Pasan las horas y cada vez son peores los momentos que llegan, casi a cámara lenta, después del vergonzoso espectáculo de Palamós. Jamás me ...
Hundimiento
Termina una ilusión y comienza un nuevo calvario. Otro más. Superado el nivel de sufrimiento de miles de personas que ya no saben qué va a ocurrir. Y parece injusto completamente para una afición que se ha desplazado en todos los encuentros lejos de la Romareda y que ha mantenido la tensión hasta el final. Era patético observar a los jugadores a veinte metros de la grada ocupada por los blanquillos, flanqueados por su entrenador, sin acercarse y con signos equívocos de fracaso, el que ellos mismos se han ganado con su falta de intensidad, implicación y carácter.
El hundimiento ha sido completo y colosal, sin ningún tipo de excusas ni paliativos. Un desastre absoluto. Cuyas secuelas van a ser gravísimas en el plano económico porque el Real Zaragoza pasará a la cola de posibilidades presupuestarias con una cantidad muy inferior a una docena de clubes: los que acaban de bajar y los que se van a rearmar para conseguir el ascenso y que se hayan quedado a las puertas. Sin olvidar lo que se debe de pagar por futbolistas que no van a seguir, el regreso de los cedidos y el montón de jugadores que tienen contrato en vigor.
Y a todo esto, los cinco millones que se deben de pagar ineludiblemente a Hacienda y a los acreedores. En estos momentos el escenario es terrible y augura una temporada muy complicada y donde no se ostentará la candidatura al ascenso.
Pero, una vez explicado cómo se encuentra el club y su entorno más cercano, el zaragocismo y lo que representa, consiste en luchar. Sumar entre todos, cada uno en la medida de sus posibilidades. Aprender de los errores e insistir de manera contumaz. El premio es formidable y cuanto más cueste, más celebrado. No me cabe en la cabeza que a estas alturas vayamos a rendirnos, a dejarnos morir sin luchar. No sería propio de nuestra forma de ser y pensar. O sea que, manos a la obra y a empezar a trabajar, que hay faena.
La afición del Real Zaragoza volvió a sufrir el domingo otra jornada de dramatismo hasta el final. De nuevo se hizo demasiado largo el parti...
Agonía sin límites
Pero lo más desagradable llegó, como siempre, en la segunda parte. Todos atrás, a defender en tu propio estadio una ventaja mínima mientras David Generelo iba sacando delanteros para empujar al Real Zaragoza dentro de su portería. Y allí estaban todos, colgados por los dientes del larguero mientras Manu Herrera se crecía y jugaba uno de sus mejores partidos. Hubo fortuna y el empate no llegó, incluso en el intercambio de golpes el equipo aragonés pudo haber marcado el segundo tanto porque, ocasiones, hubo también para los blanquillos.
La pitada a Carreras con la salida de Rubén fue memorable, volviéndose la afición al palco para protestar la actitud del entrenador. El defensa no tenía ninguna culpa, incluso cumplió sobradamente, pero fue la manera de proceder del técnico renunciando a jugar al fútbol, lo que molestó a la grada. Está claro que no existe una corriente de simpatía entre gran parte de la afición y el técnico catalán, que no ha sabido granjearse la confianza con el zaragocismo.
Pero siendo realistas ahora lo único importante es ganar, llegar a los play off y superarlos, consiguiendo el ascenso. A falta de un partido para clasificarnos hay que dejar a un lado las discrepancias y unir voluntades. Las de todos. Y más tarde, con el objetivo alcanzado, que el club decida quién será el entrenador del Real Zaragoza en Primera División.
Ahora queda lo más difícil; por eso mismo consiste en crear un ambiente favorable y que se ascienda de una vez para mirar el futuro con claridad y optimismo.
Se tenía que ganar en la Romareda y se perdió ante el Nástic. Otra vez una decisión arbitral fue responsable de sufrir un penalti que no era...
