Se cierra fuitbolísticamente 2013 de manera lógica y natural. Es decir, con la decepción encarnada en la afición zaragocista que sufre la ...

Se cierra fuitbolísticamente 2013 de manera lógica y natural. Es decir, con la decepción encarnada en la afición zaragocista que sufre la decadencia de un club que camina a su desaparición. Se han perdido los grandes valores que han adornado siempre al Real Zaragoza en sus mejores y sus peores momentos, el coraje por superar las dificultades y el orgullo de haber sido los más grandes. Con el sello de la calidad sobre el terreno de juego y un palmarés de jugadores formidables recordados desde hace décadas.
El empate frente al Murcia del domingo es aceptado con resignación por los seguidores blanquillos que aguantan acostumbrados al dolor la descomposición de una entidad que es histórica pero que muy pronto puede ser pasado. Cada vez son más voces las que señalan a una liquidación cercana en el tiempo como colofón a la destrucción progresiva de la compañía mercantil.
Silencio desde la propiedad, excusas desde la dirección y estrategia equivocada desde el vestuario: la afición no es la culpable de las derrotas, del mal juego, de la escasa implicación de la plabntilla, de la incapacidad del técnico en resolver los problemas deportivos. Llamar a la unidad a estas alturas es un insulto a la inteligencia del zaragocismo y una provocación a los niños, jóvenes, mayores, hombres y mujeres que sienten de verdad el escudo del león que representa a una ciudad Inmortal y Heroica.
No sé qué va a ocurrir a corto y medio plazo. Pero no soy optimista. también es verdad que usted y yo no podemos hacer nada más ni en el plano personal ni en el colectivo.
Deseo simplemente que disfruten de la Navidad y que 2014 sea más benévolo que el año que estamos a punto de terminar.

Otra broma de mal gusto en Sabadell, donde el Real Zaragoza mordió el polvo por la falta de valentía de sus jugadores y las decisiones del...

Otra broma de mal gusto en Sabadell, donde el Real Zaragoza mordió el polvo por la falta de valentía de sus jugadores y las decisiones del técnico en los cambios. Una derrota más que deja fuera de la promoción a los aragoneses que siguen sin asumir su condición de favoritos y fallando ante adversarios de menor entidad y con expectativas bien diferentes.
Se difuminan las opciones del ascenso a un partido para terminar 2013, un año horrible para el zaragocismo, sin lugar a dudas. No son solamente los números, que son insatisfactorios e insuficientes para meterse entre los dos primeros o, en su defecto, ser el sexto al final de la temporada regular, sino las sensaciones que se ofrecen desde el campo y desde el banquillo.
El equipo está mal construido y no tiene referentes para sumir un trabajo tan costoso y complicado como el ascenso. Demasiada inexperiencia que se suma a futbolistas en el ocaso de su carrera que tampoco resuelven: Movilla no es una solución en el doble pivote, a Luis García ni se le espera y Barkero ha sido el gran fracaso de la temporada. Henríquez no huele un balón arriba y atrás seguimos ofreciendo la misma debilidad que siempre en los momentos definitivos.
Paco Herrera está superado por los acontecimientos. Desbordado por una realidad que asume pero que no tiene solución en el plano deportivo. Nada de lo que hace funciona y es muy reiterativo el discurso de que se juega mal y que él es el máximo responsable del fracaso. En un tono aburrido y que no ofrece expectativas.
El equipo, además, se desintegra en los segundos tiempos. Se viene abajo con las adversidades. Sabe que la fortuna no siempre será su aliada y cuando las cosas se ponen de espalda, son incapaces de reaccionar.
En estas condiciones llega la próxima Junta general de Accionistas donde se espera que el propietario no de la cara y que las explicaciones sean las mismas que en el adelanto de las cuentas ofrecido por el responsable económico del club, el consejero José Guerra. 
Cada vez pienso con mayor claridad que el objetivo de este año no es el ascenso, que se celebraría si llegase, pero que el ajuste conómico previo a la aportación de capital de fuera o de cara a una liquidación más o menos cercana, es la prioridad de Agapito Iglesias. Insisto, es una apreciación personal que no va más allá de la interpretación de unos signos tan confusos como pesimistas de la situación actual del Real Zaragoza.

No escribo en el blog desde la derrota en Jaén porque el triunfo ante el Girona me pareció patético. La situación se fue caldeando durante...

