Creo que el partido lo perdió el Mallorca, que hasta la expulsión de Aveldaño se había mostrado como un conjunto fuerte, que sabía jugarle al Real Zaragoza y muy bien colocado sobre el terreno de juego. Adrián Colunga nos volvía locos y afortunadamente Alfredo Ortuño no ha cambiado de un día para otro y no tiene una capacidad goleadora letal, aunque estuviera muy motivado y con ganas de perforar la meta de Manu Herrera. Nerviosos por las expulsiones, la del jugador que se encontraba sobre el terreno de juego y dos del banquillo, el propio Fernando Vázquez perdió los papeles y transmitió su rabia a los jugadores, que dejaron de jugar de memoria.
Y otra vez Dorca, esta vez como si de un delantero centro de tratase, puso la rúbrica a su mejor actuación desde que viste la camiseta blanquilla con el doblete. El 2-1 a once minutos del final rompió el partido y el equipo aragonés se replegó para defender el marcador. Un error que aprovechó el conjunto balear para intentar llevarse el empate y a punto estuvo de conseguirlo en los cuatro minutos de prolongación. La fortuna nos echó una mano y el cabezazo de Arana en el área pequeña salió por encima del larguero.
A partir de ahora habrá que hacer más cosas que dejarnos arrastrar por la suerte y ofrecer lo mejor de nosotros mismos pese a las lesiones, la cantidad de amenazas de sanción por acumulación de amonestaciones y el bajón general del equipo. La estela hay que aprovecharla con valentía y entusiasmo porque el objetivo vuelve a estar a nuestro alcance.
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