Tenía previsto inaugurar mi nueva cuenta de twitter, que será fundamentalmente audiovisual, con la victoria del Real Zaragoza ayer en la Rom...
Revolcón
Lluis Carreras tuvo que elegir entre Dorca, Tarsi y un cambio de sistema. Y aunque pienso que el futbolista catalán no fue el culpable de la derrota, su presencia favoreció el juego del equipo gerundense. Con Culio lento y anulada su capacidad creativa, Javi Ros sin la fuerza de otros partidos, Pedro trabajando más en tapar huecos que en crear ocasiones de gol e Hinestroza a su puta bola, Ángel volvió a enfrentarse con el mundo reventándose de correr y asqueado por no tocar apenas el balón. Si a esto añadimos la falta de talento de Cabrera al buscar involuntariamente su expulsión con sus desmedidas entradas, las dudas de Guitián y la irregularidad de Campins, tendremos casi completo el marco del fracaso. El técnico no planteó bien el partido, o le ganó la partida Pablo Machín desde el banquillo oponente, y luego apenas pudo hacer nada para remediar el desastre con el 0-2.
El revolcón fue formidable y el equipo se descosió por todos los sitios ofreciendo una imagen de incapacidad que debe ser restaurada inmediatamente. Es decir, en Elche. A veces ocurre que es mejor tropezar soberanamente que ir trastabillando sin terminar de caer pero terminando finalmente en el suelo. No me gusta la actitud de Carreras contra algunos periodistas en las ruedas de prensa, porque matar al mensajero no es la solución de nada y a la postre le perjudicará a él y al club si las cosas se tuercen definitivamente; vamos, si no se asciende. Pero tenía razón, en mi opinión, cuando decía que en estos momentos es cuando más debe creer el equipo en el ascenso. Y esto lo digo yo: demostrarlo cuanto antes y con la misma rotundidad que el Girona el domingo en el coliseo zaragocista.
No hay batallas sencillas ni victorias sin esfuerzo. Y así debe ser porque la historia se escribe con las decisiones que se toman, con las e...
Con sufrimiento sabe mejor
Una vez superado el tramo más complicado del calendario, el Real Zaragoza camina con paso firme hacia el ascenso. Posiblemente de una manera...
En el buen camino
Existe un plan, los jugadores han hecho suyas las ideas del entrenador y desde la dirección deportiva Juliá sigue trabajando sin prisa, pero sin pausa. Mantener esta corriente, superar las adversidades en clave de sancionados, lesionados o errores arbitrales, es lo que debe hacer el equipo. Sin mirar más allá del próximo encuentro ni hacer cábalas sobre marzo, abril o mayo. Se trata de buscar el próximo triunfo, explotar al máximo las emociones favorables y estar convencidos de lo que se está haciendo. El domingo se pudo ganar en Mendizorroza porque la propuesta deportiva del Real Zaragoza fue mejor que la del Deportivo Alavés. Incluso con un futbolista menos durante cincuenta minutos en en escenario nada fácil por la intensidad de los futbolistas de Pepe Bordalás. No hubo pánico a medida que el tiempo iba pasando y el conjunto vasco intentaba encerrar a los maños en su campo. Se buscaba salir siempre con el balón controlado y mirar siempre al área contraria, con un plan diseñado para puntuar si no se podía ganar.
La corriente positiva que emana de la propia plantilla, sin pecar de un optimismo exagerado, también anida en la afición blanquilla. Lo comprobé en la afición zaragocista que se trasladó a Vitoria, en las personas con las que he conversado por la calle y a través de las redes sociales. Y esa actitud confiere seguridad en la plantilla y el cuerpo técnico, que tendrá que resolver las bajas de Javi Ros y de Culio para el encuentro del sábado en la Romareda. Y no despreciar en absoluto al Albacete, en posición de descenso y con tan solo una victoria fuera del Carlos Belmonte en su haber. Vendrán con la necesidad de ganar y ese ímpetu puede complicarle las cosas al Real Zaragoza si sale distraído o confiado.
Estamos en el buen camino, fuera todavía de los puestos de promoción y lejos del líder. Pero con una inercia positiva como no habíamos tenido hasta el momento. Incluso cuando se viajó en junio del año pasado a Las Palmas con un marcador favorable de 3-1.