No escribo en el blog desde la derrota en Jaén porque el triunfo ante el Girona me pareció patético. La situación se fue caldeando durante la semana por asuntos que nada tenían que ver con lo deportivo, mucho más feos incluso que el propio juego desarrollado por los futbolistas sobre el campo. El desplazamiento a Las Palmas podía marcar las tendencias para bien o para mal, dado el ambiente de crispación que se palpaba en el zaragocismo. Todo el mundo estaba nervioso, desde García Pitarch hasta Paco Herrera, pasando por la mayoría de los jugadores que se encontraban instalados en la angustia y la parálisis que provoca el vértigo.
El partido del Nuevo estadio de Gran Canaria no fue brillante, ni tan siquiera correcto. Se volvió a entregar el balón al contrario, Leo Franco fue uno de los jugadores destacados y el equipo insular dio una mejor impresión que el Real Zaragoza sobre el terreno de juego. Pero se mantuvo la tensión defensiva y por segunda jornada consecutiva no se encajaron goles. Javi Álamo promete, Tarsi es una realidad, Diego Rico sigue su progresión y Roger marcó un tanto muy valioso.
Son dos victorias consecutivas, sin brillantez pero muy importantes, que vuelven a poner cerca al equipo de los puestos de promoción. Tal y como están las cosas, con la mediocridad de esta Segunda División, es importante no perder comba y seguir allí, al margen del juego que se ofrezca y el clima de pobreza que rodee al equipo.
En cualquier caso buscamos sensaciones positivas, las victorias favorecen que la crispación disminuya y que se suavice la dureza de la situación, la peor de los últimos sesenta años. El rescoldo del zaragocismo está allí aunque la gente no acuda a la Romareda y parezca que se desentiende del día a día. Los tres próximos partidos pueden marcar significativamente el porvenir del equipo porque Córdoba, Sabadell y Murcia son asequibles. Consiste en matizar la felicidad que vivían los futbolistas nada más terminar el partido junto a su entrenador, salido de la UVI de manera providencial, para obtener una mayor consideración personal y creerse de verdad que son competitivos para luchar por el ascenso.

La verdad es que me apena profundamente escribir sobre la situación actual del Real Zaragoza. La caída libre parece no tener final y la an...

La verdad es que me apena profundamente escribir sobre la situación actual del Real Zaragoza. La caída libre parece no tener final y la angustia de la afición es literalmente insoportable. Tanto, que muchos prefieren olvidar la realidad y cerrar su corazón a una emoción tan fuerte como su zaragocismo. Para no sufrir con la constante humillación y vergüenza de resultados impropios para la categoría del club.
Es cierto que no se puede vivir del pasado y que el momento es lo que importa. Pero la tradición, la historia, el palmarés, también forman parte del presente y se debe defender el honor con dignidad. La que no han mostrado los miembros de una plantilla vulnerable, sin capacidad de reacción y sin la valentía suficiente para competir. Desde hace siete tempopradas el declive es tan brutal que las plantillas empeoran cada año, del mismo modo que los resultados y las expectativas. Aunque los optimistas y los tontainas, que aún quedan algunos, nos inviten a creer que las cosas se resolverán por sí mismas y que tenemos que enviar un mensaje optimista a los seguidores blanquillos. Pero yo no quiero mentir y digo lo que pienso, cuidando mis palabras y procurando no caer en la melancolía y la desesperación. Y la pinta que tiene esto es muy mala, de tal manera que en estos momentos el club tiene que plantearse luchar por la permanencia y eludir el descenso a segunda B, que sería el final de un camino cada vez más escarpado y tortuoso.
La actuación del Real Zaragoza en el Nuevo estadio de la Victoria es indignante. Desde el comienzo hasta el final. Ante un recién ascendido, con la gran mayoría de sus jugadores debutantes en la categoría, le dieron un revolcón al equipo de Herrera dejándole con las vergüenzas al aire y golénadole sin dificultad. Jugando al fútbol y con desparpajo, ante las facilidades de un equipo, como he dicho en algunas ocasiones, sin cerebro, sin corazón y sin alma.
Así las cosas, habrá que esperar acontecimientos y ver lo que dura Paco Herrera, completamente superado por los acontecimientos y rendido ante la situación que vive el vestuario, tan desconcertado como hundido. hasta el mercado de invierno aún queda mucho y con lo que hay, está claro que no se puede ganar a nadie, ni en la Romareda ni fuera de ella.

Ya no queda líquido alguno en la botella de Herrera. Ni medio llena, ni medio vacía. La grada ya ha expresado su opinión y aunque no es vinc...

Ya no queda líquido alguno en la botella de Herrera. Ni medio llena, ni medio vacía. La grada ya ha expresado su opinión y aunque no es vinculante, colma los deseos del actual equipo directivo. Es cierto que no existen suficientes jugadores de calidad en la plantilla y que si echas un vistazo al banquillo, no aparecen soluciones plausibles. Pero es obligación del entrenador sacarle rendimiento al grupo con el que trabaja, o intentar imprimir la intensidad suficiente a sus futbolistas para que respondan sobre el terreno de juego.
Está claro que el principal culpable del absoluto desastre que rodea al equipo es Agapito Iglesias. Todo lo que toca lo convierte en vulgar, mediocre e inútil. Pero tampoco en el plano deportivo han superado el reto García Pitarch y sus colaboradores, porque los jugadores incorporados no han dado la talla o su perfil no era el necesario para construir un equipo competitivo. Es posible que nunca se pensara en ascender este año, sino en sanear la entidad y reducir costes según las exigencias de la LFP.
La derrota contra el Numancia es una afrenta intolerable. Y no por el adversario, cuya afición animó sin desmayo durante todo el partido y que mantuvo su actitud amiga, compartida de manera generosa
con la del Real Zaragoza. Juan Antonio Anquela demostró que se puede jugar al fútbol en Segunda División, con hambre de balón y sensatez a la hora de atacar y defender. El tercer fracaso en la Romareda en este arranque de temporada significa que el equipo va a peor, que ha perdido la fe y que no sabe qué hacer con el esférico en sus pies. Conseguir solamente dos puntos en quince partidos es inaguantable, insoportable, inaceptable. Con unos errores defensivos atroces, una actitud en el campo muy poco profesional y la demostración inequívoca de que se han agotado las ideas completamente.
La agonía de la afición es tan injusta como imparable. Porque no veo capacitado a Herrera para aguantar el vendaval, ni a los jugadores con el suficiente carácter para levantar el vuelo. A Pitarch y compañía les puede aplastar la sombra de Agapito que oscurece cualquier acción que se intente llevar a cabo con una supuesta independencia que termina inevitablemente en la impotencia.

