vez más más intenso y popular el programa de radio, de carácter íntimo y cercano, que puse en marcha sin conocer la magnífica respuesta de la audiencia. Pero, del mismo modo, me siento con fuerzas e ilusión para iniciar una aventura televisiva con tantas incertidumbres e interrogantes como apasionante en sí misma.
La confianza de Pepe Quílez, que Pedro Hernández haya apostado por un veterano periodista como yo para presentar el programa que dirige, o el apoyo de Óscar Marco y especialmente de Jorge San Martín en las dificultades propias de un nuevo producto, han amortiguado la excitación y las dudas que podría albergar ante este reto. Va a ser un estrés tremendo cambiar estudio de radio al plató de TV, con un par de minutos de tiempo para bajar las escaleras, escuchar las indicaciones de última hora por el auricular, saludar a los contertulios, certificar las declaraciones, las imágenes, definir los temas de la tertulia...
"El Avispero" será un programa de opinión, debate, actualidad y zaragocismo. Buscar un hueco para hablar de los nuestro; con pasión, intensidad y firmeza. Plural y seguramente controvertido o polémico, con personajes que se irán creando a medida que los programas vayan pasando. Los espectadores elegirán con los tertulianos que se identifican y a los que no soportan, según las opiniones que viertan durante el programa.
El twitter es @elavispero_ATV y todo el que lo desee podrá enviar sus mensajes. Os espero desde mañana a las 23:55 horas, después de "Tiempo Extra". Las pocas veces que coincidan ambos programas unos minutos siempre se puede llevar la radio mientras se ve la televisión.
Gracias anticipadas por vuestro interés, comprensión y apoyo.

Una nueva desilusión, aunque parece que recibida con resignación por el público que acudió el sábado a la Romareda. El coliseo zaragozano ...

Una nueva desilusión, aunque parece que recibida con resignación por el público que acudió el sábado a la Romareda. El coliseo zaragozano hace mucho tiempo que no es inexpugnable y cualquiera saca rendimiento de un lugar que ya no impone respeto. El Málaga, sin apenas rematar a puerta y con suma facilidad, se llevó los tres puntos ante la inoperancia ofensiva de los blanquillos y con errores puntuales que cuestan derrotas dolorosas. La sombra de las ausencias es demasiado alargada y que no jugara Apoño restó creatividad en el centro del campo, donde solamente aguantó media hora Romaric. Así, aunque José Mari trabaje y ocupe una gran superficie en la zona medular, Pinter sigue sin saber ubicarse y es imposible nutrir de balones al solitario Postiga.
Es cierto que Roberto apenas recibe disparos a puerta, que Álvaro tiene muy buena pinta y que Montañés o Víctor Rodríguez han respondido al reto de jugar en Primera División. Pero no es suficiente. Falta liderazgo, madurez y definición. Intentar por la heroica situar a Ortí y Aranda como atacantes para encontrar el empate por aplastamiento no resultó. Se crearon menos ocasiones incluso que en la primera parte, donde hubo más llegada y presencia en el área malacitana.
Se echó de menos la presencia de Babovic, que si estaba incluido en la convocatoria era porque podía jugar. Desde la segunda linea hubiera sido más efectivo el ataque, sin romper en dos el equipo. Pero esto es hablar en hipótesis porque a toro pasado es sencillo acertar y nadie sabe lo que podía haber ocurrido.
Jiménez se quejó del estado del terreno de juego, de la falta de elementos en su plantilla que le otorguen la competitividad necesaria para ganar los partidos. Y dejó muy claro que el objetivo era eludir el descenso.
Incluso se quejó supuestamente de los comentarios que valoraban la posibilidad de conseguir otros logros de mayor calado. Parecía que se quejaba en este sentido de la prensa, aunque el único que habló de la Europa League fue el presidente ejecutivo, Fernando Molinos. Supongo que las críticas no irían hacia él pero creo que nadie más ha expresado una declaración de intenciones en ese sentido.
No lo sé, pero la situación ya vuelve a ser delicada como en las temporadas anteriores aunque es verdad que la plantilla parece mejor, hay una mayoría de jugadores de origen español y han primado los fichajes en detrimento de las cesiones. Quince días son demasiados hasta que se vuelva a jugar y los dos próximos adversarios son la Real Sociedad y Osasuna, equipos a los que se debe ganar para no hundirnos otra vez en  el pozo de los puestos más bajos de la tabla con el sufrimiento que conlleva arrastrarse por el fango.

La afición del Real Zaragoza ha disfrutado del comienzo de la semana con la victoria en Cornellá y con la ilusión de incorporar a un nuevo...


La afición del Real Zaragoza ha disfrutado del comienzo de la semana con la victoria en Cornellá y con la ilusión de incorporar a un nuevo futbolista. Los triunfos calman la ansiedad y con el equipo en construcción es importante conseguir puntos para no vernos de nuevo en la cola de la tabla.
Stefan Babovic es la sorpresa, viene para completar el centro del campo ofensivo blanquillo con recursos diferentes a los que tienen los actuales medios del conjunto aragonés. Radomir Antic le conoce bien y me ha asegurado que se trata de una excelente adquisición para el equipo de Jimenez. Sale, sorprendentemente, Porcar que parecía estar llamado a progresar en el Real Zaragoza, que se ha "españolizado" con respecto a las últimas temporadas. Tampoco Javi Álamo parece contar con el entusiasmo del técnico andaluz que ha visto, por contra, en José Mari una solución al contratiempo que supone la pubalgia de Romaric.
Así las cosas esperamos la llegada del Málaga con deseos de ganarle al equipo andaluz y empezar a respirar con cierta tranquilidad en una Liga que parece peor que la pasada. Apenas se han realizado fichajes de importancia y el nivel es de perfil bajo, lo que favorece la permanencia de los blanquillos.
Me gustó que Jiménez buscase el triunfo en Barcelona el sábado; hasta ahora, en esas circunstancias, lo normal hubiera sido asegurar el resultado y aguantar hasta el final. Este cambio de actitud me parece muy interesante y digno de reseñarlo. Especialmente cuando salió bien y significó que se marcase el tanto de la victoria.
Sigo cruzando los dedos con fuerza, me resisto a dejarme llevar por la relajación. Espero que la regularidad marque el futuro más inmediato y podamos gozar del fútbol sin el miedo al descenso o incluso la desaparición de las últimas temporadas.

Fue muy gratificante regresar a la Romareda después de un año de exilio forzado por la Liga de Fútbol Profesional. Y con todos los derechos ...

Fue muy gratificante regresar a la Romareda después de un año de exilio forzado por la Liga de Fútbol Profesional. Y con todos los derechos adquiridos a través de todos estos años de coexistencia de las emisoras de radio con el fútbol, sin la aberración de pagar por informar con libertad a través de un medio de comunicación. De los 1.200 euros exigidos pasamos a los 98, que parecen razonables en concepto de utilización de cabina, electricidad, seguridad y demás bagatelas. Volver a respirar el ambiente de las gradas, el contacto con el público y la sensación de formar parte del espectáculo, recargó unas baterías dispuestas a utilizarlas para cantar el primer gol y la victoria blanquilla.
No pudo ser, ni hubo goles ni tampoco victoria. Fue la primera derrota a manos de un recién ascendido con mucho oficio, buen toque de balón y que aprovechó su oportunidad para conseguir el tanto de la victoria. Si exceptuamos el arranque de los zaragocistas al comienzo de cada uno de los tiempos, me dio la impresión que el equipo llegaba muy justo físicamente, sin eficacia ofensiva y con un grave desequilibrio defensivo. Falta mucho para que el conjunto de Jiménez esté hecho y con posibilidades de ser competitivo esta Liga.
La primera, en la frente. Con los destellos de futbolistas como Álvaro, Montañés y José Mari, la regularidad de Roberto y la preocupación por Apoño y Romaric; el primero porque se fundió ya en la primera parte y el segundo porque sus molestias en el pubis le hacen desaparecer del terreno de juego.
Y en cuanto al público, me gustó que la afición respondiese y acudiese más de lo esperado a la Romareda. El ejemplo de los seguidores blanquillos es tremendo y se agranda cada temporada. Pero la afición no juega y las victorias se consiguen sobre el campo, aunque el estado del césped de la Romareda anoche fuera como nunca. Quemado, inrregular, impropio de un club de Primera División.
Otra vez toca sufrir, esperar los últimos fichajes y conceder a los adversarios tres o cuatro jornadas de ventaja.

