Como en la antigua, pegadiza y difundida canción de Julio Iglesias, "la vida sigue igual" para el Real Zaragoza. Derrotas esperada...

La vida sigue igual

Como en la antigua, pegadiza y difundida canción de Julio Iglesias, "la vida sigue igual" para el Real Zaragoza. Derrotas esperadas, empates celebrados y fichajes del mercado del paro para recomponer una plantilla insuficiente y desquilibrada. Y que seguirá en la misma linea porque llega un futbolista de cuyas características ya hay de sobra en el equipo. Antonio Tomás, que no tiene culpa de nada y que ojalá llegue con la fortuna bajo el brazo y podamos disfrutar todos de ella. Nunca se sabe, Lanzaro también arribó al conjunto blanquillo desde el "oulet" y ahora pedimos con urgencia que juegue, bien de central, bien de lateral para darle más contundencia a la zaga.
Mientras tanto, pasamos de la borrachera de goles del Villamarín al empate a cero de la Romareda. Con buenas sensaciones para muchos porque de poder encajar una goleada de escándalo pasamos a rozar el 4-4. Y tres días más tarde nadie se molestó por dejar escapar dos puntos ante el Málaga en un partido donde se vio cierta mejoría en el diseño general del equipo y sus prestaciones.
Que tampoco son muchas pero, dado el arranque de competición contra el Real Madrid, todo lo que vino después ha sido recibido con satisfacción. Ahora toca viajar de nuevo, acudir a un Madrigal donde la afición espera mucho de su equipo tras un arranque irregular en la Liga y en la Champions. La derrota por 2-0 en Nápoles ha hecho mucho daño y ya se sabe que el cansancio es también psicológico, lo que debe aprovechar el Real Zaragoza para puntuar. Pero lo intentará dejando el control del balón, protegiendo la portería y buscando especialmente el empate a cero hasta el final. Aguirre sabe que en el intercambio de golpes tenemos las de perder por nuestra falta de gol y por las dificultades de mantener la puerta imbatida.

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