Se tenía que ganar en la Romareda y se perdió ante el Nástic. Otra vez una decisión arbitral fue responsable de sufrir un penalti que no era...

Se tenía que ganar en la Romareda y se perdió ante el Nástic. Otra vez una decisión arbitral fue responsable de sufrir un penalti que no era, de encajar un gol a siete minutos del final y de no poder empatar por el numerito que montó el portero del Nástic. Luego viene el Comité y esta vez -las pruebas eran irrefutables- le quita la tarjeta a Guitián. Pero, ¿qué pasa con los tres puntos en juego? Aunque es verdad que el partido parecía que iba a terminar con empate, el Real Zaragoza hubiera sumado uno y el Nástic otro, no tres como resultó finalmente.
Ahora queda luchar con inteligencia y calma en el partido contra la SD Huesca. Un choque lleno de intensidad, emoción y expectación donde el equipo de Anquela pugnará por el triunfo, como no podría ser de otra manera. Se trata de un partido de máxima rivalidad y resulta evidente que en el Alcoraz se produzca un ambiente favorable a los locales, que también necesitan sumar para conseguir la tranquilidad de la permanencia.
Pero habrá que actuar sin recelos, asumiendo los errores arbitrales si se producen y teniendo en cuenta que la salida del Huesca será en tromba apoyados por su público y con deseos de marcar pronto. Por eso tendrán que hacer un acopio de paciencia y, al mismo tiempo, demostrar que quien más necesidad tiene de vencer es el Real Zaragoza.
Es una buena noticia que haya sido llamado Jaime para completar la convocatoria, porque es necesario un futbolista desequilibrante y con recursos ofensivos sobradamente demostrados. Aunque se corra el riesgo de una lesión muscular, que sería probable por la inactividad después de su grave lesión.
Y después, sin tiempo para recuperarnos, otra vez a la Romareda para recibir al Real Oviedo, un rival directo. Vamos, que se trata de una semana de emociones enfrentadas que nos pueden llevar al éxito, a la esperanza o a la frustración más absoluta.
Intentemos tranquilizarnos, afrontar con ilusión y convicción lo que se nos viene encima y sobre todo, ganar. Que en el fútbol, es lo único importante.

Otro partido más sin ganar en Soria. Dos puntos que vuelan y que complican el ascenso directo del Real Zaragoza. Es difícil explicar cómo se...

Otro partido más sin ganar en Soria. Dos puntos que vuelan y que complican el ascenso directo del Real Zaragoza. Es difícil explicar cómo se puede perder un encuentro cuando te has puesto 0-2 mediada la primera parte con dos goles prácticamente consecutivos. Pero ocurrieron tres cosas que, para mí, fueron determinantes: la actuación arbitral de López Amaya, la falta de intensidad en el arranque de la segunda parte y no acertar en el remate.
En cuanto al colegiado, la expulsión de Albert Dorca resulta inconcebible. No fue falta la jugada con la que fue sancionado con tarjeta amarilla y el balón le dio involuntariamente en la mano. Es falta pero nunca cartulina de amonestación. Pero, además, como dijo Ángel, lo peor no fueron sus decisiones sino su actitud con los jugadores blanquillos.
Con respecto al bajón del comienzo de la segunda mitad, está claro que es un clásico en este Real Zaragoza. Todo el mundo atrás, dejando el centro del campo al adversario y permitiendo todo tipo de centros desde las bandas. Tarde o temprano el gol tenía que llegar y el empate subió inevitablemente al marcador.
Además, con el empate en contra, el equipo tuvo tres claras ocasiones de conseguir el tercer tanto. Pero se fallaron delante del marco numantino y ese tipo de errores se pagan, y más en estos partidos clave para el objetivo del ascenso. Es decir que, tampoco este año el Real Zaragoza ha conseguido la victoria en Los Pajaritos.
Mención aparte merece la afición zaragocista que fue mayoría en las gradas de Los Pajaritos. Los cánticos, la presión contra el colegiado, el ánimo a los futbolistas, tuvo el protagonismo de quienes se desplazaron a Soria. Con una afición así, es imposible no conseguir las metas propuestas.
También agradezco muy sinceramente las muestras de cariño de centenares de oyentes que se acercaron a la unidad móvil de Aragón Radio y se fotografiaron con nosotros frente al estadio. Fue una sensación muy agradable que alivia, en gran medida, la decepción por el empate en la capital castellana.