La llegada de Fernando Molinos se produce con la misma carga mediática y la sincronización de los tiempos que siempre ha impregnado Agapito...


La llegada de Fernando Molinos se produce con la misma carga mediática y la sincronización de los tiempos que siempre ha impregnado Agapito en su mandato. Lo hace después de una duras negociaciones con Manolo Jiménez donde parece que realmente le ha entregado el timón en el plano deportivo. Pero sin hacer declaraciones, al margen de la avalancha de dudas que tantas semanas de reuniones han provocado en la afición. Lo mismo ocurre con el ex vicepresidente deportivo del RCD Espanyol, hombre fuerte del máximo accionista del conjunto perico y que asume un gran reto con su decisión de aceptar la presidencia ejectiva del club aragonés.
Le avala su intachable carrera en su club de toda la vida, donde fue jugador, director deportivo y consejero entre otros cargos en varios ciclos de su vinculación blanquiazul. Pero su futuro está en entredicho por haber sido elegido por Agapito como su prolongación en el Real Zaragoza. Eso es lo que opina gran parte de la afición pese a reconocer la importante proyeccción deportiva y de gestión de Molinos.
El nuevo "hombre fuerte" del Real Zaragoza destaca por su capacidad de diálogo y su tranquilidad. No se prodiga en los medios de comunicación y es un hombre discreto que jamás se ha visto mezclado en asuntos oscuros del fútbol. Buen gestor, con capacidad de diseñar proyectos deportivos razonables y eficaces y sin enemigos declarados en el difícil mundo del balompié nacional.
Sin criticar a su mentor ha dicho que en el Real Zaragoza hay que trabajar de manera diferente y con unos criterios muy distintos a los que se estaban ejecutando. Y asegura que Agapito le va a dejar trabajar, planificar y ordenar el Real Zaragoza sin injerencias de ningún tipo.
Viene, en principio, por una temporada y cobrará por su trabajo. Quizás con el encargo de ser un presidente de transición capaz de crear una estructura de club, organizar la cantera y darle credibilidad al proyecto pese a que siga detrás el máximo accionista.
No lo sé, tengo la necesidad de creer, del mismo modo que aún se iluminaba en mi corazón una tenue luz cuando la razón me decía que íbamos a descender. Quizás de verdad vaya a producirse el cambio y los diferentes movimientos sociales impulsados por la afición zaragocista le hayan hecho abandonar a Agapito, aunque sea porque está ya harto de ser el centro de la atención de una afición que desea disfrutar con su club y le ha demostrado su más absoluta aversión.

He esperado mucho para escribir en mi blog sobre lo que ha ocurrido desde el épico partido de Getafe hasta ahora. He comentado en la radi...

He esperado mucho para escribir en mi blog sobre lo que ha ocurrido desde el épico partido de Getafe hasta ahora. He comentado en la radio y la televisión, he publicado en otros foros mi opinión pero me sentía cansado para aislarme y comentar este convulso final de temporada. Tanta tensión, frustración, esperanza y dramatismo han sido demasiado incluso para mi, que he terminado agotado y con la necesidad de encontrar tiempo para desconectar de la realidad. No ha sido posible porque los programas en la radio continúan, la renovación de Manolo Jiménez nos tiene en vilo y la construcción de la plantilla es algo que nos preocupa a todos. Dispongo de menos efectivos por las merecidas vacaciones de mis colaboradores y tengo por delante la puesta en marcha del Curso de Verano de Periodismo Deportivo en la Comarca de Daroca y el cierre del Título de Experto en Periodismo Deportivo del próximo mes de octubre, ambos con la Universidad San Jorge.
Los días pasan con rapidez y se consumen a sí mismos. La crisis lo atrapa todo y se agarra incluso al fútbol... no sé si la próxima temporada podré acudir a los estadios y normalizar la transmisión de los partidos, deseo contar por lo menos con el mismo presupuesto desde septiembre para llevar a cabo la programación deportiva en Aragón Radio y me gustaría disponer del alumnado suficiente para poner en marcha mis objetivos universitarios.
Disfruté organizando el operativo del 13 de mayo en Getafe, un estudio levantado cerca del estadio y que recibió la visita de centenares de zaragocistas. Quiero agradecerles nuevamente a todos ellos las muestras de complicidad y cariño, su audiencia y el grado de compromiso que han demostrado con el movimiento blanquillo para su agónica supervivencia. Ganar en el Coliseo Alfonso Pérez fue un alivio y nada fácil, como transmitir el partido a espaldas del escenario del encuentro y a través de las imágenes de televisión.
Luego vino la incertidumbre, la presencia en la pieza de calificación de la APARZ, las dudas de Jiménez, el rosario de nombres de ex zaragocistas para componer la comisión deportiva. Las salidas de Esnáider, Luis Costa, Manolo Nieves y Pedro Herrera que dejan huecos por cubrir en un proyecto tan sospechoso como los últimos años.
Fue también muy interesante la respuesta de los ex jugadores, los periodistas, las peñas, los foros, los diferentes movimientos y plataformas que acudieron al auditorio de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión para debatir sobre el futuro del Real Zaragoza. La gente se involucró y dejó muy claro que la única solución sería la salida de Agapito Iglesias de la presidencia porque el paso atrás no se lo cree nadie.
Ahora solamente queda esperar, dejar que los acontecimientos se precipiten y que sepamos cómo se dibuja el futuro del club aragonés. Porque ahora todo son especulaciones y ninguna realidad, lo que obliga a estar muy atentos a los próximos movimientos.

La radio siempre avanza y es capaz de provocar nuevas sensaciones. La experiencia de levantar un estudio en la plaza Eduardo Ibarra, frente...

La radio siempre avanza y es capaz de provocar nuevas sensaciones. La experiencia de levantar un estudio en la plaza Eduardo Ibarra, frente a la Romareda, para transmitir a través de las imágenes de la televisión fue un éxito. Tanto de audiencia, como de experiencia personal con los oyentes, seguidores del Real Zaragoza en un partido trascendental para la permanencia. Es imposible que pueda agradecer a tantas personas que se acercaron al set de Aragón Radio su cariño conmigo y, en general, con mi equipo. En los minutos previos al comienzo del partido, su curiosidad. Al final, la tremenda satisfacción por una victoria que nos da una semana más de vida y que nos permite depender de nosotros mismos en Getafe. Pero en las cuatro horas de programa, su solidaridad con la injusticia y quebranto a la libertad de información que supone la prohibición de la entrada de las emisoras de radio a los estadios. Escuchar el rugido de la afición en el coliseo zaragozano, compartir el nerviosismo, la tensión del momento, la incertidumbre de un resultado, fue muy gratificante.
Me saludaron personas mayores que yo, gente de mi edad, jóvenes y críos que aman en su inocente corazón al Real Zaragoza aunque solamente conozcan el dolor de las derrotas y salvaciones in extremis. Una tarde, que se convirtió en noche, con la luna llena iluminando el cielo sobre la Romareda, y que se prolongó hasta que llegó la madrugada para muchos que celebraron el derecho a seguir sufriendo.
Me molesta que desde Granada se dude del Real Zaragoza. Que se piense que el Athletic, el Levante o el Racing no hicieron lo posible por ganar en la Romareda. A mi me da la impresión que no nos ha regalado nadie nada, como tampoco el equipo nazarí cuando perdió en nuestro estadio. Y que se lancen acusaciones sin pruebas, lo que puede llegar a ser presuntamente un delito. Porque difama, que algo queda. Y no me pareció correcta la actuación de los responsables granadinos en sus declaraciones previas y posteriores, dudando de la honorabilidad de Clos Gómez. Cuando queda claro que fue penalty el placaje y derribo a Cristiano y ellos se metieron el gol en propia puerta. Y los insultos de jugadores que perdieron los papeles, del que le arrojó la botella a la cara al árbitro aragonés. Sobre el origen del colegiado se les llenó la boca hablando de la procedencia zaragozana de Clos, ignorando u ocultando que el trencilla de la Romareda era andaluz. He tenido que soportar los insultos de algunos seguidores rojiblancos, completamente desaforados, que han arrojado la toalla cuando queda un partido por jugar. Lástima que no se tenga la educación y el respeto debido a las opiniones de los demás cuando la comunicación se produce sin mirarse a los ojos. Los hay también ignorantes y acomplejados que comparten mi espacio vital en las redes sociales y se tachan de zaragocistas, limitados en su inteligencia y atormentados por su propia pobreza emocional. Buscando su minuto de gloria y excitados con el contacto en la red a través de twitter.
Por último, y dejándome llevar por la nostalgia, haré referencia a una efemérides, a la muerte de mi padre hace ocho años. Un 7 de mayo, en una mañana luminosa de primavera, en paz con el mundo y con su alma. Poco después de conseguir el Real Zaragoza su última Copa del Rey. Afortunadamente sin llegar a imaginar el tremendo desastre que poco después sufriría el club y que nos ha llevado a un tiempo de tinieblas y amargura. Muchas veces echo de menos consultarle decisiones que debo tomar, conocer su impresión sobre dudas que me asaltan sobre una profesión que es cada vez más complicada en un mundo en crisis y egoísta. Que encuentra solamente la soledad cuando busca desesperadamente comunicarse, pero que es tan soberbia que solamente se escucha a sí misma.

