Han ocurrido muchas cosas desde la derrota en Ponferrada. Un tropiezo cruel con goleada incluida que puso a los pies de los caballos a Pac...

El último tren

Han ocurrido muchas cosas desde la derrota en Ponferrada. Un tropiezo cruel con goleada incluida que puso a los pies de los caballos a Paco Herrera, virtualmente cesado desde hace semanas. Solamente quedaba un empujón después de la masiva protesta del público en el último partido jugado en la Romareda. El técnico catalán ha sido superado por los acontecimientos y devorado por la situación, algo habitual en el Real Zaragoza de Agapito Iglesias. Y se marchó de Zaragoza en una rueda de prensa muy corta, vacía de contenido y sin posibilidades de preguntas por parte de los periodistas presentes en el acto.
Jesús García Pitarch apenas dijo unas palabras en el adiós del técnico catalán y apenas unas frases de bienvenida con la llegada de Víctor Muñoz. Su llegada fue una sorpresa después de que Agapito prefiriese a Víctor Fernández para su primer proyecto y no se cortó en su presentación desmarcándose del máximo accionista y dejándole en evidencia. Pero ahora lo más importante es que tome las riendas y comience a ganar partidos; primero, para asegurar la permanencia y después, para intentar meter al equupo en los play off.
Confío en la capacidad de estímulo de Víctor Muñoz y en su contrastada capacidad táctica. Conocerá a estas alturas de la semana los puntos fuertes y las debilidades del conjunto gallego y, por supuesto, lo que puede dar de sí su plantilla.
Aún así, lo normal sería que el Deportivo puntuase en la Romareda. ha conseguido veinticinco puntos fuera de casa, los mismos que en Riazor, con tan sólo nueve goles encajados. Y si es capaz de provocar la inseguridad y el nerviosismo en el equipo maño, es posible que moralmente se venga abajo el Real Zaragoza.
Al margen de la calidad, la preparación física y la dinámica, creo en el factor emocional. Y si Víctor Muñoz es capaz de encontrar el camino a la mejora de la estima zaragocista tendremos mucho ganado de cara al partido del domingo, donde la presencia del público y la actitud de lan grada será también fundamental.
La llegada de Víctor Muñoz es el último tren que puede tomar el Real Zaragoza  para intentar cambiar esta dinámica tan negativa. pero creía lo mismo cuando se hizo cargo Manolo Villanova hace siete años del equipo y no pudo evitar el descenso a Segunda División.

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