Ya no queda líquido alguno en la botella de Herrera. Ni medio llena, ni medio vacía. La grada ya ha expresado su opinión y aunque no es vinc...
La botella se ha roto
Está claro que el principal culpable del absoluto desastre que rodea al equipo es Agapito Iglesias. Todo lo que toca lo convierte en vulgar, mediocre e inútil. Pero tampoco en el plano deportivo han superado el reto García Pitarch y sus colaboradores, porque los jugadores incorporados no han dado la talla o su perfil no era el necesario para construir un equipo competitivo. Es posible que nunca se pensara en ascender este año, sino en sanear la entidad y reducir costes según las exigencias de la LFP.
La derrota contra el Numancia es una afrenta intolerable. Y no por el adversario, cuya afición animó sin desmayo durante todo el partido y que mantuvo su actitud amiga, compartida de manera generosa
con la del Real Zaragoza. Juan Antonio Anquela demostró que se puede jugar al fútbol en Segunda División, con hambre de balón y sensatez a la hora de atacar y defender. El tercer fracaso en la Romareda en este arranque de temporada significa que el equipo va a peor, que ha perdido la fe y que no sabe qué hacer con el esférico en sus pies. Conseguir solamente dos puntos en quince partidos es inaguantable, insoportable, inaceptable. Con unos errores defensivos atroces, una actitud en el campo muy poco profesional y la demostración inequívoca de que se han agotado las ideas completamente.
La agonía de la afición es tan injusta como imparable. Porque no veo capacitado a Herrera para aguantar el vendaval, ni a los jugadores con el suficiente carácter para levantar el vuelo. A Pitarch y compañía les puede aplastar la sombra de Agapito que oscurece cualquier acción que se intente llevar a cabo con una supuesta independencia que termina inevitablemente en la impotencia.
Hacía un par de semanas que no me asomaba a este balcón de la actualidad, donde sabes lo que escribes pero nunca quién te lee. Si la gente...
Era necesario
Hoy el Real Zaragoza ha jugado bien y ha ganado, algo que no ocurría desde el comienzo de la temporada. Ha marcado cuatro goles y ha podido conseguir más, ya que Acevedo marró un penalty. También ha sufrido, pero esta vez ha aguantado el tirón pese a jugar con un hombre menos casi cincuenta minutos. Leo Franco mantuvo su regularidad y fue otra vez el mejor de los blanquillos sobre el terreno de juego, donde me gustaron las bandas y especialmente la verticalidad de Montañés. Henríquez es un goleador y aprovecha las escasas ocasiones de las que dispone, creciendo en cada partido que disputa. Acevedo mejora, Barkero gritó al marcar un formidable gol para arrojar de su cuerpo la rabia contenida...
Interesante el cambio del equipo que dio la talla en Mallorca y consiguió una importante dosis de moral para creerse realmente sus expectativas. Exactamente igual que Paco Herrera, con vaivenes en las últimas semanas y la sensación de que estaba a punto de arrojar la toalla por no encontrar la forma de jugar al fútbol con la plantilla que tenía.
Pero este es simplemente un primer paso, un alivio que debe asumirse con satisfacción y felicidad. Para recibir como un candidato al ascenso a la Ponferradina y demostrarle a toda la Segunda División que "la Romareda no se toca" y que ganar aquí ya no está al alcance de cualquiera. Disfrutemos con la goleada, busquemos síntomas positivos y aseguremos cada partido hasta situarnos en la lucha por el ascenso.
¡Felices Fiestas del Pilar, amigos!
Por un momento creí que todo iba a continuar de la misma manera. Después de una salida poderosa, el equipo se vio incapaz de superar a un ...
Un respiro
Fue con Víctor Rodríguez y Movilla sobre el terreno de juego, ya en la segunda parte, cuando el Real Zaragoza fue mucho más peligroso y letal. El chaval dio un recital, formando un excelente trío de ataque con Montañés y el chileno Henríquez, indicando que su titularidad es fundamental. Cinco jornadas después se vio otra cosa, más alegría sobre el terreno de juego y un argumento sólido para confiar en la victoria.
Es verdad que el Tenerife es un conjunto muy débil, sin apenas consistencia y que se hundió al recibir el primer gol. No es menos cierto que en la primera parte aparecieron los fantasmas del arranque de la temporada, con cada oportunidad de los insulares. Pero los partidos duran noventa minutos y lo importante es el resultado final, que fue inapelable para el Real Zaragoza.
