Puede ser que me haya convertido en un clásico con los años y aunque me gustan los avances en todos los sentidos, innovar en aspectos tan se...

Se me ponen los pelos de punta

Puede ser que me haya convertido en un clásico con los años y aunque me gustan los avances en todos los sentidos, innovar en aspectos tan sentimentales y pegados a la afición como el fútbol me provocan importantes recelos. No entiendo muy bien qué es un "fondo de inversión especializado en mercados futbolísticos" pero en Inglaterra lo prohibieron y eso me da que pensar. Y me provoca muchas preguntas, como a gran parte de los seguidores zaragocistas. Es positivo para el nivel de la plantilla que Roberto haya venido, incluso sorprende que el Real Zaragoza solamente haya pagado 300.000 euros por su fichaje. Lo que ocurre es que el futbolista no es propiedad del club aragonés. Y además muchas voces han surgido en contra de esta operación: la Liga nacional de Fútbol profesional ha decidido no adherirse por primera vez al concurso voluntario de acreedores que solicitó el Real Zaragoza el pasado 7 de junio, la AFE ha sido muy crítica con el fichaje de Roberto, la asociación de pequeños accionistas del Real Zaragoza estudiará el problema pero no le gusta el cariz que toman los acontecimientos, varios ex futbolistas acreedores se han tirado de los pelos e incluso la plantilla actual no ve con buenos ojos que no se atienda a sus pagos y que se entre en este tipo de negocios, aunque Ponzio diga en la web del club que "todo está aclarado". Recordad que ya nos pasamos de listos con el "caso Matuzalem" y cómo nos lució el pelo con el Shakhtar Donetsk y el TAS, además de la desgracia que supuso su lesión y malvenderlo a la Lazio.
Para colmo, la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios de Portugal suspendió durante una hora las acciones del Benfica hasta recibir más información que especificara detalladamente la separación de los derechos económicos y deportivos para conocer realmente el acuerdo alcanzado entre ambos clubes. Una vez explicada la cuestión, volvió a cotizar.
Una movida formidable, que vuelve a convulsionar los ya perjudicados cimientos de la entidad zaragocista con situaciones que no se habían vivido hasta el momento. Me da la impresión que la frenética huída hacia adelante de Agapito es similar a la de un atleta que en vez de saltar las vallas las va tirando, sin importarle nada más que llegar cuanto antes a la meta. ¿Pero cuál es la meta del máximo accionista del Real Zaragoza?
Llevo varias temporadas preocupado por la suerte deportiva del club, la pasada temí por la fractura social que se produjo en el zaragocismo, pero ahora mismo se me ponen los pelos de punta pensando en el futuro como sociedad de una entidad que cada vez sorprende en mayor medida por las decisiones que toma.

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