A estas alturas de la temporada, con los precedentes que hemos tenido anteriormente y con lo traidoras que son las sensaciones, no sé a qu...

Sensaciones encontradas

A estas alturas de la temporada, con los precedentes que hemos tenido anteriormente y con lo traidoras que son las sensaciones, no sé a qué carta quedarme. Por un lado, me gustó la actitud del equipo el sábado frente al Real Madrid y las ocasiones de gol que se crearon. Por otro, ocurrió lo mismo en los partidos ante el Málaga y el Valencia, cayendo en picado después de ofrecer la imagen de una mejoría que terminó siendo una ilusión. Parece que los equipos grandes se les da bien al Real Zaragoza; se estimula, se esfuerza y entrega lo mejor de sí mismo.
Jugar a la contra, presionando muy arriba y con la tensión al máximo, el equipo da mucho de sí. Pero luego vuelve al aburrimiento y a la pérdida de interés, lo que le precipita al vacío. Me sorprendió positivamente Rodri, eficaz como segundo punta y autor de un gran gol, el primero de jugada de 2013. También el regreso de Apoño, con el que el equipo sigue marcando y tiene otro aire a la hora de crear. No me decepcionó Romaric, ya que imaginaba cuál sería su rendimiento: muy escaso porque camina sobre el terreno de juego, sin realizar marcaje alguno y sin ofrecerse en el ataque. Me preocupa Rochina, que podría dejar de jugar por soltarse la lengua el otro día y es un futbolista que puede ser muy interesante para el equipo. Sin duda, mucho más que Bienvenu.
 Queda muy poco tiempo para el final de la Liga y parece que el descenso será cosa de cinco como máximo. Por eso, el partido del sábado en Riazor tiene una importancia máxima porque una derrota supondría alargar la agonía de una racha humillante, mientras que una victoria significaría dejar a siete puntos a los gallegos y alcanzar la barrera psicológica de los 30 puntos. En el campo del Deportivo, contra un Lendoiro que se ha enfrentado al club aragonés desde el affaire "Lafita", con la prensa gallega volcada y la afición reventando Riazor, la tensión será máxima y el partido podría resultar insoportable para los zaragocistas. En fin, amigos. Que sea lo que dios quiera porque estoy cansado y aburrido de sufrir por culpa de la falta de estructura, criterio y organización que tiene este club desde la llegada de Agapito.

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