He esperado un par de días para escribir sobre el triunfo del Real Zaragoza en la Romareda contra el Athletic. No quiero que la euforia nub...

He esperado un par de días para escribir sobre el triunfo del Real Zaragoza en la Romareda contra el Athletic. No quiero que la euforia nuble la realidad de los acontecimientos y contamine mi escepticismo. Fue un triunfo importante, merecido y con un gran esfuerzo de los jugadores pero no olvidemos que el equipo bilbaíno llegó con bajas importantes por las rotaciones y con la mente puesta en las dos finales que deben de disputar. Aún debemos ganarlo todo y esperar a lo que hagan los demás, lo que nos deja en una situación precaria para el futuro más inmediato.
Mañana jugamos contra el Levante, un equipo admirable que ha sabido aprovechar al máximo todos sus recursos y posibilidades dándole otro aire a la Liga. No bajarán los brazos en la Romareda y llegarán sin más presión que la que ellos mismos se pongan. Por eso serán más peligrosos ante un Real Zaragoza agotado, con bajas y la necesidad de ganar.
La afición será otra vez muy importante en este partido, como lo ha sido últimamente. Los ánimos desde las gradas cubrirán los vacíos de juego, el cansancio de los futbolistas, la impotencia si el marcador es adverso. Se trata de una gran responsabilidad para los jugadores que saben de la absoluta implicación de la hinchada blanquilla. Y que están en deuda con la gente que acude al campo y crea un ambiente favorable para ellos.
Solamente nos queda esperar, disfrutar con el sufrimiento que nos lleva al éxito, confiar en los jugadores y que los demás fallen. En este doble juego se basa nuestra permanencia, lo que le da más emoción a la jornada.

Lamento ser tan crítico pero creo que la plantilla no ha rendido al límite de sus posibilidades, espcialmente en comparación con la afició...

Lamento ser tan crítico pero creo que la plantilla no ha rendido al límite de sus posibilidades, espcialmente en comparación con la afición zaragocista. Creo que han bajado los brazos antes de tiempo o han fundamentado la permanencia en la Romareda olvidándose de Mallorca. Fútbol ramplón, sin tensión, sin profundidad y sin fe, carente de los deseos de sumar puntos para rentabilizarlos en las últimas jornadas. Como un golpe de autoridad frente al Granada y especialmente ante el Villarreal, que se ven en primera gracias a la falta de exigencia del Real Zaragoza.
No me esperaba una respuesta tan vacía y con tan pocos argumentos como en el estadio bermellón. Sin disparar a puerta es imposible marcar, sin presionar no es fácil arrebatar balones al contrario, sin fijar la defensa en las jugadas de estrategia le damos ventaja a los demás. Total, un auténtico fiasco en una jornada donde todos los demás se posicionan y nosotros hemos quedado retratados.
Porque el Athletic y el Levante buscan Europa, al margen de haber cubierto sus expectativas esta Liga ambos clubes, los próximos rivales y que acudirán con una tensión positiva mucho más enriquecedora que nuestra miseria. Esperar que los demás fallen sin ganar nosotros es tan estúpido como inútil. Y así nos luce el pelo.
Queda menos de un mes, solamente cuatro jornadas, con unas opciones mínimas de permanencia. Tiene  que pasar muchas cosas para que nos veamos favorecidos por la fortuna y no somos capaces de luchar por lo nuestro. Sin dar un paso al frente es imposible caminar; nos quedamos atrás por la cobardía que alimenta el miedo, por la resignación que da la autocompasión, por las urgencias de terminar como sea, con tal de no prolongar más la agonía.
Otra vez la afición ha sido más fuerte, más intensa, más comprometida con el club y con su historia. Si no se le gana al Athletic la Segunda División será un hecho. posiblemente vuelvan a cargarse las tintas contra el presidente y máximo accionista que podría haber llegado a pensar que, en Primera División, la gente olvidaría el pasado y él se convertiría otra vez en el "mesías" de un club que no necesita de este tipo de salvadores para subsistir.
La pregunta es si realmente ocurrirá algo si se certifica el descenso antes de terminar la temporada.

No fue el partido que esperaba; mejor dicho, no era el que deseaba. Fue trabado, intermitente, feo y con muchos nervios; demasiados. El Gr...

No fue el partido que esperaba; mejor dicho, no era el que deseaba. Fue trabado, intermitente, feo y con muchos nervios; demasiados. El Granada tiene más calidad y ahora cinco puntos más que nosotros tras la victoria zaragocista, lo que es una buena noticia. Una más, imprescindible para seguir en la lucha. Queda muy poco tiempo para el final de la Liga, menos de un mes, pero son muchos partidos y todos imprescindibles. Hay que ganarlo todo para conseguir la permanencia y parece demasiado.
Fue decepcionante el partido en Sevilla, donde el equipo no dio la talla. Y se perdieron tres puntos vitales, incluso el empate hubiera valido. Pero llegamos al final de esta Liga muy justos y con un tremendo cansancio, con la presión de la necesidad de ganarlo todo. Un solo error sería tremendo, la hecatombre dentro de una situación extraordinaria donde la afición ha vuelto a ser quien lidere el club tras el abandono del presidente. Un abandono testimonial, ya que no acude al palco de la Romareda pero alardea de las agónicas victorias del equipo.
Perdemos efectivos por lesión, por acumulación de tarjetas, por expulsiones... Cada uno de los encuentros que faltan para terminar la Liga son definitivos. Pero de uno en uno, sin pensar en el siguiente.
Queda lo más difícil y se trata de superar con éxito una situación muy complicada. No sé si se han disparado las expectativas de permanencia pero seguimos en posición de descenso y dependemos de los demás. Creo que hay que exigirles más a los componentes de la plantilla, estamos en el tramo final de la competición y no podemos fallar. Sería una faena que la afición blanquilla no merece. En absoluto.

Fueron muchos los sentimientos contrapuestos que experimenté tras la derrota de anoche en la Romareda. Es verdad que la entrega demostrada...

