Las semanas se encadenan con sorprendentes disgustos, tímidos atisbos de esperanza y ocurrencias de Agapito, que bate registros de manera es...

Una continua huída hacia adelante

Las semanas se encadenan con sorprendentes disgustos, tímidos atisbos de esperanza y ocurrencias de Agapito, que bate registros de manera espectacular. Le recomendaría a mi amigo y admirado Luis Alegre, zaragocista de corazón, que le contase a Santiago Segura la historia del presidente del club blanquillo para que preparase una trilogía con estrambote como la creada con "Torrente". Solamente siguiendo los hechos cronológicamente, sin interpretar absolutamente nada, tendría un éxito de público asegurado y provocaría las risotadas y la diversión de millones de espectadores. La pena es que todo esto es real, aunque parezca mentira, y no parece tenre un final a corto plazo.
Respiramos aliviados cuando el Real Zaragoza ganó con una tremenda dosis de fortuna al Villarreal, que pagó cara su prepotencia al no rematar un partido que tenía ganado en la primera parte. Fue una victoria tan sorprendente como inesperada, que alarga un poco más la agonía y que mantiene una mínima e intermitente llama en nuestro corazón. Como si midiera los tiempos de manera con premeditación y maquiavelismo, aprovechó la sensación positiva en la gente para comunicar la venta de sus acciones y llorar en los brazos de José Ramón de la Morena en el mismísimo Madrid. Una entrevista que seguí por twitter porque no escucho ese programa desde hace casi veinte años y que no gustó a casi nadie, por lo visto en las redes sociales y los foros.
Lo más cachondo fue el comunicado elaborado por los despachos de abogados Cuatrecasas, Gonçalves Pereira y Gabinete Cimbra, donde se inforḿaba sobre el proceso de venta. Informe a instancias del propio Agapito, cuya forma legal es impecable por la profesionalidad de los citados bufetes.
Lo primero que se me ocurre es que se trata de un proceso casi imposible y de una capacidad selectiva formidable. O bien ya está hecha la venta y es solamente un mero trámite, o no se desea que se produzca. Se habla de un prestigio y de una solvencia, cuyo reconocimiento es difícilmente mensurable y acreditable. También se dice que "se primarán los proyectos más sólidos que aseguren los mayores éxitos". ¿Cómo puede exigir algo que Agapito no ha llevado a cabo? Porque aquí no hay plan ni éxitos de ningún tipo. Como en su momento, al comprarle las acciones a Soláns (proceso judicializado por impagos), tampoco aseguró ni su prestigio, ni su solvencia. Aunque ahora diga que ha invertido 40 millones de euros en el Real zaragoza y que no ha ganado dinero con el club.
El último punto hace referencia a que estudiados los informes enviados, serán los asesores quienes procedan, según las referencias, a contactar con los candidatos. Pero será Agapito quien decida.
En realidad, da la impresión que se trata de otra huída hacia adelante para ganar más tiempo, echarle toda la mierda encima a la plataforma "Salvemos el Real Zaragoza" y a la APARZ e intentar demostrar a la afición que nadie puede o quiere comprarle sus acciones. Así piensa que se deshará de las molestas iniciativas de los diferentes movimientos y podrá actuar con absoluta libertad y sin presión popular, al dejar sin efecto la corriente contraria de un importante sector zaragocista.
Pero habrá que darle tiempo al tiempo y esperar un milagro, en este caso, no deportivo. Estamos ya curados de espanto y sin esperanzas de ningún tipo y por eso es cada vez más difícil provocar en nosotros un sensación de cierta seguridad en que podremos salir de esta algún día.

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