El Real Zaragoza está eliminado de la Copa del Rey. Se trata de un hecho inalterable y que significa un golpe moral a la historia del club....

Objetivo, la Liga

El Real Zaragoza está eliminado de la Copa del Rey. Se trata de un hecho inalterable y que significa un golpe moral a la historia del club. Porque fue en la Romareda, en la primera eliminatoria donde intervenía el equipo y ante un adversario de menor cualificación histórica, deportiva, social y hasta económica. Si me apuran, hasta peor sobre el terreno de juego, aunque el partido se disputase a ráfagas y su calidad estuviera en entredicho durante gran parte de su desarrollo. Pero una vez asimilado el dolor y hasta la vergüenza, consiste en extraer lo positivo que nos deja dicho enfrentamiento. Que al final, la Copa iba a ser un lastre en el camino hacia el ascenso, que la afición respondió ante la mala fortuna del equipo y su entrega en la segunda parte, y que apareció un futbolista, Sergio Gil, que merece cuando menos el beneficio de la duda.
Porque las gotas de talento que se vieron anoche en la Romareda las proporcionó el canterano y fueron tan evidentes como alentadoras. No consiste en presionar más de lo debido al futbolista, ni que ahora le pille manía el entrenador por demostrar su capacidad. Solamente que se le concedan las mismas oportunidades que a otros futbolistas y que no las han aprovechado. En obtener un rendimiento para que el beneficio sea compartido y se eleve el nivel de calidad del equipo sobre el terreno de juego. Que se puede y se debe. Es en estos momentos cuando hay que aprovechar las cosas buenas que te deja la adversidad. Y ser receptivos e inteligentes para convertir la necesidad en virtud.
Ahora, sin la Copa, con la confirmación de Sergio Gil y un partido a la vuelta de la esquina, consiste en trabajar, hacer de tripas corazón, salir a por todas el domingo y ganar de manera contundente al Tenerife. Ni más, ni menos. Sin excusas ni paños calientes. En esta ocasión el choque ante los insulares significa una grandísima oportunidad de colocarnos arriba de la tabla para no dejar las posiciones de privilegio. Espero ver intensidad, ganas de tener el balón, contundencia en la zaga, creación en el centro del campo y resolutividad en punta. Y donde no llegue la calidad, que lo supla el amor propio y las ganas.

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