Los asistentes no llegaron a los doce mil; la afición está todavía indignada por los abundantes errores cometidos y la actitud de los dirigentes del club. Es una lástima porque muchos se perdieron a José Luis Violeta acompañado de otros ex futbolistas de un Real Zaragoza glorioso, volver a pisar el césped de la Romareda. "El León de Torrero", siempre con una sonrisa dibujada en su rostro, buscando las cosas buenas de la vida pese al rigor de un invierno permanente en los últimos años del zaragocismo.
Tocan momentos duros, no sabemos si esta victoria significará el comienzo de un ciclo diferente o quedará en una anécdota, pero tenemos que disfrutar de la victoria y manifestar el mismo talante positivo de José Luis Violeta, un símbolo, un referente.
El Real Zaragoza ha firmado su peor arranque histórico en la Segunda División después de cuatro partidos, con tan sólo dos puntos en el ca...
Entre la incredulidad y el estupor
Los números no son mentirosos y reflejan la realidad de las cosas. A las que muchas veces se les busca una interpretación que no existe. La plantilla es limitada, sin la calidad suficiente para acometer el ascenso y el entrenador no sabe cómo hacerse con el equipo. Te gana cualquiera y no le ganas a nadie. Falta talento, creatividad y solidez defensiva. Lo malo es que dentro del club nadie parece darse cuenta. a excepción, claro está, que no se tenga contemplado el ascenso.
El Real Zaragoza sigue sin ganarle al FC Barcelona en su campo. Otra temporada más, desde los históricos tiempos de los "Magníficos...
Abismo
Falta calidad, orgullo y trabajo. El sistema no funciona porque los jugadores no tienen el talento necesario para jugar al fútbol. Y los que saben, están lejos de su mejor forma o en situación de ex futbolistas. Falta cerebro, competitividad y pegada. La defensa es frágil, no existe el centro del campo y el ataque es un cachondeo.
¿Se pueden hacer peor las cosas? Ahora mismo, el Real Zaragoza está asomado al balcón de la Segunda División B, un puesto por encima del descenso y a siete puntos del líder. Después de tres partidos ante rivales que no son los más potentes de la competición.
Habrá que resolver, como sea, y de la forma más urgente posible, una situación tan previsible como injustificable. El principal culpable es el máximo accionista, pero también habrá que exigirle responsabilidades al brazo ejecutor de Agapito fichado a golpe de talonario, al entrenador y a los jugadores. A quienes son los actores de una farsa intolerable que raya el insulto a la afición, a la Ciudad y a la Comunidad. Que cada palo aguante su vela. Y el que no se vea con fuerzas para el compromiso, que se vaya y nos deje en paz.
El factor Romareda no fue suficiente para conseguir el primer triunfo de la temporada. Debutaba en el estadio municipal el Mirandés, que a...
Decepción
Pero lo cierto es que, como también comentó Paco Herrera, el marcador pudo ser todavía peor. La afición acudió en escaso número y protestó por la falta de profundidad y acierto del equipo. El murmullo comenzó pronto pese a lo vacío de las gradas, sumida en la decepción. La gente quería volver a ganar en un campo que en la última temporada Manolo Jiménez convirtió en un cachondeo indecente. Y ya vale de tanto sufrir en un escenario que llegó a ser prácticamente imbatible. Ahora parece que cualquiera puede saquearlo con impunidad.
Como nos temíamos, la plantilla es corta, faltan referentes y si no se fichan por lo menos dos jugadores, el ascenso ahora mismo parece lejano. El sentido común y la prudencia indican que se debe tener paciencia, calma y tranquilidad. Que los componentes del equipo deben tomarle el pulso a la categoría y que una primera victoria servirá para aplacar la ansiedad. No se asciende ni en agosto, ni en diciembre, ni en marzo.
Y es posible que los adversarios por el ascenso sean menos fieros de lo que parecen. Pero el ambiente de tristeza, el sentimiento de fracaso, la pérdida de los ideales, se ha instalado en la afición blanquilla. El tono de la vida futbolística se ha convertido en gris, oscureciendo el futuro y provocando la indiferencia para no sentir el dolor. Dicen que los ciclos comienzan y terminan, como los siete años de las vacas gordas y las vacas flacas del antiguo Egipto. En ese caso, parece que la racha está próxima a su final. Pero da la impresión de no tener final.
Dos meses y medio después del traumático descenso a Segunda División, tan merecido como esperado, el Real Zaragoza se encontró con su prese...
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