El próximo domingo 28 de febrero cumplo cuarenta años al otro lado del micrófono. Cuatro décadas que han pasado como un suspiro, con una rap...
Cuarenta años
Recuerdo que mis primeras palabras por la radio fueron en un espacio dedicado a la seguridad vial donde tenía que decir algo así como: "Y mi papá y mi mamá, ¿dónde están? No los he visto". Se trataba de un niño que había perdido a sus padres en un accidente de tráfico. Grabé la frase a la primera con cuatro años, en el sofá del cuarto de estar, con un magnetofón de cinta abierta que tenía que enchufarse a la corriente eléctrica y que pesaba cuatro o cinco kilos. Me fascinaba acompañar los domingos a mi padre al Hotel Ruiseñores, tristemente desaparecido, donde entrevistaba a los jugadores del Real Zaragoza cuando jugaban en la Romareda. Era ya el ocaso de "Los Magníficos", a finales de los años sesenta, pero aprendí cómo se debía de crear un clima favorable para conseguir unas declaraciones próximas, sinceras, interesantes para la audiencia.
Por entonces ya acudía regularmente a la Romareda mientras mi padre compartía una minúscula cabina con Luis Nápoles, el jefe técnico de la radio, para contar lo que pasaba en el campo con Vicente Marco, Joaquín Prat y Juan de Toro en Carrusel Deportivo. No le gustaba que yo me sentase en el palco de prensa pero Manolo Muñoz, jefe de emisiones y gran compañero suyo de viajes, me llevaba de la mano y me iba explicando los entresijos del fútbol. El primer partido que recuerdo haber visto fue en 1967, con la imagen imborrable de un penalti transformado por Eleuterio Santos.
Antes, con seis años, don Mariano García, que era el profesor de mi clase en primero, me hacía salir al encerado para cantar los goles del Real Zaragoza que la noche de antes había relatado Paco Ortiz en la Copa de Ferias, casi siempre desde Inglaterra. Luego llegaron con doce y trece años los guiones hechos en casa, acercando el micrófono del magnetofón de casete a los altavoces mientras leíamos la novela mi madre, que siempre me ayudó con su comprensión, ánimo y cariño, y mis hermanos Pedro y Alfonso, a los que casi obligaba a interpretar pequeños papeles.
Por fin, el 28 de febrero de 1976, mi ilusión se hizo realidad y gracias a Manolo Serrano, amigo de mi padre y director del cuadro de actores de Radio Zaragoza, tuve la oportunidad de ser uno más y comenzar un aprendizaje que hoy en día continúa. Nervios, agitación, repetición de las frases que tenía que decir en voz baja... Todo terminó felizmente, temblando, con la garganta seca de los nervios pero con una satisfacción interior formidable.
Pocos días después llegarían las colaboraciones con Daniel Barajas en el fútbol regional, la cobertura informativa de los entrenamientos del Real Zaragoza y el resto de pequeñas cosas que iba haciendo mientras estudiaba COU y suspiraba por transmitir partidos de fútbol, presentar programas y viajar por todo el mundo. Junto a un puñado de comunicadores formidable como José María Ferrer, Lisardo de Felipe, José Juan Chicón, Luis del Val, Enrique Calvo, Concita Carrillo y tantos otros que me marcaron la senda y que recordaré en un próximo libro que ya estoy escribiendo. Porque es imposible contarlo todo en tan pocas líneas.
Más de 14.000 programas presentados, 2.000 transmisiones de fútbol y baloncesto en Radio Zaragoza, Radiocadena Española, Radio Intereconomía, Punto Radio y Aragón Radio. Donde se han mezclado dolorosos episodios como tres descensos del Real Zaragoza con seis finales de Copa transmitidas, una Recopa de Europa, una Supercopa de Europa, dos Supercopas de España, decenas de partidos de Copa de la UEFA y Recopa, centenares de encuentros de Primera y Segunda División. Con otra final de la Recopa de Europa en baloncesto y decenas de partidos de Recopa, Copa Korac y Eurocup, Liga ACB, Liga Leb Oro. La salida del Club Baloncesto Zaragoza de la élite después de radiar dos finales de Copa y un épico y triste partido en Ginebra. Los ascensos a la ACB, el descenso, partidos de Mundobasket y Preolímpico. Un Mundial, unos Juegos Olímpicos, dos finales de Eurocopa de Fútbol, tres Vueltas Ciclistas a España, desplazamientos inolvidables por todo el continente con anécdotas maravillosas.
