He esperado algunas horas para ponerme delante del teclado y opinar sobre la situación del Real Zaragoza. Me parece que las últimas derrot...

Caída libre

He esperado algunas horas para ponerme delante del teclado y opinar sobre la situación del Real Zaragoza. Me parece que las últimas derrotas han dejado al equipo en una situación muy vulnerable, exactamente como le gusta al máximo accionista. Ni jugamos un pimiento, ni le marcamos un gol al arco iris y aguantamos solamente tres minutos el ataque del rival. Y eso que Osasuna es un equipo limitado y con una forma de jugar muy predecible.
Creo que, desde ese momento, desde el gol de Sola, los navarros tocaron el balón con tranquilidad, manejando los tiempos y sin apenas sobresaltos. Es posible que jugásemos tres días y que fuéramos incapaces de marcar el tanto del empate. No me gusta que Movilla esté desubicado y juegue por la derecha, por la izquierda, que asuma posiciones de extremo o que corra decenas de kilómetros de manera estéril. Tampoco la elección de los centrales, al margen de la lesión de Loovens o la sanción de Álvaro. ¿Qué pasa con Lanzaro? ¿No podría cubrir mejor la posición en la zaga que Paredes?
La caída libre no se detiene de repente hasta que no te estrellas sobre el pavimento. Hay que reducir la velocidad hasta que evitemos el hostión con soluciones graduales. Pero sin perder el tiempo. No es recomendable la salida del entrenador porque Jiménez conoce bien el club y el equipo que tiene, como también lo que se cuece en las cocinas del Real Zaragoza. Pero tendrá que asumir su responsabilidad y tomar decisiones. Ni el estado del terreno de juego, ni las actuaciones arbitrales, la mala suerte, la Copa, las lesiones o la presión mediática son, por sí mismas, culpables de haber obtenido dos puntos después de siete partidos en unos meses de enero y febrero terribles.
Tengo que hacer grandes esfuerzos por mantener la calma ante los infantiles y obtusos ataques de supuestos zaragocistas que apuntan con sus armas a los periodistas. Una cosa es no estar de acuerdo con tu opinión, lo que es respetable y enriquecedor, sino que insultan y molestan a quienes trabajamos en una profesión tan complicada como esta. Donde algunos se creen entrenadores, comunicadores o gurús, incluso.
Es una pena que algunos utilicen el teclado como solución a sus traumas, como intento de alcanzar una fama fugaz aparentado una violencia que ellos suponen intimidan a las personas a quienes desean emular. Afortunadamente, cuando se pasan en su acoso se les puede bloquear e incluso interponer una denuncia a la policía, que sigue muy de cerca este tipo de actuaciones que pueden desembocar en algunos casos, en delito.
Ayudar al Real Zaragoza no es ponerse la bufanda alrededor del cuello y saltar como un tonto de baba esperando que las cosas se resuelvan solas. No es proteger supuestamente a tu club con una defensa fundamentalista y endogámica, negando los errores y evitando que se superen. La verdad es polifacética, pero los números tienen una interpretación muy clara. Y hay que ganar. Y para ganar, hay que tener un sistema producto de los jugadores que tienes en la plantilla. Que serán mejores o peores, los habrá traido el entrenador o el máximo accionista, pero que hay que utilizarlos con sabiduría y mesura. Con una toma de decisiones producto del salario que percibes.
En fin, que no pretendo convencer a nadie ni estimular encendidos odios y violencia que solamente parten del complejo de inferioridad de quien los proyecta. Seguramente envidiosos por no haber conseguido sus objetivos.
En cualquier caso, mi comprensión para todos ellos aunque tenga que tomar medidas saludables para evitar que tanta tontería me produzca dolor de cabeza.

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