Fueron muchos los sentimientos contrapuestos que experimenté tras la derrota de anoche en la Romareda. Es verdad que la entrega demostrada por el equipo y la respuesta de la afición fue magnífica, digna de una noche épica en el estadio municipal. Me sentí orgulloso del zaragocismo, capaz de dar la cara en los momentos más difíciles y de mantener con vida la llama de la ilusión, por más tenue que sea su luz. No pude sentirlo en vivo, porque la codicia de los dirigentes deportivos impide la entrada de las emisoras de radio a los campos, pero lo que me transmitió el sonido ambiente que me llegaba y lo que observé a través de la frialdad de la televisión, me emocionó. Una hinchada capaz de resistir de este modo merece la recompensa de la permanencia y de un cambio en la dirección del club para acometer proyectos más sólidos y colectivos.
Pero la presencia de seguidores barcelonistas de origen aragonés infiltrados en las gradas que gritaron "a segunda, a segunda" cuando el equipo catalán remontaba y machacaba innecesaria e injustamente al Real Zaragoza, me dio pena. Por encima de la sorpresa, de la indignación, del enfado. Esa actitud es de personas acomplejadas, inferiores, que se dejan llevar por las modas y que reniegan de lo suyo para aparentar ser más que los demás.
Como ya he dicho muchas veces, creo profundamente en la libertad de expresión; pero hasta el límite del respeto a los demás. Cada uno puede sentir los colores de quien quiera, de animar en cada lugar que visite a su equipo, pero sin ofender al resto y menos en esta situación tan comprometida, tan injusta. Sí, el Barcelona tiene más títulos, más presupuesto, mejores jugadores, un número de abonados y seguidores mayor. Y más apoyo político y financiero, por supuesto. Pero, como dije anoche en twitter, "es más digno apoyar a tu equipo en la pobreza que regodearse del humilde con tu riqueza".
Los de siempre, media docena de personas con escasa formación y una pobre inteligencia emocional, me atacaron con lo de siempre: que hay que ser objetivo, que si el Real Zaragoza merece estar en Segunda, que si me pagan con el dinero de sus impuestos... Hay que ser imparcialmente subjetivo, porque somos sujetos y no objetos. En el periodismo deportivo forma parte del espectáculo la opinión del profesional y del medio. No tiene cabida la crónica aséptica, todos estamos comprometidos con alguna causa. Y el que se lleve las manos a la cabeza por eso no está en este mundo. Que el Real Zaragoza merece estar en Segunda es una aseveración contradictoria; es verdad que la gestión del club ha sido desastrosa y que fruto de ello el club esté en la ruina, no tenga patrimonio deportivo y que la fractura social sea un hecho. Pero esa culpabilidad recae exclusivamente en Agapito Iglesias y su equipo directivo. El Real Zaragoza como institución, como emblema de una Comunidad, como correa transmisora de varias generaciones de seguidores, no merece encontrarse en esta situación. Y es loable que muchos miles de persones estemos luchando por cambiar esa tendencia. Y en cuanto a la tontería de los impuestos, algunos tendrían que cerrar la boca tan fuerte que se partieran los dientes. Ni soy funcionario ni siquiera tengo contrato laboral con Aragón Radio. Administro una empresa de comunicación que presta unos servicios a la cadena pública con personal propio. Es decir, creo empleo y riqueza lo que mis escasos y patéticos detractores seguramente no harán. Se quejan de vicio generalmente los vagos y los parásitos. Los que ocultos en la oscuridad y en el anonimato esconden avergonzados su rostro. Porque puedes engañar a algunos, a muchos y a todos, pero nunca a ti mismo.
En fin, ellos sabrán. Yo me quedo con mi club, con mi gente y con mi Comunidad. No seremos los mejores, los primeros o los más ricos. Pero quiero con sentimiento lo mío. Y seguiré luchando por ello.

Me he tomado unos días de descanso activo, fuera de la locura que significa siete días a la semana ante los micrófonos y en los tiempos conv...

Me he tomado unos días de descanso activo, fuera de la locura que significa siete días a la semana ante los micrófonos y en los tiempos convulsos que nos tocan vivir. Desde Navidades no había parado un solo día y es necesario detenerse para mirar el horizonte y el ombligo propio, porque así tienes una mejor perspectiva de las cosas. Es emocionante comprobar que el equipo ha dado un giro inesperado y que el entorno ha tomado esta actitud como algo favorable para dejarse el resto. No va a ser fácil mantener el tipo y continuar con los marcadores favorales y se supone que los demás terminarán reaccionado. Bueno, lo teníamos todo perdido y se agradece que volvamos a estar ilusionados, aunque no tengamos la convicción de la permanencia. Son tantos los disgustos y decepciones que hemos soportado que es difícil dejarse llevar por el entusiasmo a estas alturas.
Entre papeles que hay que ordenar, compras que se deben hacer, pequeños arreglos domésticos que acometer, miro hacia adelante. Y lo veo todo muy difícil. Nada volverá a ser como antes, tendremos que acostumbrarnos a vivir con menos, nuestros plazos tendrán un final más cercano. Hay que aprovechar las pequeñas cosas para padecer menos la nostalgia, el recuerdo que a veces nos envuelve en épocas de mayor ilusión. Ahora es difícil que sonrías espontáneamente, que encuentres alguien que no sea interesado, que te exijan cada vez más por ser una persona generosa. Caminamos sobre el caos, asomados al abismo, con la única preocupación de no caernos; así es muy difícil ser solidario y tener momentos de alegría desbordada.
Cada vez estoy más convencido de que Agapito se cree un redentor y que no abandonará "motu proprio" la presidencia. También es verdad que día a día está más presionado y que el cerco de las insituciones financieras terminará obligando al Gobierno a tomar alguna decisión. No sé en qué acabará el interés del grupo inversor inglés, o si otro grupo donde también esté Iglesias García buscará comprar un porcentaje del Real Zaragoza.
A veces, antes de dormir, pienso que esta vez me tocará el euromillón. O que de verdad un grupo de empresarios aragoneses darán un golpe encima de la mesa para gestionar el Real Zaragoza. Incluso que nos mantendremos en Primera. O que la Ley le dará la razón a las emisoras de radio y podremos volver a radiar en los estadios. Incluso que mi contrato será superior a los tres meses. Cerrando los ojos me conformo con seguir como hasta ahora...

No conviene equivocar los términos, ni tampoco estigmatizar a quienes pensamos que la permanencia es muy difícil. Comparto la ilusión y los ...

No conviene equivocar los términos, ni tampoco estigmatizar a quienes pensamos que la permanencia es muy difícil. Comparto la ilusión y los deseos de evitar el descenso pero creo que hay que mirar el futuro a muy corto plazo y el Real Zaragoza no depende de sí mismo. Hay otros equipos involucrados y la situación interna del club es muy compleja, así como su trayectoria a los largo de los últimos años. Los escépticos desconfiamos sobre la verdad o la eficacia de alguien o algo; los pesimistas tienden a ver las cosas de un modo negativo. Sin entrar en las ideas de Pirron, filósofo griego del siglo IV antes de Cristo, o en la desesperación de Schopenhauer manifestada en el siglo XIX, la verdad es que prefiero no dejarme llevar por las emociones más allá de la satisfacción o gozo momentáneos. Es mucho más racional valorar las cosas en su justa medida.
Así las cosas, no es menos cierto que liberas una gran tensión cuando cantas un gol en el minuto 94 de partido y supone el 1-0 con el que sumas tres puntos. Luego te disgustas con los marcadores de Racing, Sporting y Villarreal, pero esa descarga de adrenalina anterior te hace ver las cosas de otra manera. Por lo menos, no sufres y puedes respirar tranquilo durante una semana. Pensando, eso sí, en el próximo partido que es, ni más ni menos, en el Molinón frente al Sporting. Guardo un buen recuerdo de Gijón. He pasado momentos muy emotivos allí y la gente se ha portado bien conmigo. Les deseo lo mejor a los gijoneses y ojalá se librasen del descenso, pero nunca a costa de que perdiese la categoría el Real Zaragoza. Me pasa lo mismo con Santander, ciudad que visito con frecuencia y que me encanta, como sus alrededores. Una lástima que tengamos que competir para mantener el tipo, aunque también es posible que los tres clubes suframos la tragedia de bajar a Segunda División.
No sé qué va a pasar. Preparo, no obstante, diferentes operativos por si nos mantenemos con vida las tres últimas jornadas de Liga. La radio estará allí aunque no podamos pasar a los estadios... Si es necesario, estaremos fuera y conseguiremos las imágenes de televisión como sea posible técnicamente. Pero me resisto a perder la posibilidad de compartir con la afción zaragocista los nervios de una victoria, la agonía de un triunfo, los momentos previos y posteriores a otra tarde mágica en un escenario deportivo donde lo más sano, lo más entrañable, es la entrega de una afición que nunca le ha vuelto la espalda a su club.

Apetece despertarse y recordar el triunfo del Real Zaragoza. El sueño ha sido reparador después de una dura jornada con tantos nervios y ans...

Apetece despertarse y recordar el triunfo del Real Zaragoza. El sueño ha sido reparador después de una dura jornada con tantos nervios y ansiedad, pasando del pesimismo más absoluto al estallido de júbilo tras unos minutos finales de infarto. Esperamos seguir vivos hasta el final, pase lo que pase, aunque el equipo descienda. Pero con el deseo de mantener la moral y la dignidad intactas hasta que sea irremediable si se produce el descalabro.
Roberto fue otra vez la piedra angular de un equipo sin esquema, que juega a golpes y que hizo de la necesidad virtud tras las expulsión de Pablo Álvarez. Sin él, jugó mejor el equipo y dio una mejor impresión, aunque el Valencia nos pasara por encima.
Increíble, pero cierto. Con solamente tres disparos a puerta y nueve jugadores sobre el terreno de juego en los minutos finales del partido, se aguantó el diluvio y se sumaron tres puntos imposibles. Calambres, lesiones, expulsiones, bajas... el partido contra el Atlético de Madrid vuelve otra vez a ilusionar a la afición. Contra un conjunto irregular, capaz de lo mejor y lo peor, en nuestra misma disposición planetaria de caos estelar.
Mientras tanto estamos a la espera del cerco político, administrativo y social sobre el máximo accionista del Real Zaragoza. Que lanzó un órdago sobre la venta y al que se le pueden complicar las cosas más allá de lo que pensaba él y sus astutos asesores. Es lo que pasa por jugar con las emociones de miles de personas y enfrentarse a la clase política, a los de antes y a los de ahora. Espero que los movimientos de los que me informan personas bien informadas se concreten y las cosas cambien. Será solamente el primer paso, porque no será fácil reconstruir un edificio en ruinas que se cae a pedazos. La historia posterior a una guerra suele ser tan dura como el propio conflicto.

