Dicen que hay derrotas definitivas, humillantes, injustas, épicas y hasta honorables. Yo pienso que, al margen de la carga emocional o hist...

Derrota con dignidad

Dicen que hay derrotas definitivas, humillantes, injustas, épicas y hasta honorables. Yo pienso que, al margen de la carga emocional o histórica de perder una batalla, quien no consigue la victoria ha fracasado. Es un dato imparcial, científico y definitivo. Otra cosa son las sensaciones que forman parte de la comprensión colectiva de quien acude al degolladero y se resiste a morir. Las derrotas de Leónidas, Viriato o Palafox han sido valoradas por el valor de los contendientes pero la realidad es que fueron subyugados por un enemigo superior. Por eso, como dijo Jorge Luis Borges, "hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria".
Todo esto viene a colación de la actuación del Real Zaragoza, que no mereció perder el sábado en el estadio Santiago Bernabéu por cuatro a cero. El planteamiento fue correcto, el fútbol mostrado por el equipo muy comprometido y las ocasiones de gol creadas debieron ser cristalizadas. Incluso el árbitro colaboró en el festival, ya que anuló un tanto a Postiga por fuera de juego que no lo era. Posiblemente las cosas hubieran sido de otra manera al aproximarse el equipo aragonés en sus mejores momentos de sobre el campo.
La afición merengue pitó a su equipo, se aburrió soberanamente durante el encuentro y a veces tuvo escalofríos al pensar que los blanquillos podían marcar un gol en cualquier momento. Y para el bien del fútbol nacional es impensable que pueda perder más puntos inesperados el Real Madrid. ¿Qué iba a ocurrir con los partidos del siglo, que se repiten hasta siete veces cada temporada?
La lectura global que se puede extraer de todo esto es que el fútbol español es una gran mentira y un negocio que se está explotando hasta poner en peligro su futuro económico. La diferencia entre los dos grandes y el resto es de tamaña magnitud, que el tercero ha terminado los dos últimos años a treinta puntos, se marcan más de cien goles por temporada y se consiguen más de cien puntos, convirtiendo el espectáculo en una lucha desalmada por superar cada temporada registros de Guiness.
Superado el dolor del 4-0, lo normal es que cualquiera caiga goleado excepto accidente, con la convicción que se hicieron bien las cosas en el Bernabéu, es de esperar que el Real Zaragoza supere la desagradable sensación de ser goleado ante millones de espectadores y se rearme con absoluta convicción para derrotar al Deportivo de la Coruña en nuestra particular liga por evitar el descenso.

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