Semana de emociones enfrentadas
Ahora queda luchar con inteligencia y calma en el partido contra la SD Huesca. Un choque lleno de intensidad, emoción y expectación donde el equipo de Anquela pugnará por el triunfo, como no podría ser de otra manera. Se trata de un partido de máxima rivalidad y resulta evidente que en el Alcoraz se produzca un ambiente favorable a los locales, que también necesitan sumar para conseguir la tranquilidad de la permanencia.
Pero habrá que actuar sin recelos, asumiendo los errores arbitrales si se producen y teniendo en cuenta que la salida del Huesca será en tromba apoyados por su público y con deseos de marcar pronto. Por eso tendrán que hacer un acopio de paciencia y, al mismo tiempo, demostrar que quien más necesidad tiene de vencer es el Real Zaragoza.
Es una buena noticia que haya sido llamado Jaime para completar la convocatoria, porque es necesario un futbolista desequilibrante y con recursos ofensivos sobradamente demostrados. Aunque se corra el riesgo de una lesión muscular, que sería probable por la inactividad después de su grave lesión.
Y después, sin tiempo para recuperarnos, otra vez a la Romareda para recibir al Real Oviedo, un rival directo. Vamos, que se trata de una semana de emociones enfrentadas que nos pueden llevar al éxito, a la esperanza o a la frustración más absoluta.
Intentemos tranquilizarnos, afrontar con ilusión y convicción lo que se nos viene encima y sobre todo, ganar. Que en el fútbol, es lo único importante.
Otro partido más sin ganar en Soria. Dos puntos que vuelan y que complican el ascenso directo del Real Zaragoza. Es difícil explicar cómo se...
Tampoco este año
En cuanto al colegiado, la expulsión de Albert Dorca resulta inconcebible. No fue falta la jugada con la que fue sancionado con tarjeta amarilla y el balón le dio involuntariamente en la mano. Es falta pero nunca cartulina de amonestación. Pero, además, como dijo Ángel, lo peor no fueron sus decisiones sino su actitud con los jugadores blanquillos.
Con respecto al bajón del comienzo de la segunda mitad, está claro que es un clásico en este Real Zaragoza. Todo el mundo atrás, dejando el centro del campo al adversario y permitiendo todo tipo de centros desde las bandas. Tarde o temprano el gol tenía que llegar y el empate subió inevitablemente al marcador.
Además, con el empate en contra, el equipo tuvo tres claras ocasiones de conseguir el tercer tanto. Pero se fallaron delante del marco numantino y ese tipo de errores se pagan, y más en estos partidos clave para el objetivo del ascenso. Es decir que, tampoco este año el Real Zaragoza ha conseguido la victoria en Los Pajaritos.
Mención aparte merece la afición zaragocista que fue mayoría en las gradas de Los Pajaritos. Los cánticos, la presión contra el colegiado, el ánimo a los futbolistas, tuvo el protagonismo de quienes se desplazaron a Soria. Con una afición así, es imposible no conseguir las metas propuestas.
También agradezco muy sinceramente las muestras de cariño de centenares de oyentes que se acercaron a la unidad móvil de Aragón Radio y se fotografiaron con nosotros frente al estadio. Fue una sensación muy agradable que alivia, en gran medida, la decepción por el empate en la capital castellana.
Ni fue el mejor partido, ni se esperaba que lo fuera. Había que ganarlo y a ser posible sin demasiados sobresaltos. Es verdad que el último ...
Tres puntos a la saca
Los años me han enseñado a ser prudente, comprensivo, dialogante y abierto a todas las opiniones aunque no las comparta. Pero la mayoría de las veces no veo el mismo partido que Lluis Carreras; admito que sabe mucho más que yo de fútbol porque fue jugador de Primera División y tiene los títulos de entrenador nacional y director deportivo, pero el fútbol es también estética y sensaciones. El partido me pareció muy poco brillante, sin liderazgo sobre el terreno de juego, con demasiados errores defensivos, sin capacidad creativa en el centro del campo y con demasiadas dudas en algunos futbolistas. Se ganó y punto, eso es incontestable, pero la Romareda llegó a impacientarse especialmente en el comienzo de la segunda parte.
