Nos acercamos al final y la batalla va a ser muy dura. Otra vez las sensaciones y la buena imagen tras enfrentarnos contra un "grande...

De carros y barcos

Nos acercamos al final y la batalla va a ser muy dura. Otra vez las sensaciones y la buena imagen tras enfrentarnos contra un "grande" dieron paso al fracaso más absoluto. Tres goles encajados, que pudieron ser más, una defensa de verbena especialmente en las jugadas de estrategia y un ataque ridículo y sin pegada. Riazor fue la tumba de un Real Zaragoza vulgar, cobarde y sin dar muestras de acudir a conseguir la victoria. Como mucho, a especular con el marcador e incluso alegrarse con un empate, que no se llegó a conseguir. Sinceramente, no parece que podamos ganarle a nadie y es muy sencillo pintarnos la cara. El colista , con todas sus carencias, ofreció unas sensaciones mucho más firmes que el Real Zaragoza, sin esquema de juego ni capacidad de reacción.
El comienzo de la segunda parte fue patético, un insulto a la afición zaragocista que reclama algo más de amor propio y de entrega a unos colores. No es por echar de menos a los que faltan, gran error en el fútbol, pero creo que las posibilidades de Rochina son mayores que las de Bienvenu, un lujo que se permite el equipo aragonés para hacer bulto en el banquillo. Y que mantener a Romaric en la formación titular es una provocación porque, al margen de su calidad y talento, ni su forma ni su ritmo de competición son aceptables para las urgencias de este equipo.
Luego viene lo del "calentón" de Jiménez, dejando sin hueco a quienes había invitado tres semanas antes al mismo carro. Acusaciones al entorno sin dar nombres y apellidos, aspecto amenazador y airado, con la convocatoria posterior de otra rueda de prensa ya en Zaragoza, el domingo por la mañana. No sé si por el lógico relajo tras el sueño reparador, la imposición de tranquilidad por parte del club o por no mover más las aguas (ya que le gusta hablar de barcos en sus comparecencias), el caso es que bajó la intensidad de sus declaraciones y volvió a pedirle a la afición el apoyo necesario en la Romareda para "convertir el estadio en un fortín". Demasiada expectación sin argumentos concretos y que nos dejó más fríos y despistados que antes.
¿Qué pasará por la cabeza de Agapito? ¿Qué ocurrirá en estos momentos tan delicados? La verdad es que los de abajo nos sonríen y Celta junto con Mallorca siguen en su misma línea, como el propio Granada que, pese a los refuerzos en el mercado de invierno y su insólita victoria ante el Real Madrid, está solamente un punto por delante de nosotros. En fin, que la mala noticia también tiene tintes de división entre el zaragocismo y brotes de tensión poco recomendable; no es positivo que la gente empiece a discutir, que se constituyan bandos, que se repartan culpas entre aficionados, medios de comunicación y colectivos blanquillos.
El máximo culpable de todo esto es Iglesias García y las responsabilidades deportivas se las deben repartir el cuerpo técnico y los jugadores. Trece partidos consecutivos sin ganar, toda una vuelta sin hacerlo en la Romareda y cinco puntos conseguidos este año, son elementos de valoración que dicen muy poco del grupo. Al margen de la mala suerte, de los arbitrajes, de las lesiones o del "daño" que hizo disputar la Copa del Rey. Ni las peñas, ni los abonados, ni los medios de comunicación marcamos los goles. Y la obligación de un periodista es informar y opinar. Y si la crítica es dura, con argumentos. Los barcos y sus remeros y los carros con la gente que cabe o no, son fuegos de artificio para hacer olvidar la dura realidad.

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