He sido locutor, redactor, redactor jefe, director de antena, director de emisora y administrador de una empresa de comunicación. Todo desde abajo, desde la humildad, el respeto y el riesgo, jugándomelo al todo o nada. Y al mismo tiempo, creando revistas en papel, colaborando en prensa escrita, con tres agencias de publicidad en diferentes épocas, poniendo en marcha cuatro revistas digitales, un blog y publicando cinco libros. Colaborando en poner en marcha un curso universitario de Experto en Periodismo Deportivo, dando clases en la Universidad de locución y dicción, presidiendo durante once años en dos etapas la asociación de la prensa deportiva de Zaragoza. Y un camino en televisión que comenzó con el cable a finales de los ochenta y con televisiones locales y la Autonómica ya en este siglo.
La presencia de ese maravilloso Ondas al cuadro de actores de Radio Zaragoza cuando empecé, o el premio de guiones radio del Consejo Superior de Deportes, o los 19 galardones de federaciones, clubes, asociaciones deportivas, peñas futbolísticas. Las dos nominaciones de la Academia de la Radio como mejor narrador de eventos deportivos. Los cinco pregones en distritos y municipios zaragozanos y aragoneses. Y otras cosas que también me han hecho muy feliz, como encontrar gracias a la radio en Ejea de los Caballeros a Nuria, con quien llevo 28 años casado y con la que tengo un hijo, David, que es lo que más quiero en este mundo.
Muchos recuerdos, demasiados, que espero compartir poco a poco con todos los oyentes pasados y actuales. En la radio, que me dio y me quitó la vida, que me provocó mis mayores éxitos y fracasos, tristezas y alegrías, amigos y enemigos, amores y disgustos sentimentales.
En un momento donde puede más la nostalgia que la ilusión y la decepción que los proyectos. Pero si algo he aprendido en cuarenta años es que el mejor programa, la mejor transmisión, aún está por llegar. De esa manera, y acostumbrado a superar las dificultades que siempre emergen cuando más cosas intentas hacer, espero llegar a los cincuenta años en activo y con mejores sensaciones y proyectos todavía.
Muchas gracias a la buena gente que me ha enseñado, que ha compartido su vida conmigo, que ha perdonado mis errores y me ha animado a seguir adelante. Y gracias a quienes me escuchan por emocionarse conmigo y vivir sus vidas a mi lado. Como al formidable equipo que he tenido la fortuna de reunir para crear un modelo y un sistema de trabajo basado en el reto, el método, el talento y la confianza.
Cada vez resulta más difícil confiar en un cambio que produzca estabilidad. Conseguir victorias, afrecer algo más sobre el terreno de jueg...
Sin reacción
Ha sido imposible por el devenir de los acontecimientos mantener la estructura de la temporada pasada. Las ausencias de Borja Bastón, William José y Eldin, las lesiones de Jaime, Rubén y Mario, la escasa aportación de Pedro, Dorca, Hinestroza, Jorge Díaz o Diamanka, la escasez goleadora del equipo, junto a la pérdida de confianza en Popovic y las dudas que despierta Carreras, han precipitado al equipo a la zona de nadie. Y eso es negativo porque un sector de la afición mira más abajo que arriba, en busca de asegurar la permanencia. La lesión de Vallejo complica aún más las cosas y el propio Juliá ha dicho esta mañana que está preocupado y que, si es de larga duración, se intentará traer a un central. Supongo que además de el último centrocampista por el que se lucha antes del cierre del mercado de invierno.