Es verdad que cada vez las cosas son más difíciles y que el romanticismo queda oculto bajo la capa de la velocidad de vértigo que lleva nues...

Es verdad que cada vez las cosas son más difíciles y que el romanticismo queda oculto bajo la capa de la velocidad de vértigo que lleva nuestra vida. Recibimos tanta cantidad de información que resulta difícil asimilarla, procesarla o incluso gestionarla. Los mensajes son cada vez más catastróficos con la crisis que no cesa, los indicadores económicos parecen peores cada día que pasa, el dinero no nos llega para disfrutar de un presente incierto y desconcertante. Los valores apenas son tenidos en cuenta y la tecnología nos sobrepasa, haciéndonos más infelices.
En esta loca carrera hacia ningún sitio, corriendo como pollos sin cabeza, devoramos nuestras ilusiones por culpa de nuestros miedos, que nos convierten en más conservadores y tacaños. Hemos dejado de sentir con el corazón a transformar nuestras sensaciones en elementos fundamentales de la supervivencia. Todo está permitido en un mundo corrupto donde la gente cabal y honrada sufre al contemplar lo que emerge a su alrededor.
Yo me he propuesto, al cumplir los 53 años, que tengo que limitar mi ansiedad, conducir mi hiperactividad e intentar ser menos desdichado. El mundo que nos toca vivir no hace más fácil esta filosofía pero el tiempo se nos escapa de las manos a chorros. Uno piensa que todavía es joven porque sigue en la brecha, físicamente se encuentra bien, mentalmente está mejor que nunca y emocionalmente no le afectan tanto las adversidades. Pero los recuerdos forman una procesión interminable y comienzas ya a olvidar rostros, a refugiarte en el pasado y a recrear tu existencia anterior. Las fotos no engañan como el espejo, que refleja lo que tú deseas ver. Ahora todo es improvisado, fugaz, sin poso.
Así las cosas, prefiero reducir la velocidad y contemplar el paisaje; sin importarme si luce el sol, llueve o sopla el viento. A cada imagen del camino merece la pena dedicarle la atención necesaria para distraerse de los problemas que se acumulan. Eso sí, tomar el rábano por las hojas y saber decir que no con educación y cortesía.
¿Que el Real Zaragoza desciende a la Segunda División? Ya prepararemos una campaña para que regrese a Primera. ¿Que sigue Agapito? Cuantos más días continúe más cerca estará su adiós; es cuestión de tiempo. ¿Que seguimos cuesta abajo y sin frenos? Ya refundaremos el club. Todo aquello que ocurre sin que podamos hacer nada por evitarlo es imposible resolverlo. Y como todo lo que ocurre es necesario, esperaremos a emplear la experencia para salir del pozo. Eso sí, con decisión, fortaleza y coraje. No nos deberá temblar el pulso a la hora de tomar decisiones. Pero despojándonos del temor para enfrentarnos con el torso desnudo a nuestro destino.

La necesidad vital de los seres humanos me invita a pensar en que algo tiene que ocurrir para cerrar este capítulo tan negro de la historia ...

La necesidad vital de los seres humanos me invita a pensar en que algo tiene que ocurrir para cerrar este capítulo tan negro de la historia del zaragocismo. Es cierto que se escuchan rumores de ciertas acciones desde los poderes públicos y foros empresariales para facilitar el cambio en la gestión del club. Y no es menos cierto que la APARZ sigue investigando los documentos facilitados por la jueza para comprobar los diferentes movimientos económicos de la sociedad. En el mejor de los casos, que todo esto fuera verdad y que se produjera un cambio de titularidad en la mayoría de las acciones del Real Zaragoza, ya vamos tarde.
El Real Zaragoza está descendido, muerto en vida, expuesto al ridículo, la humillación y la vergüenza de goleadas permanentes en casa y fuera, con números que ya son terribles y que sonrojan a cualquiera que siente los colores y que le une la corriente de emoción de miles de aficionados en ochenta años de historia. Hoy parece un día de pausa, de relax después de los acontecimientos de la semana pasada y de la derrota en Anoeta. Agapito mide muy bien sus tiempos, aunque cometa ahora más errores que antes y parezca más vulnerable. Su entrevista en la SER alimentó mucho más el rechazo de los seguidores blanquillos aunque favoreciese sus relaciones con un medio de comunicación nacional, para tener una válvula de escape en un futuro. Y el burofax a la empresa propietaria de los carteles en el Paseo de la Independencia, al hacerse público, demostró que ya comienza a sentir los golpes que recibe desde todos los frentes. Vamos, que las fuerzas le empiezan a fallar.
Lo único cierto en este tipo de procesos es que pierde siempre el más débil. Y la masa social zaragocista es el eslabón más frágil de la cadena. Se marche voluntariamente o de manera forzada, el club quedará en una situación catastrófica y muy cerca de su desaparición. La reconstrucción será larga, dura y con altibajos, además de sufrir una contaminación de pesimismo y sufrimiento generalizada, que dejará sus huellas en los miles de aficionados que están a la expectativa de noticias.
No sé cuál será el final que nos proporcione el destino. Suelo apelar al refrán de "todo lo que pasa es necesario" para intentar mirar con un sesgo positivo al futuro, pero a veces también me faltan argumentos lógicos para asimilar la situación actual. Habrá que tener paciencia, estar preparados para lo que sea y esperar al "orden cósmico" para que deje las cosas en su sitio y nos ofrezca una segunda oportunidad para hacer las cosas bien.

Las semanas se encadenan con sorprendentes disgustos, tímidos atisbos de esperanza y ocurrencias de Agapito, que bate registros de manera es...

Las semanas se encadenan con sorprendentes disgustos, tímidos atisbos de esperanza y ocurrencias de Agapito, que bate registros de manera espectacular. Le recomendaría a mi amigo y admirado Luis Alegre, zaragocista de corazón, que le contase a Santiago Segura la historia del presidente del club blanquillo para que preparase una trilogía con estrambote como la creada con "Torrente". Solamente siguiendo los hechos cronológicamente, sin interpretar absolutamente nada, tendría un éxito de público asegurado y provocaría las risotadas y la diversión de millones de espectadores. La pena es que todo esto es real, aunque parezca mentira, y no parece tenre un final a corto plazo.
Respiramos aliviados cuando el Real Zaragoza ganó con una tremenda dosis de fortuna al Villarreal, que pagó cara su prepotencia al no rematar un partido que tenía ganado en la primera parte. Fue una victoria tan sorprendente como inesperada, que alarga un poco más la agonía y que mantiene una mínima e intermitente llama en nuestro corazón. Como si midiera los tiempos de manera con premeditación y maquiavelismo, aprovechó la sensación positiva en la gente para comunicar la venta de sus acciones y llorar en los brazos de José Ramón de la Morena en el mismísimo Madrid. Una entrevista que seguí por twitter porque no escucho ese programa desde hace casi veinte años y que no gustó a casi nadie, por lo visto en las redes sociales y los foros.
Lo más cachondo fue el comunicado elaborado por los despachos de abogados Cuatrecasas, Gonçalves Pereira y Gabinete Cimbra, donde se inforḿaba sobre el proceso de venta. Informe a instancias del propio Agapito, cuya forma legal es impecable por la profesionalidad de los citados bufetes.
Lo primero que se me ocurre es que se trata de un proceso casi imposible y de una capacidad selectiva formidable. O bien ya está hecha la venta y es solamente un mero trámite, o no se desea que se produzca. Se habla de un prestigio y de una solvencia, cuyo reconocimiento es difícilmente mensurable y acreditable. También se dice que "se primarán los proyectos más sólidos que aseguren los mayores éxitos". ¿Cómo puede exigir algo que Agapito no ha llevado a cabo? Porque aquí no hay plan ni éxitos de ningún tipo. Como en su momento, al comprarle las acciones a Soláns (proceso judicializado por impagos), tampoco aseguró ni su prestigio, ni su solvencia. Aunque ahora diga que ha invertido 40 millones de euros en el Real zaragoza y que no ha ganado dinero con el club.
El último punto hace referencia a que estudiados los informes enviados, serán los asesores quienes procedan, según las referencias, a contactar con los candidatos. Pero será Agapito quien decida.
En realidad, da la impresión que se trata de otra huída hacia adelante para ganar más tiempo, echarle toda la mierda encima a la plataforma "Salvemos el Real Zaragoza" y a la APARZ e intentar demostrar a la afición que nadie puede o quiere comprarle sus acciones. Así piensa que se deshará de las molestas iniciativas de los diferentes movimientos y podrá actuar con absoluta libertad y sin presión popular, al dejar sin efecto la corriente contraria de un importante sector zaragocista.
Pero habrá que darle tiempo al tiempo y esperar un milagro, en este caso, no deportivo. Estamos ya curados de espanto y sin esperanzas de ningún tipo y por eso es cada vez más difícil provocar en nosotros un sensación de cierta seguridad en que podremos salir de esta algún día.

