Una semana ha sido suficiente para que todas las expectativas puestas en el Real Zaragoza se hayan desmoronado. El aspecto deportivo era lo ...

Regresan los fantasmas

Una semana ha sido suficiente para que todas las expectativas puestas en el Real Zaragoza se hayan desmoronado. El aspecto deportivo era lo único que mantenía en vida el proyecto, acosado desde todos los frentes posibles, pero hasta eso se ha disipado. No se trata de ser optimistas o pesimistas, se trata de ver que después de dos meses largos de competición el Real Zaragoza se encuentra en el balcón del descenso, asomado otra vez al precipio. Y ya comienzan los nervios, las prisas, las malas caras y querer echarle la culpa al empedrado.
No existen excusas ni paños calientes para amortiguar el lamentable espectáculo ofrecido estos ocho últimos días. Escondidos y sin argumentos en Pamplona, la situación se salvó por los acontecimientos ocurridos en las gradas y el posterior atentado al autobús del equipo. La actitud timorata y de entrega del balón el miércoles ante el Valencia hizo irreconocible al equipo; y no digo ya de la forma de entender históricamente el fútbol en la Romareda, sino con referencia a los partidos ante el RCD Español y la Real Sociedad. Segunda derrota consectuva sin disparar a puerta. El domingo, en un viaje a un estadio que hervía por la crisis y por las ganas de echar a Manzano, el equipo cambia su sistema por otro aún más defensivo y deja arriba para que corran como "pollos sin cabeza" a Luis García y Postiga. El portugués, cercano a una depresión por haber perdido su identidad como delantero y ganarse el sueldo haciendo kilómetros sin ningún sentido.
Aguirre exculpa a sus compatriotas Juárez y Barrera mientras señala con el dedo acusador a Juan Carlos. Incluso comenta que la plantilla que le había construído Antonio Prieto es corta e insuficiente, cuando él pidió un grupo reducido y se encargó junto con Agapito de confeccionar la lista de jugadores para esta temporada. El técnico mexicano pasó de estar gracioso en sus ruedas de prensa a parecer triste e incluso a responder con cierta agresividad según los temas propuestos.
¿Qué pasa? ¿Cuál es el problema? ¿Qué es lo que ocurre y no sabemos?
El partido contra el Sporting en la Romareda será la primera final de la temporada. Ya empezamos, volvemos a las andadas, regresan los fantasmas del descenso. Otra vez a luchar por la permanencia de manera agónica, con posible cambio de técnico si "rompen" Agapito y Aguirre, mercado de invierno con movimiento y arengas a la afición para que ayude al equipo. Todo esto mientras los enemigos del club esperan tranquilos que todo se venga abajo para celebrar los males de un club que se ha ganado por méritos propios la lejanía o la antipatía de mucha gente.

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