Es difícil reaccionar con una actitud positiva cuando el carrusel de emociones, ilusiones y esperanzas termina siempre en caída libre. Acaba...

Perdidos en la nada

Es difícil reaccionar con una actitud positiva cuando el carrusel de emociones, ilusiones y esperanzas termina siempre en caída libre. Acabamos de comenzar el año y aún no hemos finalizado la primera vuelta y nos encontramos, como siempre, perdidos en la nada. Muy lejos del ascenso directo, sin puntos ni sensaciones que nos permitan albergar una lucha por el ascenso directo. A lo sumo, y con suerte, a la sexta plaza para jugarnos a dos o cuatro partidos la tercera plaza que da derecho a regresar a Primera División.
Puede parecer pesimista esta reflexión pero en estos momentos los números la confirman. No se trata de una opinión expresada desde el malestar o la decepción por la última derrota, sino de una realidad contrastada con el momento actual y en comparación a temporadas anteriores. Sin tener en cuenta las proyecciones de cara al futuro.
Decía Raúl Agné el domingo que él no estaba intoxicado por el ambiente en el entorno zaragocista porque acababa de aterrizar en la capital aragonesa. Después, a instancias de un periodista local en la sala de prensa, dulcificó esta afirmación asumiendo que no estaba impregnado de la sensación negativa que envolvía a la mayoría del zaragocismo. Debemos, en cualquier caso, ser más acertados con nuestras expresiones porque podemos decir aquello que no queremos y alimentar el fuego en una situación difícil. "Intoxicar", en el contexto en que se explicaba el entrenador zaragocista significa ofrecer una información manipulada o falsa para crear un estado de opinión propicio para un fin determinado. Y éste no es el caso. Porque el equipo está fuera de los play off, ha ganado solamente 7 partidos de 20 disputados y es el segundo equipo más goleado de Segunda División. Esos datos son también irrefutables. Ya más opinativo sería decir que Pablo Machín le ganó la partida a Raúl Agné en el planteamiento y en los cambios, que José Enrique será baja por una lesión cuando el futbolista estaba con molestias y era un riesgo su alineación, que se debía haber sustituido a Cani antes de su expulsión e incluso al propio Zapater, que ya no podía más físicamente. O el nuevo error de Irureta, que volvió a costarle tres puntos al equipo...
No se trata de intoxicar, no hay ningún fin malévolo para desestabilizar ni al consejo de administración, ni a la dirección deportiva (también con una gran responsabilidad en la calidad de los fichajes y en el distanciamiento del equipo con la prensa y el público), ni al entrenador, ni a la plantilla. En absoluto. pero no se pueden cerrar los ojos a la realidad y quejarse siempre de los árbitros, del bajo presupuesto por la deuda y de la mala suerte en las lesiones.
Todos queremos que ascienda el Real Zaragoza. pero, por favor, cuando las cosas vayan mal no maten al mensajero. El portador de malas noticias no las fabrica, las expresa. Y esa actitud, además de ser injusta, es totalmente estúpida.

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