Aunque el Bilbao Athletic tiene jugadores de calidad, con descaro y tocan bien el balón, no tiene cuajo para enfrentarse en una liga tan dura al resto de sus adversarios. Y eso lo dice claramente la clasificación: colistas y virtualmente descendidos con treinta y un puntos menos que el Real Zaragoza, los menos goleadores y los segundos más goleados. La regularidad de una liga es inapelable.
Estoy satisfecho por los puntos, ilusionado con el ascenso pero tengo muchas dudas sobre si el equipo aguantará físicamente estas últimas cinco finales y especialmente los partidos contra el Oviedo y el Nástic en la Romareda. Y tengo derecho a ello aunque se enfade el entrenador del Real Zaragoza porque no crea en su evangelio ni en cómo lo predica, valorando sus conocimientos y esperando el ascenso de categoría.
O sea que, tres puntos a la saca y a sumar otros tres en Los Pajaritos con más de dos mil seguidores blanquillos en las amables gradas sorianas.
Siento ser poco positivo al comentar las sensaciones que me ha producido el partido en el Toralín. Escribo estas reflexiones en el coche, de...
Decepción
El ténico ni planteó el partido para ganar ni mejoró con los cambios. Situar a Sergio Gil tirado a la banda y mantener durante tanto tiempo a Pedro sobre el terreno de juego fue un error. Carcelén hizo un partido muy flojo y Rico falló en el tanto de la Ponferradina con una defensa débil y un centro del campo timorato y sin criterio.
Acudir al Toralín de esta guisa dice muy poco de un equipo al que le debemos exigir mucho más porque se juega la vida con el ascenso a Primera y digo yo que será mucho mejor conseguirlo en la liga regular que en la lotería de la promoción.
Siento no ser condescendiente ni proclive a una crítica menos dura pero no creo que este sea el camino para cimentar el regreso a la élite. Al margen de una actuación arbitral irregular y contraria a los intereses del Real Zaragoza, con un posible penalti a Dongou y el gol fantasma de Jorge Ortí en el lanzamiento de una falta al fin al del partido. Excusas de mal pagador...
Ahora toca trabajar, preparar el partido ante el filial del Athletic y ganar. Que es una obligación con mayúsculas al margen de los requiebros de un entrenador al que habrá que recordarle su responsabilidad en el vestuario, en el banquillo y ante los medios de comunicación en la sala de prensa. Que a quien responde no es solamente a nosotros, sino a la afición soberana del Real Zaragoza.
Tercera victoria consecutiva y esta vez con todas las de la ley. El Real Zaragoza sumó tres puntos ante la Agrupación Deportiva Alcorcón dis...
Un paso adelante muy importante
Incluso en la segunda parte, cuando descendió el rendimiento por los cambios obligados y el rival se estiró para intentar acercarse a la meta de Manu Herrera, tampoco demostró nada el conjunto madrileño que fue inferior pese a la sensación de falso peligro que parecían crear. Más psicológico que real, porque no tuvieron claras ocasiones de gol. Es posible que la entrada de Abraham Minero facilitase las aproximaciones del revoltoso Collantes, al perder eficacia por la banda izquierda. Rico le había marcado de manera contundente y con el cambio se perdió contundencia, pero nada alarmante más allá de la costumbre que tenemos de remontar y sufrir como perros hasta el final. Algo que no ocurrió en el tiempo de aumento gracias al 3-1 marcado otra vez por el joven delantero camerunés después de una genialidad de Diamanka, dejando pasar el balón entre sus piernas.
Pero si hay que destacar a Dongou, es de justicia hacerlo también con Erik Morán, cuyo regreso le dio seguridad, criterio y contundencia al centro del campo. Albert Dorca se encontró mucho más a gusto y Javi Ros emergió como un centrocampista de raza capaz de recorrer un montón de kilómetros, cortar los escasos ataques alfareros y apoyar el ataque cuando se producía. Es una excelente noticia que haya recuperado su tono físico el exmallorquinista y que llegue de esta manera al tramo final de la liga.
