Después de escuchar al presidente del Real Zaragoza en la junta general de accionistas, no me queda ninguna duda que el club tiene fecha de ...

Tomadura de pelo

Después de escuchar al presidente del Real Zaragoza en la junta general de accionistas, no me queda ninguna duda que el club tiene fecha de caducidad. No sé si es peor que intente engañar con su palabrería a la afición en un acto de cinismo formidable, o que realmente se crea sus propias palabras. Dice tener una buena plantilla y un gran entrenador, al que mantendría aunque no estuviera la sociedad en proceso concursal. Y que gracias a él sigue vivo el Real Zaragoza por su aportación millonaria. Entonces, ¿por qué el equipo es último y está descolgado? ¿Por qué Aguirre no encuentra soluciones a una crisis deportiva sin precedentes? ¿Cómo es posible que uno de los principales acreedores haya fichado a Roberto, modifique el objeto social de dos de sus sociedades y forme parte de un fondo de inversión futbolístico?
Estoy convencido que Agapito nos ganará a todos por agotamiento. Responde lo que quiere cuando quiere, ajeno al problema que él mismo ha provocado con su gestión deportiva y financiera. Dice que lo deseable sería que el Real Zaragoza fuera un club deportivo pero que es de su propiedad, lo que deja al margen a todo el mundo, a la base de la afición blanquilla, a los accionistas, a los abonados, a los ex jugadores emblemáticos... La culpa de los males zaragocistas la tienen las Instituciones por no apoyarle, Soláns porque le dejó una sociedad en la ruina, la crisis planetaria que se ha cebado con el Real Zaragoza, los jugadores porque no han respondido a las expectativas; todo el mundo menos él, auténtico salvador del club por lo que no entiende que la afición esté en su contra.
Pero aún eso niega porque dice no ver las pancartas, no escucha las protestas, es ajeno a la realidad de la aversión de miles de personas aquí y en todos los sitios. Porque ni sus colegas de otros clubes, ni la Liga, ni la AFE, ni la FIFA, ni ex futbolistas, ni centenares de proveedores, le pueden ver sin cabrearse. Es el mundo feliz de Agapito donde todo vale, del que se ha convertido en un adicto porque disfruta del poder que confiere presidir un club de fútbol en la Liga española y con el historial del Real Zaragoza. Se cree empresario de éxito, intermediario de campanillas, agente de gran solvencia y vista de lince, un auténtico líder balompédico que además disfruta de la respuesta negativa, cada vez más cansada de la afición, y se ríe de los medios de comunicación que critican su gestión.
Y los políticos miran a otro lado porque no quieren que se les vincule, que alguien tire de la manta y se sepan más cosas de las que interesa. Le permiten todo a Agapito mientras no mee fuera del tiesto y lance vanas acusaciones sin contenido ni destinatario. Creen que al final se ahogará, se hundirá con el club y como han visto que la gente se ha rendido, en su gran mayoría, pasarán un tupido velo sobre el escándalo cuando el club desaparezca y a otra cosa, mariposa.
Estoy triste, decepcionado y desilusionado. Con ganas también de arrojar la toalla y pensar en un futuro sin fútbol con la cada vez mayor convicción que será el mal menor de esta situación que, si se prolonga demasiado, terminará con nuestra cordura.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, en un principio pense en buscar alguna medicacion para quitarme al Real zaragoza de la cabeza, pero despues lo he pensado y porque voy a desistir del Zaragoza, por culpa de este descerebrao del Agapito, conmigo no va ha poder, aunque desaparezca el club simepre sere del Real Zaragoza

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