El viernes no pudo verse a través de la pequeña pantalla el partido de España en Bielorrusia. El millón largo de euros que costaban los der...

Que tomen nota...

El viernes no pudo verse a través de la pequeña pantalla el partido de España en Bielorrusia. El millón largo de euros que costaban los derechos de transmisión hicieron imposible que contemplásemos el rotundo triunfo del equipo de Vicente del Bosque. Y no pasó nada, la gente no se echó a la calle en manifestaciones de protesta, los aficionados españoles aguantaron y siguieron la narración del partido por la radio. Y es que la gente de la radio siempre estamos ahí, aunque sea en las habitaciones del hotel donde se alojaban los enviados especiales en Minsk viendo el partido a través de la pequeña pantalla en la transmisión local para los seguidores de la llamada antiguamente Rusia Blanca. Sin embargo, todo el mundo seguirá el partido entre España y Francia de mañana porque es rentable económicamente y la publicidad costeará los gastos derivados del evento.
Que tomen nota los dueños de los derechos de televisión porque, es verdad que las audiencias de los partidos entre el Real Madrid y el FC Barcelona son enormes, pero la prolongación artificial de las jornadas de viernes a domingo, el comienzo de los partidos a las seis menos diez o a las ocho menos diez e la tarde, terminarán por reventarles en las narices el negocio. A ellos y a los clubes porque sus ingresos, en la mayoría de los casos, son procedentes de la televisión. Y cuando no paguen, porque se arruinen, desaparecerán inexorablamente del fútbol profesional. Una amenaza que surge por el desprecio a los aficionados, a los que están arrojando de los estadios, prisioneros de su codicia.
Mientras tanto el Real Zaragoza sigue inmerso en su crisis de siempre. No tiene pinta que al final de la primera vuelta el equipo blanquillo tenga los veintidós puntos deseados por Jiménez. Y sí da la impresión que las dudas sobre Romaric comienzan a tener visos de certeza. Podría perderse hasta seis partidos de Liga, sin contar el de sanción. Y de la supuesta pretemporada para el costamarfileño, el caso es que será para la disputa de la Copa de África, de donde regresará sin aportarle nada al Real Zaragoza. Eso, si acude a la llamada de su seleccionador, que ha contado siempre con él hasta ahora.
No lo sé, hay muchas cosas que no terminan de gustarme de este club; especialmente el no asumir los errores de cada uno de los principales actores de esta película. Ahora, de lo que se trata, es de ganar el domingo en Granada. Como sea, aunque en el apartado de marcar goles no tengamos especialistas.

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