Es cierto que las ausencias de Culio, Dorca, Lanzarote y posiblemente Vallejo, resten potencial y posibilidades a los blanquillos en Ponferrada. Porque los bercianos se juegan la permanencia y saben que la visita del Real Zaragoza es una de las últimas posibilidades que tienen seguir en Segunda si consiguen el triunfo. Es decir que no hay que fiarse, que el partido es muy complicado y que nadie nos va a regalar nada en el Toralín.
Es lo único que vale. Consiste en sumar los tres puntos sea como sea el desarrollo del partido y de los merecimientos de los contendientes. ...
Se trata de ganar
Cada vez estoy más convencido, y soy un ardiente defensor de este postulado, que en el deporte profesional lo único importante es ganar. Y d...
Un suspiro de alivio
Otra vez el Real Zaragoza debía remontar un resultado adverso que le dejaba prácticamente fuera de la lucha por el ascenso. Sin dominio del balón, sin aproximaciones al marco adversario, con una debilidad táctica que se está convirtiendo en una forma habitual de jugar, el equipo se deshacía. Afortunadamente, en un arrebato de amor propio y tras el lanzamiento mágico de Manu Lanzarote, Albert Dorca emergía con el tanto del empate antes de llegar al descanso.
Creo que el partido lo perdió el Mallorca, que hasta la expulsión de Aveldaño se había mostrado como un conjunto fuerte, que sabía jugarle al Real Zaragoza y muy bien colocado sobre el terreno de juego. Adrián Colunga nos volvía locos y afortunadamente Alfredo Ortuño no ha cambiado de un día para otro y no tiene una capacidad goleadora letal, aunque estuviera muy motivado y con ganas de perforar la meta de Manu Herrera. Nerviosos por las expulsiones, la del jugador que se encontraba sobre el terreno de juego y dos del banquillo, el propio Fernando Vázquez perdió los papeles y transmitió su rabia a los jugadores, que dejaron de jugar de memoria.
Y otra vez Dorca, esta vez como si de un delantero centro de tratase, puso la rúbrica a su mejor actuación desde que viste la camiseta blanquilla con el doblete. El 2-1 a once minutos del final rompió el partido y el equipo aragonés se replegó para defender el marcador. Un error que aprovechó el conjunto balear para intentar llevarse el empate y a punto estuvo de conseguirlo en los cuatro minutos de prolongación. La fortuna nos echó una mano y el cabezazo de Arana en el área pequeña salió por encima del larguero.
A partir de ahora habrá que hacer más cosas que dejarnos arrastrar por la suerte y ofrecer lo mejor de nosotros mismos pese a las lesiones, la cantidad de amenazas de sanción por acumulación de amonestaciones y el bajón general del equipo. La estela hay que aprovecharla con valentía y entusiasmo porque el objetivo vuelve a estar a nuestro alcance.
Tenía previsto inaugurar mi nueva cuenta de twitter, que será fundamentalmente audiovisual, con la victoria del Real Zaragoza ayer en la Rom...
Revolcón
Lluis Carreras tuvo que elegir entre Dorca, Tarsi y un cambio de sistema. Y aunque pienso que el futbolista catalán no fue el culpable de la derrota, su presencia favoreció el juego del equipo gerundense. Con Culio lento y anulada su capacidad creativa, Javi Ros sin la fuerza de otros partidos, Pedro trabajando más en tapar huecos que en crear ocasiones de gol e Hinestroza a su puta bola, Ángel volvió a enfrentarse con el mundo reventándose de correr y asqueado por no tocar apenas el balón. Si a esto añadimos la falta de talento de Cabrera al buscar involuntariamente su expulsión con sus desmedidas entradas, las dudas de Guitián y la irregularidad de Campins, tendremos casi completo el marco del fracaso. El técnico no planteó bien el partido, o le ganó la partida Pablo Machín desde el banquillo oponente, y luego apenas pudo hacer nada para remediar el desastre con el 0-2.