En cualquier caso es difícil eliminar o incluso tamizar la sensación de pesimismo generalizada. Pero una cosa es la realidad y otra muy diferente, cómo se acepta. Con capacidad de intentar resolver los problemas o dejándonos llevar por la pesadumbre. Yo soy más de luchar hasta el final, de convertir una derrota en un triunfo por la actitud a la hora de combatir; pero reconozco que estoy más bajo que nunca, posiblemente porque otros aspectos de mi vida sean demasiado similares en cuanto a la tristeza y el agotamiento que me supone el Real Zaragoza. Por eso comprendo a quienes se rinden, aunque yo intentaré por todos los medios agotar todas las posibilidades aunque mi aportación en todos los casos sea prácticamente imperceptible.
Conviene fijar la mirada al frente y no suspirar por aquello que ya es historia, o incluso regodearse en los errores del pasado más reciente...
Comienza un nuevo reto
Una vez derramadas lágrimas de impotencia y de rabia, asumiendo que esta temporada ha sido sacudida por crisis deportivas inesperadas, vamos a posar el balón en el suelo y a intentar jugar al fútbol. Tenemos tiempo para el ascenso, se recuperarán jugadores, bajarán de nivel algunos de los equipos que ahora están arriba. Confío en el juicio, la experiencia y el futuro de Narciso Julía al frente de la dirección deportiva. Sé de su preparación y de su trabajo durante estos años y le recuerdo de sus muchos años como jugador y técnico en el Real Zaragoza. Puede que me equivoque, solamente es una impresión, pero me parece que tiene las ideas muy claras y que, si todos le ayudamos, construirá una infraestructura necesaria para el conjunto blanquillo.
Estamos a tan solo un encuentro para terminar 2015 y las expectativas siguen intactas de cara al ascenso pero no son tan positivas ni estimu...
La Romareda sangra
Y fue una lástima porque el Real Zaragoza jugó la primera hora del partido con suficiente solvencia para neutralizar a los sorianos y ponerse 2-0 en el marcador. Pero el golpe emocional que supuso el 2-1 nada más conseguir Ortuño su sexto gol como blanquillo, sumado al bajón físico del equipo y a los escasos recursos en el banquillo, rompieron el partido. Fue de ida y vuelta, con mucho desgaste, proporcionado ocasiones a favor pero especialmente en contra, lo que dejaba sin argumentos un centro del campo que sufría demasiado con el aire fresco impelido por Jagoba Arrasate con los cambios desarmó a los jugadores de Ranko Popovic. La Romareda sangra y eso es un grave problema.
No hay duda que la plantilla no es tan eficaz como se valoraba al comienzo de la Liga; además de las bajas de larga duración de Jaime y Wilk, las lesiones de Hinestroza, Pedro, Diamanka Marc Bertrán y Manu Herrera han dejado sin sus mejores hombres al equipo aragonés. Tardó también en formar parte de la alineación titular Erik Morán y futbolistas como Jorge Díaz y Abraham no han respondido a las expectativas levantadas.
Pero, sobre todo, falta gol. Y la capacidad realizadora se paga porque es fundamental de cara a las victorias. Si es imprescindible cerrar la portería, y eso lo ha hecho bien el Real Zaragoza, no es menos cierto que la definición resulta implacable en una apuesta segura por el ascenso. Por eso creo que todos los objetivos, al margen de la popularidad y capacidad de Popovic, deben de centrarse en conseguir un delantero con olfato que marque las ocasiones que se crean y que se desperdician tan claramente como el domingo pasado.
Se trata de rebajar la tensión, de que no se nos vaya el asunto de las manos y de permitir que trabajen tranquilos el cuerpo técnico y los jugadores, además de animar a los responsables de la estructura deportiva del club a buscar soluciones para contratar un goleador y dar en el clavo.
El domingo en Tarragona nos jugamos mucho, más de lo que parece. En el peor de los casos, una victoria nos dejaría como hasta ahora; es decir, a un tiro de piedra de la segunda plaza que da derecho al ascenso directo. No podemos desanimarnos, ni cansarnos, ni tirar todo por tierra. El éxito se encuentra en la paciencia, la tranquilidad, la sangre fría y en el trabajo constante. Y eso es algo que debe asumirse con inteligencia, sin dejarse arrastrar por pensamientos negativos que nos condenen a la desidia.
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