Diez minutos bastaron para darnos cuenta que la UD Las Palmas iba a ganar el partido. Calidad, talento y gol. Muchos argumentos más que lo...
Impotencia
Vuelvo de Gerona después de cenar, con la tranquilidad de la noche y asumiendo la pobreza de un club que no sabe defender su histórico p...
Otra decepcion
La derrota del domingo es un fracaso sin paliativos, un desastre amargo para los aficionados que acudieron al campo rojiblanco y para los que lo escucharon por la radio o sufrieron con las imágenes por internet ofrecidas por la Liga. Que esa es otra, la organización televisiva de una Liga mediocre tanto en Primera como en Segunda que amenaza con cargarse un negocio que ya no lo es tanto para nadie. Todo son escándalos, desmesuras, vulgarización de la competición para mayor gloria de los antagonistas, con invitados especiales que utilizan los poderosos como excusa y que se aprovechan al final tambien de ellos.
Estoy triste por la derrota porque a veces pienso que es posible el milagro y cuando más bajo la guardia, más fuerte recibo el golpe de la realidad. Aunque, a decir verdad, ya empiezo a notar cada vez menos el dolor por la frecuencia de las agresiones.
Conseguir los tres puntos frente al Real Jaén era un fin en sí mismo. Al margen de jugar bien, de crear ocasiones de gol o de dominar el pa...
Tan cerca, tan lejos
Conseguir los tres puntos frente al Real Jaén era un fin en sí mismo. Al margen de jugar bien, de crear ocasiones de gol o de dominar el partido. Por eso mismo, que el encuentro fuera aburrido, sin tensión ni calidad, importaba muy poco. O que el adversario llegase a jugar mejor el balón, o desperdiciase dos claras ocasiones de marcar. El único objetivo era la victoria y a estas alturas los tres puntos siguen alimentando las ilusiones de muchos zaragocistas.
Los empates de Vitoria y Soria fueron pobres y con muy escaso valor, arrancados después de mucho sufrimiento y arrojando por la borda un triunfo que hubiera servido de mucho para la segunda opción, que no es otra que conseguir un puesto en la promoción. Ganarle al Éibar fue providencial y retomar el sabor por el triunfo en el estadio municipal, un sorbo de agua para seguir bajo el implacable sol del desierto.
Solamente nos queda seguir hacia adelante, sin conocer el futuro. Sin saber si esta lucha contra el destino valdrá para algo o el club desaparecerá, como venganza de García Pitarch a Agapito, o como actitud de despecho del máximo accionista contra una masa social que no le perdona su paso por el club. Incluso que el tinglado se desmorone por sí mismo, al no poder aguantar embargos, denuncias o impagos.
Corren malos tiempos para el zaragocismo, ahogado en su propia sangre, derramada por la voracidad de quienes han pretendido desnaturalizar la esencia del sentimiento futbolístico para su propio provecho. Ahora, en las oscuras cloacas del desengaño, la crispación y el hastío llaman a la desunión. Y al mismo tiempo, aún hay quien pretende sacar tajada de este descalabro.
El domingo hay que ganar, como sea. Porque cada victoria enciende una llama en el estéril corazón de los jugadores, hace más fuerte al entrenador y nos acerca a la promoción, triste objetivo casi imposible que provoca sueños en la buena gente que siente en su pecho el escudo del león.
Todos teníamos una gran ilusión con la llegada de Víctor Muñoz al banquillo del Real Zaragoza. Y la ilusión provoca esperanza e incluso eu...
Era previsible
El entrenador aragonés ya ha sido claro en su pronóstico: consiste en evitar el descenso a Segunda B como sea. Sin mirar a otras opciones, sabiendo que cada partido va a ser una amargura y que se tienen que ganar la mitad para asegurarse la permanencia. Así de sencillo y así de complicado.
Ahora consiste en recuperar futbolistas como Víctor Rodríguez, Acevedo o Ángelo Henríquez. Que como no han jugado, se postulan como recambio. Además, debemos tener en cuenta que César Arzo está sancionado para el desplazamiento a Vitoria y que las lesiones o las tarjetas mermarán los escasos efectivos blanquillos.
Víctor Muñoz no puede obrar milagros y lo sabe, pero me parece que no estaba al tanto de la profundidad del desastre zaragocista. Que es enorme. Quizás, al habernos acostumbrado, hayamos perdido la perspectiva. Pero jamás en Segunda División se habían perdido tantos partidos en casa, el equivalente a 28 puntos que es una sangría insostenible.
Pensar a estas alturas que el club puede descender a Segunda B da miedo, terror, inmoviliza por las consecuencias que puede tener para la capital aragonesa y no solamnente en el plano deportivo. Ojalá esta sensación de que va a estallar todo, mueva a empresarios, instituciones y demás, a volver la cara a la realidad y no esconderse para evitar mojarse en el barro. Porque los ciudadanos también demandarán a quienes se hayan lavado las manos como Pilatos.
Han ocurrido muchas cosas desde la derrota en Ponferrada. Un tropiezo cruel con goleada incluida que puso a los pies de los caballos a Pac...