El revolcón fue formidable y el equipo se descosió por todos los sitios ofreciendo una imagen de incapacidad que debe ser restaurada inmediatamente. Es decir, en Elche. A veces ocurre que es mejor tropezar soberanamente que ir trastabillando sin terminar de caer pero terminando finalmente en el suelo. No me gusta la actitud de Carreras contra algunos periodistas en las ruedas de prensa, porque matar al mensajero no es la solución de nada y a la postre le perjudicará a él y al club si las cosas se tuercen definitivamente; vamos, si no se asciende. Pero tenía razón, en mi opinión, cuando decía que en estos momentos es cuando más debe creer el equipo en el ascenso. Y esto lo digo yo: demostrarlo cuanto antes y con la misma rotundidad que el Girona el domingo en el coliseo zaragocista.
No hay batallas sencillas ni victorias sin esfuerzo. Y así debe ser porque la historia se escribe con las decisiones que se toman, con las e...
Con sufrimiento sabe mejor
Una vez superado el tramo más complicado del calendario, el Real Zaragoza camina con paso firme hacia el ascenso. Posiblemente de una manera...
En el buen camino
Existe un plan, los jugadores han hecho suyas las ideas del entrenador y desde la dirección deportiva Juliá sigue trabajando sin prisa, pero sin pausa. Mantener esta corriente, superar las adversidades en clave de sancionados, lesionados o errores arbitrales, es lo que debe hacer el equipo. Sin mirar más allá del próximo encuentro ni hacer cábalas sobre marzo, abril o mayo. Se trata de buscar el próximo triunfo, explotar al máximo las emociones favorables y estar convencidos de lo que se está haciendo. El domingo se pudo ganar en Mendizorroza porque la propuesta deportiva del Real Zaragoza fue mejor que la del Deportivo Alavés. Incluso con un futbolista menos durante cincuenta minutos en en escenario nada fácil por la intensidad de los futbolistas de Pepe Bordalás. No hubo pánico a medida que el tiempo iba pasando y el conjunto vasco intentaba encerrar a los maños en su campo. Se buscaba salir siempre con el balón controlado y mirar siempre al área contraria, con un plan diseñado para puntuar si no se podía ganar.
La corriente positiva que emana de la propia plantilla, sin pecar de un optimismo exagerado, también anida en la afición blanquilla. Lo comprobé en la afición zaragocista que se trasladó a Vitoria, en las personas con las que he conversado por la calle y a través de las redes sociales. Y esa actitud confiere seguridad en la plantilla y el cuerpo técnico, que tendrá que resolver las bajas de Javi Ros y de Culio para el encuentro del sábado en la Romareda. Y no despreciar en absoluto al Albacete, en posición de descenso y con tan solo una victoria fuera del Carlos Belmonte en su haber. Vendrán con la necesidad de ganar y ese ímpetu puede complicarle las cosas al Real Zaragoza si sale distraído o confiado.
Estamos en el buen camino, fuera todavía de los puestos de promoción y lejos del líder. Pero con una inercia positiva como no habíamos tenido hasta el momento. Incluso cuando se viajó en junio del año pasado a Las Palmas con un marcador favorable de 3-1.
El próximo domingo 28 de febrero cumplo cuarenta años al otro lado del micrófono. Cuatro décadas que han pasado como un suspiro, con una rap...
Cuarenta años
Recuerdo que mis primeras palabras por la radio fueron en un espacio dedicado a la seguridad vial donde tenía que decir algo así como: "Y mi papá y mi mamá, ¿dónde están? No los he visto". Se trataba de un niño que había perdido a sus padres en un accidente de tráfico. Grabé la frase a la primera con cuatro años, en el sofá del cuarto de estar, con un magnetofón de cinta abierta que tenía que enchufarse a la corriente eléctrica y que pesaba cuatro o cinco kilos. Me fascinaba acompañar los domingos a mi padre al Hotel Ruiseñores, tristemente desaparecido, donde entrevistaba a los jugadores del Real Zaragoza cuando jugaban en la Romareda. Era ya el ocaso de "Los Magníficos", a finales de los años sesenta, pero aprendí cómo se debía de crear un clima favorable para conseguir unas declaraciones próximas, sinceras, interesantes para la audiencia.
