La confianza depositada por el consejo de administración en Narciso Juliá es una buena noticia porque significa que se da continuidad a un p...

El comienzo de un proyecto

La confianza depositada por el consejo de administración en Narciso Juliá es una buena noticia porque significa que se da continuidad a un proyecto más allá de los resultados obtenidos la temporada recién concluida. Y el director deportivo ha elegido entrenador dentro de las dificultades que se tenían para encontrar el responsable del banquillo zaragocista. Es cierto que apenas tiene experiencia en Segunda División y esta era una de las características que se buscaban en el técnico, pero también es verdad que la trayectoria de Paco Herrera en este sentido era formidable y no fue capaz de soportar la voracidad del club.
Luis Milla es un entrenador emergente, seguidor de las enseñanzas del tristemente fallecido Johan Cruyff y con una trayectopria de cinco años al frente de las selecciones inferiores de la Federación española de Fútbol, donde llegó a ser campeón de Europa sub 21.
Dicen en Lugo que no llegó a triunfar en el equipo gallego porque era demasiado conservador en su campo y perdió muchos puntos, los que conseguía fuera en la mejor racha del conjunto lucense en toda su historia. El peso de un excelente técnico como Quique Setién fue demasiado para un Luis Milla que no compartía algunos criterios con una dividida junta directiva y que prefirió marcharse del "Anxo" Carro. El turolense es ahora el entrenador del Real Zaragoza y hay que recibirle con los brazos abiertos y darle, por lo menos, el beneficio de la duda. Representa una actitud responsable y discreta sobre el terreno de juego que defendió en el Barcelona, Real Madrid y Valencia, incluso en la selección española. Sabe lo que es la presión mediática y la competencia, es conocido y reconocido en el mundo balompédico español y tiene unos tremendos deseos de triunfar en los banquillos. Y el Real Zaragoza, pese a continuar en Segunda División, tiene su peso en la historia y un recuerdo muy agradable en la memoria futbolística de nuestro país. Luis Milla se juega mucho y apostará fuerte por no fracasar, conociendo la tremenda dificultad que supone el ascenso y las limitaciones económicas que tiene el club.
Sería muy positivo dejar trabajar a Luis Milla, ofrecerle una acogida favorable y apostar por él. Vamos a intentar cambiar entre todos la tendencia de devorar entrenadores creando un clima que nos aleje de la provisionalidad de los últimos años. El fútbol, como la vida, está trufado de emociones y sentimientos además de trabajo y fortuna. Puede haber llegado el momento de cambiar nuestro destino, merece la pena estar preparado también para las cosas positivas que nos puedan ocurrir. Que ya es hora.

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