El último tren
Jesús García Pitarch apenas dijo unas palabras en el adiós del técnico catalán y apenas unas frases de bienvenida con la llegada de Víctor Muñoz. Su llegada fue una sorpresa después de que Agapito prefiriese a Víctor Fernández para su primer proyecto y no se cortó en su presentación desmarcándose del máximo accionista y dejándole en evidencia. Pero ahora lo más importante es que tome las riendas y comience a ganar partidos; primero, para asegurar la permanencia y después, para intentar meter al equupo en los play off.
Confío en la capacidad de estímulo de Víctor Muñoz y en su contrastada capacidad táctica. Conocerá a estas alturas de la semana los puntos fuertes y las debilidades del conjunto gallego y, por supuesto, lo que puede dar de sí su plantilla.
Aún así, lo normal sería que el Deportivo puntuase en la Romareda. ha conseguido veinticinco puntos fuera de casa, los mismos que en Riazor, con tan sólo nueve goles encajados. Y si es capaz de provocar la inseguridad y el nerviosismo en el equipo maño, es posible que moralmente se venga abajo el Real Zaragoza.
Al margen de la calidad, la preparación física y la dinámica, creo en el factor emocional. Y si Víctor Muñoz es capaz de encontrar el camino a la mejora de la estima zaragocista tendremos mucho ganado de cara al partido del domingo, donde la presencia del público y la actitud de lan grada será también fundamental.
La llegada de Víctor Muñoz es el último tren que puede tomar el Real Zaragoza para intentar cambiar esta dinámica tan negativa. pero creía lo mismo cuando se hizo cargo Manolo Villanova hace siete años del equipo y no pudo evitar el descenso a Segunda División.
Abandonar Huelva con la noche encima, ver cómo partía el autocar del Real Zaragoza en la soledad más absoluta y con caras cansadas, mezc...
En mitad de ningún sitio
Y eso que el Recreativo no demostró una solidez de líder, una contundencia de aspirante definitivo al ascenso directo. Por supuesto sabe a qué juega, tiene profundidad ofensiva y gusta de la posesión del balón, pero pudo perder perfectamente el sábado en el Colombino. Si no hubiera sido por el penalty cometido por Abraham, ahora estaríamos con dos puntos más en la pomada. Otra vez los pequeños detalles derrumbaron un posible triunfo tan inmerecido como estéril.
La realidad del día a día, la historia reciente, el clamor ahogado de la afición, destrozan un equipo que podía ser la punta de lanza de la salvación deportiva. Porque, pase los que pase en los tribunales, en las entrañas del club, la supervivencia comenzará con el ascenso. Si no se consigue el regreso inmediato a Primera División el Real Zaragoza se desmantelará, se quebrará su estructura y pondrá camino a su final. Incluso para una posible venta el valor de la sociedad sería mucho mayor porque los ingresos por los derechos de televisión son fundamentales para la subsistencia.
Va a ser muy difícil conseguir el regreso a Primera División directamente, tendría que dar un giro copernicano el equipo y ganarlo prácticamente todo, pero la promoción sigue estando ahí. Y estoy convencido que, solamente por el apoyo agónico del zaragocismo, por esa actitud de generoso compromiso, la vieja Romareda volvería a vibrar como siempre ha hecho en los momentos más importantes, si llegase el caso.
Es lógico que la gente se marche después de marcar el segundo gol el Castilla. Ya no había nada que hacer y era una pérdida de tiempo qued...
La afición abandona
Las discusiones del secretario técnico con el entrenador, la actitud beligerante del director general, la presencia en los juzgados de Agapito Iglesias, la denuncia por impago de Manolo Jiménez, la razón otorgada en los tribunales a Romaric, no auguraban nada bueno. Con tantos problemas (incluidos los relativos al cobro de los futbolistas) es difícil aguantar el ritmo de competición. Y más cuando tienes jugadores apartados, lesionados o sancionados. Un formidable caldo de cultivo para el fracaso.
No prosperó la iniciativa de algunos movimientos zaragocistas para abandonar la Romareda al descanso y regresar cuando comenzase la segunda mitad. La gente acude por inercia al estadio, los pocos que van, y no tienen en su mayoria ganas de complicarse la vida. Es entendible que algunos intenten oponerse a la propiedad y también que la mayoría no desee manifestarse.
Se habla de muchas cosas, las dudas son enormes en el zaragocismo. Desde la liquidación de la compañía al terminar la temporada, al descenso a Segunda B o a la venta de las acciones de Iglesias García. Es un hervidero de rumores movidos por la necesidad de que ocurra algo que ponga punto final a una situación insostenible.
No lo sé, nada hay confirmado ni los indicios se pueden interpretar como signos en uno u otro sentido. Habrá que esperar, seguir sufriendo y pensar en un final o en un principio según el carácter de las personas. Lo más triste es que todo es susceptible de empeorar y que, posiblemente, no hayamos tocado fondo todavía. Como decía Friedrich Nietzsche, "la esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre". Y para no ser negativo, un regalo deKhalil Gibran a los optimistas: "en el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente". Quédense con lo que prefieran.
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Were this world an endless plain, and by sailing eastward we could for ever reach new distances