Por entonces ya acudía regularmente a la Romareda mientras mi padre compartía una minúscula cabina con Luis Nápoles, el jefe técnico de la radio, para contar lo que pasaba en el campo con Vicente Marco, Joaquín Prat y Juan de Toro en Carrusel Deportivo. No le gustaba que yo me sentase en el palco de prensa pero Manolo Muñoz, jefe de emisiones y gran compañero suyo de viajes, me llevaba de la mano y me iba explicando los entresijos del fútbol. El primer partido que recuerdo haber visto fue en 1967, con la imagen imborrable de un penalti transformado por Eleuterio Santos.
Antes, con seis años, don Mariano García, que era el profesor de mi clase en primero, me hacía salir al encerado para cantar los goles del Real Zaragoza que la noche de antes había relatado Paco Ortiz en la Copa de Ferias, casi siempre desde Inglaterra. Luego llegaron con doce y trece años los guiones hechos en casa, acercando el micrófono del magnetofón de casete a los altavoces mientras leíamos la novela mi madre, que siempre me ayudó con su comprensión, ánimo y cariño, y mis hermanos Pedro y Alfonso, a los que casi obligaba a interpretar pequeños papeles.
Por fin, el 28 de febrero de 1976, mi ilusión se hizo realidad y gracias a Manolo Serrano, amigo de mi padre y director del cuadro de actores de Radio Zaragoza, tuve la oportunidad de ser uno más y comenzar un aprendizaje que hoy en día continúa. Nervios, agitación, repetición de las frases que tenía que decir en voz baja... Todo terminó felizmente, temblando, con la garganta seca de los nervios pero con una satisfacción interior formidable.
Pocos días después llegarían las colaboraciones con Daniel Barajas en el fútbol regional, la cobertura informativa de los entrenamientos del Real Zaragoza y el resto de pequeñas cosas que iba haciendo mientras estudiaba COU y suspiraba por transmitir partidos de fútbol, presentar programas y viajar por todo el mundo. Junto a un puñado de comunicadores formidable como José María Ferrer, Lisardo de Felipe, José Juan Chicón, Luis del Val, Enrique Calvo, Concita Carrillo y tantos otros que me marcaron la senda y que recordaré en un próximo libro que ya estoy escribiendo. Porque es imposible contarlo todo en tan pocas líneas.
Más de 14.000 programas presentados, 2.000 transmisiones de fútbol y baloncesto en Radio Zaragoza, Radiocadena Española, Radio Intereconomía, Punto Radio y Aragón Radio. Donde se han mezclado dolorosos episodios como tres descensos del Real Zaragoza con seis finales de Copa transmitidas, una Recopa de Europa, una Supercopa de Europa, dos Supercopas de España, decenas de partidos de Copa de la UEFA y Recopa, centenares de encuentros de Primera y Segunda División. Con otra final de la Recopa de Europa en baloncesto y decenas de partidos de Recopa, Copa Korac y Eurocup, Liga ACB, Liga Leb Oro. La salida del Club Baloncesto Zaragoza de la élite después de radiar dos finales de Copa y un épico y triste partido en Ginebra. Los ascensos a la ACB, el descenso, partidos de Mundobasket y Preolímpico. Un Mundial, unos Juegos Olímpicos, dos finales de Eurocopa de Fútbol, tres Vueltas Ciclistas a España, desplazamientos inolvidables por todo el continente con anécdotas maravillosas.