Hacía un par de semanas que no me asomaba a este balcón de la actualidad, donde sabes lo que escribes pero nunca quién te lee. Si la gente...

Hacía un par de semanas que no me asomaba a este balcón de la actualidad, donde sabes lo que escribes pero nunca quién te lee. Si la gente está o no de acuerdo contigo, si piensa que eres demasiado suave en las críticas o excesivamente contundente a la hora de expresarte. También es diferente cuando te enfrentas a la pantalla nada más terminar el encuentro o varias horas después. En el primer caso, ganas tiempo y frescura; en el segundo, perspectiva aunque pierdas lectores.
Hoy el Real Zaragoza ha jugado bien y ha ganado, algo que no ocurría desde el comienzo de la temporada. Ha marcado cuatro goles y ha podido conseguir más, ya que Acevedo marró un penalty. También ha sufrido, pero esta vez ha aguantado el tirón pese a jugar con un hombre menos casi cincuenta minutos. Leo Franco mantuvo su regularidad y fue otra vez el mejor de los blanquillos sobre el terreno de juego, donde me gustaron las bandas y especialmente la verticalidad de Montañés. Henríquez es un goleador y aprovecha las escasas ocasiones de las que dispone, creciendo en cada partido que disputa. Acevedo mejora, Barkero gritó al marcar un formidable gol para arrojar de su cuerpo la rabia contenida...
Interesante el cambio del equipo que dio la talla en Mallorca y consiguió una importante dosis de moral para creerse realmente sus expectativas. Exactamente igual que Paco Herrera, con vaivenes en las últimas semanas y la sensación de que estaba a punto de arrojar la toalla por no encontrar la forma de jugar al fútbol con la plantilla que tenía.
Pero este es simplemente un primer paso, un alivio que debe asumirse con satisfacción y felicidad. Para recibir como un candidato al ascenso a la Ponferradina y demostrarle a toda la Segunda División que "la Romareda no se toca" y que ganar aquí ya no está al alcance de cualquiera. Disfrutemos con la goleada, busquemos síntomas positivos y aseguremos cada partido hasta situarnos en la lucha por el ascenso.
¡Felices Fiestas del Pilar, amigos!

Por un momento creí que todo iba a continuar de la misma manera. Después de una salida poderosa, el equipo se vio incapaz de superar a un ...

Por un momento creí que todo iba a continuar de la misma manera. Después de una salida poderosa, el equipo se vio incapaz de superar a un Tenerife que deseaba jugar al fútbol y que buscaba a su referente ofensivo entre los errores de la zaga blanquilla. Paco Herrera había cambiado algo pero no era suficiente, porque el gol no llegaba. Cidoncha y Barkero rechinaban en una alineación donde Rico se instalaba con entereza y Henríquez apuntaba buenas maneras.
Fue con Víctor Rodríguez y Movilla sobre el terreno de juego, ya en la segunda parte, cuando el Real Zaragoza fue mucho más peligroso y letal. El chaval dio un recital, formando un excelente trío de ataque con Montañés y el chileno Henríquez, indicando que su titularidad es fundamental. Cinco jornadas después se vio otra cosa, más alegría sobre el terreno de juego y un argumento sólido para confiar en la victoria.
Es verdad que el Tenerife es un conjunto muy débil, sin apenas consistencia y que se hundió al recibir el primer gol. No es menos cierto que en la primera parte aparecieron los fantasmas del arranque de la temporada, con cada oportunidad de los insulares. Pero los partidos duran noventa minutos y lo importante es el resultado final, que fue inapelable para el Real Zaragoza.
Los asistentes no llegaron a los doce mil; la afición está todavía indignada por los abundantes errores cometidos y la actitud de los dirigentes del club. Es una lástima porque muchos se perdieron a José Luis Violeta acompañado de otros ex futbolistas de un Real Zaragoza glorioso, volver a pisar el césped de la Romareda. "El León de Torrero", siempre con una sonrisa dibujada en su rostro, buscando las cosas buenas de la vida pese al rigor de un invierno permanente en los últimos años del zaragocismo.
Tocan momentos duros, no sabemos si esta victoria significará el comienzo de un ciclo diferente o quedará en una anécdota, pero tenemos que disfrutar de la victoria y manifestar el mismo talante positivo de José Luis Violeta, un símbolo, un referente.