Al final te dejas llevar por la corriente después de soportar los calambres musculares de varias horas nadando, de ver la tierra en el horiz...

Al final te dejas llevar por la corriente después de soportar los calambres musculares de varias horas nadando, de ver la tierra en el horizonte y luchar por llegar a la orilla. El cansancio es extremo y puede más que el instinto natural de supervivencia. El barco se ha hundido, las olas son de varios metros de altura, merodean los tiburones y es de noche. Pese a todo, lo intentas, apelas a tu fuerza interior y al futuro que no quieres que nadie te arrebate. Pero es inútil, los pulmones están llenos de agua, la sal desgarra tu garganta, pareces un guiñapo a merced de los vaivenes marinos.
El Real Zaragoza se encuentra en esa misma situación porque la mayoría de los aficionados están agotados. Cinco años de Agapito han sacado de sus casillas a los seguidores blanquillos y al margen del enfado, la indignación y la incredulidad, tanto tiempo de frustración y alarma social, han llevado a una depresión que corre el riesgo de paralizar el zaragocismo.
Por eso insisto desde hace tiempo en que no debe dejarse todo en las manos de los medios de comunicación, que ya hemos comentado hasta la saciedad lo que ocurre en el Real zaragoza y lo que puede ocurrir en un futuro más o menos próximo. O en la afición, que al margen de concentraciones o "agapitadas", puedan llegar a plantearse acudir o no a la Romareda en los partidos que restan hasta el final de la temporada. La clase política, el poder financiero e incluso las diferentes administraciones deben buscar una salida para que el máximo accionista abandone el club. De lo contrario, la sociedad se lo demandará y podrían pagarlo muy caro por ser corresponsables por omisión del descalabro de una de las facetas intangibles más importantes del sentimiento de nuestra Comunidad.
Sin Agapito todo podría volver a la normalidad; la afición apoyaría un proyecto sensato de regenereación social, deportiva y económica. La propia Federación a través del estamento arbitral y la Liga de Fútbol profesional, le volverían a mirar a la cara y a ser menos inflexibles con una entidad agónica. Habría nuevos inversores, patrocinadores, la corriente de simpatía ayudaría a salir de las profundidades del abismo al club, sin las ataduras del actual propietario.
De lo contrario, la indiferencia dejará paso al abandono y éste al olvido, enterrando al Real Zaragoza en cal viva y condenando a borrar su historia de la memoria colectiva. Eso, con la emoción de los corazones de decenas de miles de personas, podría considerarse como un crimen.

La costumbre de ascender por los pelos y padecer dos temporadas consecutivas con salvaciones agónicas, nos habían convencido de que, para Ag...

La costumbre de ascender por los pelos y padecer dos temporadas consecutivas con salvaciones agónicas, nos habían convencido de que, para Agapito, todo es posible. Hasta hace solamente unos meses los problemas económicos no parecían tan graves y los fichajes en el mercado de invierno, o los cambios de entrenador, habían obrado el milagro. Pero desde la gran fiesta zaragocista del estadio Ciudad de Valencia, el decorado cambió completamente. En realidad, después de los rumores sobre la venta de la sociedad, muchos teníamos la impresión de la marcha del máximo accionista del club.
Se desencadenaron los acontecimientos con la entrada en el proceso concursal, el cambio de gran parte de la plantilla, la huelga de futbolistas, el 0-6 del primer partido en la Romareda, las dos victorias consecutivas en el tramo inicial... En plena crisis deportiva, llega Salvador Arenere como consejero delegado junto a otros tres colaboradores, para poner en orden la entidad. Pero tras la destitución de Aguirre y el recibimiento de Jiménez, el nuevo equipo huyó despavorido tras los supuestos incumplimientos del accionista mayoritario. No llegaron fichajes de relevancia, Agapito decidió no acudir al estadio para evitar los silbidos y los abucheos, llegó la concentración frente a la Romareda y la primera "agapitada" y tras la sorpresa de un triunfo merecido en Cornellá, la evidencia del descenso se confirmó el lunes contra el Betis.
Así las cosas el futuro se abre con incertidumbre, con miedo a lo desconocido. Jamás, en los últimos sesenta años, se había producido un descenso con tanta anticipación, sin luchar hasta el final. ¿Qué pasará ahora? ¿Con qué actitud saldrán los futbolistas al terreno de juego? ¿Llegarán goleadas de escándalo, que hagan más triste y vergonzante el hundimiento a la Segunda División? ¿Acudirá la gente al estadio?
Pero lo peor, aún siendo terrible, es que se mantenga todo igual. Que continúe Agapito al frente. De esta manera, no habría ni solución ni salida para un club que terminaría desapareciendo, quizás después de un humillante descenso a Segunda B.
A partir de ahora, desde los grandes centros financieros y políticos, se tienen que tomar decisiones. Con rapidez, sin que les tiemble el pulso. Porque, de lo contrario, la sociedad se volverá contra ellos por cómplices, al haber levantado los brazos y quitarse el muerto de encima.

He comentado en más de una oportunidad que acostarse los domingos por la noche pensando en la derrota del Real Zaragoza no era lo peor que p...

He comentado en más de una oportunidad que acostarse los domingos por la noche pensando en la derrota del Real Zaragoza no era lo peor que podía pasarles a los aficionados blanquillos. Resulta mucho más doloroso despertarse el lunes y que la primera imagen sea la de una derrota más en una Liga donde hemos estado a punto de batir nuestro peor registro de la historia. Y sentir la impotencia de permanecer hundido en el fango, sin más movimiento que el de arrastrase entre la basura y las aguas fecales. Ganar significa despertar sin resaca, sin ese terrible dolor de cabeza y malestar general que te acompaña durante horas después de una noche de alcohol.
Vamos a disfrutar del triunfo, de tomar aire, de seguir con un hilo de vida mientras las jornadas van pasando sin que se definan otros dos candidatos al descenso al margen del propio Real Zaragoza y del Sporting, que ha fichado a Clemente. Lo cual, como pasa con Lillo, es un argumento fundamental para pensar en la pérdida de la categoría. Manolo Jiménez parece firme pese a los mareos que sintió después de perder contra el Rayo Vallecano en la que parecía la última oportunidad de mantenernos. Y ahora es el único que mantiene la dignidad en el vestuario, con muchos jugadores que no van a continuar la próxima temporada y que no tiene raíces en nuestra ciudad. Como profesionales, en el más estricto sentido de la palabra, trabajan a cambio de un salario que, además, no tienen seguro dadas las condiciones económicas a las que hemos llegado por culpa de la gestión de Agapito.
Otra vez cargamos las caducas armas para luchar contra los enemigos, sabiendo que en nuestro mismo ejército hay traidores que pueden favorecer la propia derrota. No se trata del elemento deportivo, donde nada podemos hacer quienes estamos al otro lado del estadio, sino en ese entorno cada vez más viciado y convulso que puede estar a punto de estallar. Se trata de aguantar un poco más, de apretar los puños y cerrar bien la boca para que nuestros dientes chirríen mientras nos desplazamos con dificultad unos centímetros hacia adelante.
El lunes será otra historia, el comienzo de la remontada o el principio del fin, pero tenemos que estar preparados para lo que haga falta. Con la misma intensidad en cualquiera de los casos. Será inevitable y, por eso, deberemos asumirlo con valentía, pase lo que pase.