Ni fue el mejor partido, ni se esperaba que lo fuera. Había que ganarlo y a ser posible sin demasiados sobresaltos. Es verdad que el último ...

Ni fue el mejor partido, ni se esperaba que lo fuera. Había que ganarlo y a ser posible sin demasiados sobresaltos. Es verdad que el último cuarto de hora fue tranquilo gracias al segundo tanto del Real Zaragoza, pero el arranque de la segunda parte fue complicado y daba la impresión que el equipo se venía abajo. Por lo menos, que entregaba las llaves del partido a los filiales del Athletic y que se iba a limitar a dejar pasar el tiempo. Me daba la impresión que se jugaba con seis en defensa, como en algunos partidos con Ranko Popovic, integrado Erik Morán entre los dos centrales. Menos mal que Diamanka ofreció su tercera perla de las tres últimas semanas y consiguió el 2-0 con el que firmaba el triunfo el equipo aragonés.

Los años me han enseñado a ser prudente, comprensivo, dialogante y abierto a todas las opiniones aunque no las comparta. Pero la mayoría de las veces no veo el mismo partido que Lluis Carreras; admito que sabe mucho más que yo de fútbol porque fue jugador de Primera División y tiene los títulos de entrenador nacional y director deportivo, pero el fútbol es también estética y sensaciones. El partido me pareció muy poco brillante, sin liderazgo sobre el terreno de juego, con demasiados errores defensivos, sin capacidad creativa en el centro del campo y con demasiadas dudas en algunos futbolistas. Se ganó y punto, eso es incontestable, pero la Romareda llegó a impacientarse especialmente en el comienzo de la segunda parte.
Aunque el Bilbao Athletic tiene jugadores de calidad, con descaro y tocan bien el balón, no tiene cuajo para enfrentarse en una liga tan dura al resto de sus adversarios. Y eso lo dice claramente la clasificación: colistas y virtualmente descendidos con treinta y un puntos menos que el Real Zaragoza, los menos goleadores y los segundos más goleados. La regularidad de una liga es inapelable.
Estoy satisfecho por los puntos, ilusionado con el ascenso pero tengo muchas dudas sobre si el equipo aguantará físicamente estas últimas cinco finales y especialmente los partidos contra el Oviedo y el Nástic en la Romareda. Y tengo derecho a ello aunque se enfade el entrenador del Real Zaragoza porque no crea en su evangelio ni en cómo lo predica, valorando sus conocimientos y esperando el ascenso de categoría.
O sea que, tres puntos a la saca y a sumar otros tres en Los Pajaritos con más de dos mil seguidores blanquillos en las amables gradas sorianas.

Siento ser poco positivo al comentar las sensaciones que me ha producido el partido en el Toralín. Escribo estas reflexiones en el coche, de...

Siento ser poco positivo al comentar las sensaciones que me ha producido el partido en el Toralín. Escribo estas reflexiones en el coche, de camino a Sahagún donde pasaremos la noche antes de volver a emprender el camino de vuelta a Zaragoza. Me ha decepcionado la actitud del equipo en un partido que se debía de haber ganado y que solamente ha significado un punto, totalmente insuficiente a estas alturas de la lucha por el ascenso. Falta de intensidad, de convicción, de implicación en un encuentro que jamás mereció ganar el equipo de Lluis Carreras. Ante un adversario desesperado y muy inferior, que en la segunda parte doblegó a los blanquillos por mera supervivencia.
El ténico ni planteó el partido para ganar ni mejoró con los cambios. Situar a Sergio Gil tirado a la banda y mantener durante tanto tiempo a Pedro sobre el terreno de juego fue un error. Carcelén hizo un partido muy flojo y Rico falló en el tanto de la Ponferradina con una defensa débil y un centro del campo timorato y sin criterio.
Acudir al Toralín de esta guisa dice muy poco de un equipo al que le debemos exigir mucho más porque se juega la vida con el ascenso a Primera y digo yo que será mucho mejor conseguirlo en la liga regular que en la lotería de la promoción.
Siento no ser condescendiente ni proclive a una crítica menos dura pero no creo que este sea el camino para cimentar el regreso a la élite. Al margen de una actuación arbitral irregular y contraria a los intereses del Real Zaragoza, con un posible penalti a Dongou y el gol fantasma de Jorge Ortí en el lanzamiento de una falta al fin al del partido. Excusas de mal pagador...
Ahora toca trabajar, preparar el partido ante el filial del Athletic y ganar. Que es una obligación con mayúsculas al margen de los requiebros de un entrenador al que habrá que recordarle su responsabilidad en el vestuario, en el banquillo y ante los medios de comunicación en la sala de prensa. Que a quien responde no es solamente a nosotros, sino a la afición soberana del Real Zaragoza.

