Volviendo al encuentro del pasado fin de semana, solamente acudieron 16.000 espectadores a la Romareda para presenciar un encuentro definitivo ante el Deportivo Alavés. De esos que lo único importante es ganar y que si lo haces, no tiene más repercusión que los tres puntos. Se jugó mejor en la primera parte, se mantuvo la puerta a cero y se marcó un gol que significó la victoria. Un triunfo necesario que mantiene las distancias con la cabeza pero que deja al equipo incrustado en la zona baja y rozando los números del descenso.
Si me preguntan si mejoró el Real Zaragoza, les diré que sí durante la primera media hora. Me gusta que Erik Morán esté por delante de la defensa y el desorden de Diamanka, que es capaz de hacer cosas diferentes en el centro del campo, dar un último pase e incluso disparar a puerta. También se implicó Ortuño que, además de marcar el gol, realizó un buen trabajo. Además no se encajó ningún gol, lo que cierra la sangría que en el primer mes de temporada penalizaba al equipo.
Los cambios obligados por las lesiones de Rubén y Jaime impidieron que Ranko Popovic propusiera otra dinámica en la segunda parte, donde se cayó el equipo y dio un paso atrás. No es que hiciera mucho el Deportivo Alavés pero se volvió a ver un equipo titubeante y que perdía el balón para refugiarse atrás, en busca de mantener el resultado.
Siendo positivos, el nuevo sistema le da un aire diferente al Real Zaragoza y podemos adivinar a qué juega, pero subyace el grave problema del gol, que es en estos momentos imposible de solucionar. Ángel y Ortuño tienen muy poco acierto y juegan siempre por separado. Yo les pondría juntos, utilizando un 4-4-2 para darle un aire más ofensivo al equipo y sin ceder un ápice en el centro del campo. Pero la única opinión válida y que importa es la del entrenador, que por eso es un profesional titulado y con experiencia, que se juega cada fin de semana su puesto. Este tipo de decisiones no son asamblearias ni deben proceder de la grada ni de la prensa.
En cualquier caso, las ausencias por lesiones (Mario, Pedro, Rubén, Marc Bertrán y Jaime) y por la jornada FIFA (Vallejo y Bono), dejan muy mermado al equipo de cara al próximo compromiso en el Carlos Belmonte, como ya le ocurriera a Popovic la temporada pasada. Y no solamente para la víspera del Pilar.
Veremos cómo se resuelve el enigma.
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