 

Reconozco que tengo debilidad por la mitología clásica, donde se exponían las miserias humanas a través de dioses crueles y lascivos, mucho ...

Reconozco que tengo debilidad por la mitología clásica, donde se exponían las miserias humanas a través de dioses crueles y lascivos, mucho más humanos en el peor sentido de la palabra que los pobres mortales. Además, si me apuran, muchas de las narraciones escritas hace ya varios miles de años tienen vigencia en la actualidad porque los hombres somos iguales y tenemos los mismos instintos que en la antigüedad, a pesar de nuestra superficial capa de educación y tecnología. Una de mis lecturas favoritas desde muy joven es "La Caja de Pandora" porque su interpretación se presenta muy abierta a la ambigüedad y solamente encajando todos los argumentos, con una gran capacidad de análisis, puedes encontrar una luz que te guíe en la oscuridad. Aunque ya se sabe, "la luz que ves al fondo del túnel, es la del tren que viene de frente".
Cuenta el mito que Zeus, molesto con Prometeo por robarle el fuego al Rey Sol y entregárselo a la humanidad, encomendó a Hefesto que modelase con arcilla una doncella de belleza extraordinaria y le diera vida. Afrodita le aportó la sensualidad, Atenea el conocimiento de las artes y Hermes la seducción, la manipulación y la inconstancia. Sería un caramelo envenenado para el hombre que recibiría las desgracias más terribles envueltas en la belleza. Es decir, muy similar al Génesis del Antiguo Testamento donde Dios creó a la mujer a partir de una costilla de Adán y fue Eva la que le convenció para que mordiese la manzana prohibida y fueran expulsados del Paraíso
Pandora, y seguimos con las cosas del Olimpo, llevó a casa de Prometeo una caja con todos los males y todas las bendiciones del reino celestial. Presa de la curiosidad, otra característica atribuida a las mujeres, un día la abrió y se dispersaron por el mundo toda suerte de desgracias. Presa del temor, cerró la tapa con tan mala suerte que la esperanza quedó atrapada en ella. Para algunos, es signo de la condición humana; para otros, motivo de alegría porque podemos acceder a la esperanza si nos atrevemos a abrir otra vez la caja.
El domingo, en la Romareda, el Real Zaragoza ofreció ante los pocos aficionados que acudieron al estadio, una caja similar donde solamente con inteligencia, concentración, intensidad y carácter, podrían haber ganado el partido. Pero en esta oportunidad no había nada en su interior, ya que la esperanza había muerto de inanición después de tanto tiempo oculta. Y como si de otro suceso mitológico se tratase, la desolación proyectada por la afición zaragocista llenó el espacio vacío que se convirtió en plomo cubriéndola completamente y sin que ya sirviera de utilidad.
 

Es posible que nos engañemos y que la permanencia sea simplemente una ilusión. Los demás, fuera de aquí, nos ven en Segunda División, hundid...

Es posible que nos engañemos y que la permanencia sea simplemente una ilusión. Los demás, fuera de aquí, nos ven en Segunda División, hundidos en el fango de una lógica tragedia. Se apenan de que terminemo así, abocados incluso a una posible desaparición producto de una gestión nefasta y carente de sentido. Injustamente tratados por una realidad que nos devora, destrozados por los acontecimientos. La ilusión de la permanencia no nos permite ver más allá, precipitados a la pérdida de una historia de la que hemos estados orgullosos durante muchos años. Nuestro futuro es como un juguete roto, en manos de un niño cruel que lo despedaza para divertirse.
Creemos que nos podemos salvar ganando once partidos. Y que nuestra primera gran final se juega el domingo contra el Rayo. Que se agiganta como cualquier adversario, sabedor que somos un espectro sin posibilidades de redención. Quién nos iba a decir hace cinco años que estaríamos en una situación tan vergonzosa, tan precaria, desnudos a la intemperie. Señalados por actitudes sonrojantes, impropias de la categoría de casi ochenta años de historia.
El domingo nos jugamos seguir respirando entrecortadamente, sin apenas aire para estimular nuestros pulmones. Cansados de tanto sufrimiento, de tantas derrotas, de entregar impunemente la Romareda como trofeo para cualquiera. Y saliendo fuera de casa a mendigar un empate, conocedores de que un gol del contrario significa la derrota. Vencidos de antemano, sin proyecto, sin nada a lo que asirnos para evitar una caída tan brutal como humillante.
Espero que las autoridades se impliquen en una salvación tan agónica como necesaria. Sé que hay personas que desean apoyar las acciones populares y trabajar en evitar una desaparición tan grosera como injusta. Pero quizás sea tarde, como ocurre en el plano deportivo aunque Manolo Jiménez se empeñe en lo inevitable, quizás por desconocer las interioridades de un club destrozado por las ambiciones de algunos, por los deseos de riqueza que parecían abrirse con la gestión de un club de fútbol que además significa el sentimiento de miles de personas durante varias generaciones.
De momento estamos en las manos de los jugadores que ahora defienden el club. Y que tendrán que dejarse el alma el domingo en un estadio tan viejo como lleno de sensaciones, de éxitos, de jornadas formidables y difícilmente olvidables. Un reto que tendremos que asumir con la fuerza que siempre llevó al zaragocismo a levantarse en otras situaciones de parecidas características, pero nunca como estas. Es lo que nos toca vivir, en un mundo en crisis, en un país en recesión. Pero con la convicción de que no podemos dejar de ser ajenos a nuestro compromiso.

Hacía cuatro años que Víctor Fernández no se expresaba con respecto a su etapa como entrenador del Real Zaragoza. Y fue en el aniversario de...

Hacía cuatro años que Víctor Fernández no se expresaba con respecto a su etapa como entrenador del Real Zaragoza. Y fue en el aniversario de "Tiempo Extra", en el auditorio de la Corporación de Radio y Televisión, cuando se soltó el pelo. Eso sí, con la mesura y el cuidado en sus palabras aunque el fondo resultase contundente. Según el técnico aragonés, los cantos de sirena del entorno futbolístico le sedujeron hasta convertir la presidencia del club en una adicción. Los elementos contaminantes del negocio se convirtieron en su principal actividad, que le estimula por encima de las críticas y el rechazo social a todos los niveles que suscita con su gestión.
Víctor vino a decir que la desaparición del Real Zaragoza tiene fecha prevista: los tres años que el club pasará en Segunda División, si un milagro no lo remedia, en los que no tendrá que pagar las deudas. Y fue rotundo al afirmar que la única oportunidad de salvación para la institución es la salida del máximo accionista, aunque esta opción la contemple como algo imposible.
Ángel Lafita intentó mantener la calma pero su desesperación hizo que su voz se quebrase en un par de ocasiones. Reconoce que su rendimiento está muy por debajo de lo esperado, pero ha sufrido mucho las dos últimas temporadas en el plano físico y en el emocional. Reconoció que le habían tratado mucho mejor en el Deportivo de la Coruña que en el Real Zaragoza y que las posibilidades de renovar con el club aragonés eran mínimas.
El primero en desfilar por los micrófonos de "Tiempo Extra" fue Manolo Jiménez, sincero y realista, con enormes deseos de sacar esto adelante pero sabedor que es muy complicado, casi imposible. Él intenta mantener viva la llama de la iusión hasta el final pero reconoció incluso que podíamos recibir en el Bernabéu una goleada de dos dígitos. Creo que es una persona comprometida, profesional y con una gran capacidad de trabajo. pero su plantilla tiene un perfil muy bajo y el tiempo se agota.
Fue entrañable volver a escuchar a Alberto Zapater desde Portugal, donde el Lokomotiv realiza la pretemporada. Su pasión zaragocista es enorme y crece con la distancia; si tuviera el dinero suficiente sería capaz de comprar el club para salvarlo.
Me gusta, de vez en cuando, reunir a un puñado de oyentes alrededor de un estudio, en un escenario donde la gente disfruta de un espectáculo agradable pese a los momentos de zozobra que sufrimos. Y en el que los protagonistas son capaces de encontrarse tan cómodos que se expresen con libertad, sin pensar permanentemente en lo que tienen que decir para ser correctos y no meterse en charcos.

La jornada del sábado dejó luces y sombras en el zaragocismo. Había una gran expectación por conocer cuál sería la respuesta blanquilla en l...