Tercera victoria consecutiva y esta vez con todas las de la ley. El Real Zaragoza sumó tres puntos ante la Agrupación Deportiva Alcorcón dis...

Tercera victoria consecutiva y esta vez con todas las de la ley. El Real Zaragoza sumó tres puntos ante la Agrupación Deportiva Alcorcón disputando quizás la mejor primera parte de la temporada en la Romareda. Pese a recibir un gol en contra a los diez minutos de partido daba la impresión que esa situación adversa se iba a corregir a medida que el tiempo transcurría. Se jugó con fluidez, con deseos de crear fútbol ofensivo y provocando ocasiones de gol. Los dos tantos, el primero de un formidable Javi Ros, y el que ponía por delante al equipo aragonés en el marcador, rematado por un espectacular Dongou, le dieron la vuelta al resultado y expresaron los deseos de victoria locales.
Incluso en la segunda parte, cuando descendió el rendimiento por los cambios obligados y el rival se estiró para intentar acercarse a la meta de Manu Herrera, tampoco demostró nada el conjunto madrileño que fue inferior pese a la sensación de falso peligro que parecían crear. Más psicológico que real, porque no tuvieron claras ocasiones de gol. Es posible que la entrada de Abraham Minero facilitase las aproximaciones del revoltoso Collantes, al perder eficacia por la banda izquierda. Rico le había marcado de manera contundente y con el cambio se perdió contundencia, pero nada alarmante más allá de la costumbre que tenemos de remontar y sufrir como perros hasta el final. Algo que no ocurrió en el tiempo de aumento gracias al 3-1 marcado otra vez por el joven delantero camerunés después de una genialidad de Diamanka, dejando pasar el balón entre sus piernas.
Pero si hay que destacar a Dongou, es de justicia hacerlo también con Erik Morán, cuyo regreso le dio seguridad, criterio y contundencia al centro del campo. Albert Dorca se encontró mucho más a gusto y Javi Ros emergió como un centrocampista de raza capaz de recorrer un montón de kilómetros, cortar los escasos ataques alfareros y apoyar el ataque cuando se producía. Es una excelente noticia que haya recuperado su tono físico el exmallorquinista y que llegue de esta manera al tramo final de la liga.
Es cierto que las ausencias de Culio, Dorca, Lanzarote y posiblemente Vallejo, resten potencial y posibilidades a los blanquillos en Ponferrada. Porque los bercianos se juegan la permanencia y saben que la visita del Real Zaragoza es una de las últimas posibilidades que tienen seguir en Segunda si consiguen el triunfo. Es decir que no hay que fiarse, que el partido es muy complicado y que nadie nos va a regalar nada en el Toralín.

Es lo único que vale. Consiste en sumar los tres puntos sea como sea el desarrollo del partido y de los merecimientos de los contendientes. ...

