Lo intentó Ranko Popovic pero no consiguió darle la vuelta a una situación que sigue empeorando cada semana. El empate arrancado en Lugo no ...

No es suficiente


Lo intentó Ranko Popovic pero no consiguió darle la vuelta a una situación que sigue empeorando cada semana. El empate arrancado en Lugo no es suficiente y demuestra que el Real Zaragoza es incapaz de ganarle a nadie esta campaña. A lo sumo, jugando bajo el amparo de su afición y en una remontada épica superado el tiempo reglamentado hace ya varias semanas contra el Almería. Y así no puede plantearse una temporada donde se ha tenido el tiempo suficiente para armar una plantilla en condiciones para asumir el reto del ascenso. Ahora ya no parece tan completo el grupo donde falta un delantero centro goleador al margen de mayor inteligencia en el centro del campo para construir un fútbol mucho más ofensivo.
Después de una semana donde las declaraciones se han producido sin la presión de los medios de comunicación y han sorprendido a la afición, solamente queda claro que existe un tremendo nerviosismo dentro del club y que hay diferentes líneas de opinion en el consejo. Encendió la mecha Ranko Popovic antes del encuentro ante el Córdoba discriminando a los zaragocistas de los anti zaragocistas entre la afición y la prensa local. Y ni el técnico ni el equipo dieron la talla contra los andaluces y los navarros. Fernando Rodrigo pecó de ingenuo tras la derrota contra Osasuna y Martín Gonzalez fue demasiado impulsivo al organizar una improvisada rueda de prensa donde casi ofrece su cargo al club sin una comunicación previa con sus directivos.
Todo se hubiera resuelto con un cambio de actitud sobre el terreno de juego de Lugo, con una victoria que animase de nuevo a la afición. Pero el equipo terminó pidiendo la hora en otro final de partido donde los cambios no mejoraron en absoluto lo que se vio hasta la segunda parte en el estadio gallego. Y con seis puntos de dieciocho no está ni el entrenador, ni la plantilla, ni el director deportivo, cualificados para sacar pecho o pedir paciencia.
En consecuencia y exigiéndoles a todos menos protagonismo en sus declaraciones, consiste en trabajar más y mejor. Mordiéndose la lengua y entrenando con un esfuerzo mayor y con una mente mas abierta para sumir los cambios que sean necesarios para ganar. Es decir, menos tonterías y mejores resultados de una vez. Que para broma, ya vale.

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