La jornada del sábado dejó luces y sombras en el zaragocismo. Había una gran expectación por conocer cuál sería la respuesta blanquilla en la concentración de las cinco y media, el éxito de la "agapitada" y el resultado con una revolución en la alineación de Manolo Jiménez.
Para el carácter de esta ciudad y el nivel de desgaste de la afición después de sufrir cinco temporadas bajo la presión del máximo accionista del Real Zaragoza, la afluencia y la participación del público fue interesante. En realidad hubo más gente en el interior de la Romareda que fuera, pero luego la actitud de los asistentes fue unánime con una descomunal bronca, sin precedentes, contra Agapito Iglesias.
Otra cosa fue el marcador final contra el Getafe, equipo con jugadores de mucha más calidad que el nuestro, que pudo haber ganado el encuentro a no ser por la actuación de Roberto. Es cierto que el técnico andaluz propuso algunas cosas diferentes, que se defendió mejor y se juegó con más criterio, pero no hay pegada y sin goles los triunfos son imposibles. La situación deportiva es dramática y no parece vaya a resolverse con futbolistas del perfil de Dujmovic o Aranda, que debutó sin acierto en la Romareda. Nadie desea venir al club aragonés, que hace tiempo no tiene ninguna credibilidad, y los contactos del accionista mayoritario parecen esfumarse. Se queda solo, sin apoyos, con una situación que le ha estallado en las manos y sin más posibilidades que rendirse.
La Asociación de Pequeños Accionistas del Real Zaragoza trabaja para solicitar información a la jueza, investigar los movimientos del presidente y buscar la inhabilitación para desvincularlo de las tareas ejecutivas del club. Es posible que se adelante e intente vender el club a empresarios de perfil parecido al suyo para continuar con sus negocios de representación y que nada cambie. Pero hasta los políticos parecen moverse entre bambalinas y estarían dispuestos a colaborar en la salida de Iglesias.
Pase lo que pase el calvario en los próximos días, semanas y meses, va a ser tremendo. En el mejor de los casos, sin Agapito, habría que regenerar el club y buscar los dirigentes idóneos para que se hicieran cargo de una nave hundida. Seguramente en la Segunda División, sin ingresos, sin recursos, sin plantilla, sin cantera... Pero con  el actual presidente fuera de la Institución.
No lo sé, creo que la solución está próxima, pero con un coste que puede ser formidable y que puede llevarnos muchos años superar. Eso si no se le ocurre una jugada in extremis que nos pille a todos en fuera de juego y le permita tomar oxígeno para mantenerse en la poltrona.

Me da la impresión que Agapito Carmelo Iglesias maneja los tiempos a su voluntad y es capaz de confundir a todo el mundo. Hace lo que le par...

Me da la impresión que Agapito Carmelo Iglesias maneja los tiempos a su voluntad y es capaz de confundir a todo el mundo. Hace lo que le parece y tiene trazado un plan cuyos resultados le benefician. No le da importancia a lo que le digan, aunque sus interlocutores sean personas capaces, y le importa muy poco la masa social zaragocista y el futuro de la entidad. Hacen bien los nuevos consejeros en no fiarse del máximo accionista porque saben que juegan con fuego y terminarán quemándose ellos antes que el presidente del club. Es posible que no soporten durante mucho tiempo sus cambios de rumbo, las medias verdades, o las sorpresas que les depararán sus iniciativas. Es capaz de agotar a cualquiera y solamente él tiene las claves de lo que ocurre en su entorno más cercano.
La derrota en el Sardinero era lógica; Jiménez propuso la misma alineación y el mismo esquema que el esgrimido por Aguirre. Una apuesta condenada al fracaso porque ni la defensa ni el centro del campo tienen la suficiente calidad y solvencia para sostener el equipo. Una zaga compuesta por Juárez, Pinter, Da Silva y Paredes no tiene garantías para mantener la portería a cero. Ni aunque el rival fuera el Racing de Santander, que ha marcado solamente cinco tantos en el Sardinero... Pero el doble pivote es para arrojarse al vacío arrancándose la venas de los antebrazos con los dientes; un ex futbolista como Fernando Meira y el llamado por algunos Antonio "Patrás", son incapaces de destruir juego o de crearlo. En consecuencia, el peor Juan Carlos de toda la temporada, el desquiciado Lafita, el desaparecido en combare Luis García y el deprimido Helder Postiga, nada podían hacer para conseguir un gol en la meta del equipo montañés. El primer disparo a puerta se produjo en el minuto 86 de partido y así, sin acercarse al marco contrario, es imposible marcar y mucho menos darle la vuelta a un marcador adverso.
El Real Zaragoza es el peor equipo de la Liga con diferencia. El que menos goles marca y el que más encaja, con tan sólo dos victorias y once derrotas. A siete puntos de la salvación. Tenemos que ganar once partidos para intentar salvarnos. Y no somos capaces de derrotarle a nadie, ni a un equipo de Segunda División en la Copa.
Ya veremos qué ocurre estos días, si Prieto se encarga de "colocarle" a Carlos Iribarren los jugadores propuestos por Agapito. O si se retrasa demasiado la incorporación de futbolistas mientras ríe el presidente y le echa la culpa a Salvador Arenere. Otro escudo humano para seguir unos meses más, para continuar descapitalizando de alma y corazón a este club que terminará en el vertedero de basura cuando no se pueda extraer más de él.
Demasiado duro, demasiado desagradable, demasiado cruel para una afición que parece desangrarse lentamente y que se resiste a morir.

Es todavía uno de enero cuando comienzo a escribir estas líneas. El inicio de un año que me provoca auténtica preocupación porque los preced...

Es todavía uno de enero cuando comienzo a escribir estas líneas. El inicio de un año que me provoca auténtica preocupación porque los precedentes son muy negativos y las expectativas escasamente optimistas. No lo sé, no tengo nada claro el futuro a corto plazo y soy bastante escéptico con las cosas que no dependen de mi. Estoy agotado y un simple cambio en el calendario no modifica las cosas. Lo peor es que ya he superado la tristeza y la sombra de la resignación comienza a alargarse en el suelo, donde procuro pisar con fuerza. Por eso, ante los últimos acontecimientos, estoy algo confuso.
Es verdad que Aguirre había consumido su crédito, que era incapaz de motivar a esta plantilla, pero me pregunto quién será capaz de ello. Manolo Jiménez está ante su gran reto porque su paso por el Sevilla fue muy poco gratificante y su experiencia griega, contradictoria. Un título de Copa en su palmarés no es un gran bagaje deportivo por eso se arriesga con todas sus fuerzas para intentar evitar el descenso de un histórico venido a menos.
Todas estas cosas ocurren después de seis meses llenos de zozobra y de sobresaltos. Tras la épica permanencia conseguida en el Ciudad de Valencia ante el Levante, llegó la entrada en el proceso concursal y los temores de un descenso administrativo solicitado por el Getafe y el Deportivo. La sanción de la UEFA por el caso del Shaktar Donest desató los miedos hasta la entrada en el proceso concursal voluntario, con la decepcionante contratación de futbolistas desde el fondo de riesgo donde admitió su participación Agapito. Tras la huelga de futbolistas llegó el 0-6 del Real Madrid en la Romareda, la aparente recuperación del club con dos victorias ante el Español y la Real Sociedad y la agonía de un punto conseguido en nueve partidos.
Llegó la humillante eliminación en la Copa del Rey ante un segunda y los acontecimientos se precipitaron: Agapito cesó a Javier Aguirre de madrugada, se presentó el nuevo consejo de administración encabezado por Salvador Arenere y se llegó a un acuerdo con Manolo Jiménez, el tercero de una terna donde las preferencias estaban en el fichaje de Míchel. Demasiadas cosas en días festivos, donde la gente estaba en otras actividades más gastronómicas y familiares que deportivas.
No lo sé, estoy confuso y preocupado. Pero da la impresión que el discurso y la contundencia de Salvador Arenere es sincero. Que desea poner en orden el Real Zaragoza, que Agapito no va a interferir en el diseño de soluciones realizado y que podría preparar el club para una venta razonable y con socios solventes.
Se trata quizás, de la última esperanza. De un giro de timón inesperado que es difícil de asimilar por las decepciones acumuladas en cinco años de frustración. Pero es lo único que nos queda, hoy por hoy, aún siendo una empresa casi imposible la permanencia en la categoría y la desaparición de Agapito del Real Zaragoza. ¿Y si fuera cierto?