He sido locutor, redactor, redactor jefe, director de antena, director de emisora y administrador de una empresa de comunicación. Todo desde abajo, desde la humildad, el respeto y el riesgo, jugándomelo al todo o nada. Y al mismo tiempo, creando revistas en papel, colaborando en prensa escrita, con tres agencias de publicidad en diferentes épocas, poniendo en marcha cuatro revistas digitales, un blog y publicando cinco libros. Colaborando en poner en marcha un curso universitario de Experto en Periodismo Deportivo, dando clases en la Universidad de locución y dicción, presidiendo durante once años en dos etapas la asociación de la prensa deportiva de Zaragoza. Y un camino en televisión que comenzó con el cable a finales de los ochenta y con televisiones locales y la Autonómica ya en este siglo.
La presencia de ese maravilloso Ondas al cuadro de actores de Radio Zaragoza cuando empecé, o el premio de guiones radio del Consejo Superior de Deportes, o los 19 galardones de federaciones, clubes, asociaciones deportivas, peñas futbolísticas. Las dos nominaciones de la Academia de la Radio como mejor narrador de eventos deportivos. Los cinco pregones en distritos y municipios zaragozanos y aragoneses. Y otras cosas que también me han hecho muy feliz, como encontrar gracias a la radio en Ejea de los Caballeros a Nuria, con quien llevo 28 años casado y con la que tengo un hijo, David, que es lo que más quiero en este mundo.
Muchos recuerdos, demasiados, que espero compartir poco a poco con todos los oyentes pasados y actuales. En la radio, que me dio y me quitó la vida, que me provocó mis mayores éxitos y fracasos, tristezas y alegrías, amigos y enemigos, amores y disgustos sentimentales.
En un momento donde puede más la nostalgia que la ilusión y la decepción que los proyectos. Pero si algo he aprendido en cuarenta años es que el mejor programa, la mejor transmisión, aún está por llegar. De esa manera, y acostumbrado a superar las dificultades que siempre emergen cuando más cosas intentas hacer, espero llegar a los cincuenta años en activo y con mejores sensaciones y proyectos todavía.
Muchas gracias a la buena gente que me ha enseñado, que ha compartido su vida conmigo, que ha perdonado mis errores y me ha animado a seguir adelante. Y gracias a quienes me escuchan por emocionarse conmigo y vivir sus vidas a mi lado. Como al formidable equipo que he tenido la fortuna de reunir para crear un modelo y un sistema de trabajo basado en el reto, el método, el talento y la confianza.
Cada vez resulta más difícil confiar en un cambio que produzca estabilidad. Conseguir victorias, afrecer algo más sobre el terreno de jueg...
Sin reacción
Ha sido imposible por el devenir de los acontecimientos mantener la estructura de la temporada pasada. Las ausencias de Borja Bastón, William José y Eldin, las lesiones de Jaime, Rubén y Mario, la escasa aportación de Pedro, Dorca, Hinestroza, Jorge Díaz o Diamanka, la escasez goleadora del equipo, junto a la pérdida de confianza en Popovic y las dudas que despierta Carreras, han precipitado al equipo a la zona de nadie. Y eso es negativo porque un sector de la afición mira más abajo que arriba, en busca de asegurar la permanencia. La lesión de Vallejo complica aún más las cosas y el propio Juliá ha dicho esta mañana que está preocupado y que, si es de larga duración, se intentará traer a un central. Supongo que además de el último centrocampista por el que se lucha antes del cierre del mercado de invierno.
En cualquier caso es difícil eliminar o incluso tamizar la sensación de pesimismo generalizada. Pero una cosa es la realidad y otra muy diferente, cómo se acepta. Con capacidad de intentar resolver los problemas o dejándonos llevar por la pesadumbre. Yo soy más de luchar hasta el final, de convertir una derrota en un triunfo por la actitud a la hora de combatir; pero reconozco que estoy más bajo que nunca, posiblemente porque otros aspectos de mi vida sean demasiado similares en cuanto a la tristeza y el agotamiento que me supone el Real Zaragoza. Por eso comprendo a quienes se rinden, aunque yo intentaré por todos los medios agotar todas las posibilidades aunque mi aportación en todos los casos sea prácticamente imperceptible.
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