Es lo único que vale. Consiste en sumar los tres puntos sea como sea el desarrollo del partido y de los merecimientos de los contendientes. No me parece que en estos momentos el Valladolid sea superior que el Real Zaragoza, ni tampoco que el equipo de Lluis Carreras mejorase con respecto a los dos partidos anteriores. Y los equipos que están por encima siguen tropezando, como es el caso de Leganés y Deportivo Alavés, que perdieron ante adversarios que les pisan los talones. El nivel de igualdad de la Segunda División esta temporada es estremecedor y parece que nadie quiere distanciarse. De hecho, dos victorias consecutivas del Real Zaragoza por los pelos y con mucho sufrimiento, han supuesto que los maños tengan otra vez a tiro de piedra la primera plaza.
El encuentro en Valladolid no fue especialmente brillante y se volvió a padecer demasiado. En esta oportunidad se aprovecharon de manera espectacular las dos ocasiones de gol que se crearon y, aunque no se dejó la portería cero, el balance fue positivo para los blanquillos. Es posible que nuestro punto de vista esté contaminado y nos parezca peor lo que vemos de lo que realmente es, sobre todo comparándolo con lo que nos rodea. Porque la afición de Pucela recibió con gritos de "mercenarios" y otras lindezas menos reproducibles a los jugadores a su llegada al estadio y muchos espectadores se marcharon antes de terminar el encuentro, sabedores de la impotencia de su equipo para ganar.
Debemos aprovechar esta oportunidad para llegar al final con las suficientes opciones de éxito para el ascenso directo, por el que se debe luchar con todas las fuerzas. Con bajas o sin ellas, con problemas físicos o estados de ansiedad individuales o colectivos. Tres partidos consecutivos ganando, es decir, los del Mallorca y Valladolid y el de la Agrupación Deportiva Alcorcón el domingo, pesarían mucho en la moral de nuestro entorno y supondría un aliciente impagable para nuestros jugadores.
Por eso hay que seguir trabajando con espíritu constructivo, asumiendo que no se juega bien y que el nivel de mejora es muy amplio. Pero que la oportunidad es de oro y, en consecuencia, que no se debe desaprovechar. No consiste en refugiarse en estas victorias para negar que se juega de manera intermitente y que siempre estamos en un suspiro. Todo lo contrario, la realidad es la que es, de la misma forma que los triunfos nos han colocado en el apretado y amplio grupo de cabeza. Ahora consiste en seguir, pase lo que pase, y ser mejores que los demás.

Cada vez estoy más convencido, y soy un ardiente defensor de este postulado, que en el deporte profesional lo único importante es ganar. Y d...

Cada vez estoy más convencido, y soy un ardiente defensor de este postulado, que en el deporte profesional lo único importante es ganar. Y da lo mismos la manera que se consiga, siempre que se observen las normas de la deportividad y el juego limpio. El domingo al mediodía, con una mañana destemplada donde el cielo estaba cubierto, soplaba el cierzo y llovió durante unos minutos, el horno no estaba para bollos. La Romareda calló cuando el Mallorca obtuvo el 0-1 a los diez minutos de juego.
Otra vez el Real Zaragoza debía remontar un resultado adverso que le dejaba prácticamente fuera de la lucha por el ascenso. Sin dominio del balón, sin aproximaciones al marco adversario, con una debilidad táctica que se está convirtiendo en una forma habitual de jugar, el equipo se deshacía. Afortunadamente, en un arrebato de amor propio y tras el lanzamiento mágico de Manu Lanzarote, Albert Dorca emergía con el tanto del empate antes de llegar al descanso.
Creo que el partido lo perdió el Mallorca, que hasta la expulsión de Aveldaño se había mostrado como un conjunto fuerte, que sabía jugarle al Real Zaragoza y muy bien colocado sobre el terreno de juego. Adrián Colunga nos volvía locos y afortunadamente Alfredo Ortuño no ha cambiado de un día para otro y no tiene una capacidad goleadora letal, aunque estuviera muy motivado y con ganas de perforar la meta de Manu Herrera. Nerviosos por las expulsiones, la del jugador que se encontraba sobre el terreno de juego y dos del banquillo, el propio Fernando Vázquez perdió los papeles y transmitió su rabia a los jugadores, que dejaron de jugar de memoria.
Y otra vez Dorca, esta vez como si de un delantero centro de tratase, puso la rúbrica a su mejor actuación desde que viste la camiseta blanquilla con el doblete. El 2-1 a once minutos del final rompió el partido y el equipo aragonés se replegó para defender el marcador. Un error que aprovechó el conjunto balear para intentar llevarse el empate y a punto estuvo de conseguirlo en los cuatro minutos de prolongación. La fortuna nos echó una mano y el cabezazo de Arana en el área pequeña salió por encima del larguero.
A partir de ahora habrá que hacer más cosas que dejarnos arrastrar por la suerte y ofrecer lo mejor de nosotros mismos pese a las lesiones, la cantidad de amenazas de sanción por acumulación de amonestaciones y el bajón general del equipo. La estela hay que aprovecharla con valentía y entusiasmo porque el objetivo vuelve a estar a nuestro alcance.