Conviene fijar la mirada al frente y no suspirar por aquello que ya es historia, o incluso regodearse en los errores del pasado más reciente...

Conviene fijar la mirada al frente y no suspirar por aquello que ya es historia, o incluso regodearse en los errores del pasado más reciente. Ambas cosas tienen muy poco de positivo y no nos conducen a ningún sitio. Solamente con los fracasos se consigue ser más humilde y se aprende para construir desde el conocimiento y la experiencia. Pero no significa que sea una vacuna para no volver a cometer equivocaciones ya que nuestro camino lo hacemos nosotros mismos. Quiero decir con todo este preámbulo que a mí también me gustaría que el Real Zaragoza fuese líder destacado de Segunda División; más aún, que jugase ya en Primera, que no hubiera descendido nunca, que jamás Agapito Iglesias se hubiera cruzado en el camino del club...
Una vez derramadas lágrimas de impotencia y de rabia, asumiendo que esta temporada ha sido sacudida por crisis deportivas inesperadas, vamos a posar el balón en el suelo y a intentar jugar al fútbol. Tenemos tiempo para el ascenso, se recuperarán jugadores, bajarán de nivel algunos de los equipos que ahora están arriba. Confío en el juicio, la experiencia y el futuro de Narciso Julía al frente de la dirección deportiva. Sé de su preparación y de su trabajo durante estos años y le recuerdo de sus muchos años como jugador y técnico en el Real Zaragoza. Puede que me equivoque, solamente es una impresión, pero me parece que tiene las ideas muy claras y que, si todos le ayudamos, construirá una infraestructura necesaria para el conjunto blanquillo.
A Lluis Carreras no le conozco, no tengo criterio sobre sus posibilidades como entrenador. Si le va a venir grande o no este banquillo o si, por el contrario, este reto le hará crecer como persona y como técnico. Buenos amigos vinculados al fútbol catalán me hablan muy bien de él, pero solo me limito a trasladar públicamente sus impresiones, no tengo más referencias que de terceros. Ya es entrenador del Real Zaragoza y, simplemente por eso, merece nuestro apoyo y acogida inicial. Si le viene grande el cargo, si no soporta la presión, si no consigue la confianza de la plantilla y del director deportivo, el tiempo lo dirá. El domingo tiene un reto importante porque el partido contra la SD Huesca tiene mucho morbo y va a concitar una tremenda expectación. Pero la Liga no terminará el 3 de enero y, pase lo que pase, habrá que seguir luchando por el retorno a Primera.

Estamos a tan solo un encuentro para terminar 2015 y las expectativas siguen intactas de cara al ascenso pero no son tan positivas ni estimu...

Estamos a tan solo un encuentro para terminar 2015 y las expectativas siguen intactas de cara al ascenso pero no son tan positivas ni estimulantes como esperábamos. La irregularidad en la Romareda provoca que no se llegue a tocar la primera plaza y eso desilusiona a una afición que se encuentra crispada por el curso de los acontecimientos. El empate contra el Numancia, por cómo se produjo, molestó a los seguidores blanquillos que animaron hasta el final pensando en que se podía conseguir por la épica una victoria fundamental para cerrar el año en casa. Pero ni Pedro ni Jorge Díaz estuvieron acertados a la hora de batir a Munir en los últimos instantes del encuentro.
Y fue una lástima porque el Real Zaragoza jugó la primera hora del partido con suficiente solvencia para neutralizar a los sorianos y ponerse 2-0 en el marcador. Pero el golpe emocional que supuso el 2-1 nada más conseguir Ortuño su sexto gol como blanquillo, sumado al bajón físico del equipo y a los escasos recursos en el banquillo, rompieron el partido. Fue de ida y vuelta, con mucho desgaste, proporcionado ocasiones a favor pero especialmente en contra, lo que dejaba sin argumentos un centro del campo que sufría demasiado con el aire fresco impelido por Jagoba Arrasate con los cambios desarmó a los jugadores de Ranko Popovic. La Romareda sangra y eso es un grave problema.
No hay duda que la plantilla no es tan eficaz como se valoraba al comienzo de la Liga; además de las bajas de larga duración de Jaime y Wilk, las lesiones de Hinestroza, Pedro, Diamanka Marc Bertrán  y Manu Herrera han dejado sin sus mejores hombres al equipo aragonés. Tardó también en formar parte de la alineación titular Erik Morán y futbolistas como Jorge Díaz y Abraham no han respondido a las expectativas levantadas.
Pero, sobre todo, falta gol. Y la capacidad realizadora se paga porque es fundamental de cara a las victorias. Si es imprescindible cerrar la portería, y eso lo ha hecho bien el Real Zaragoza, no es menos cierto que la definición resulta implacable en una apuesta segura por el ascenso. Por eso creo que todos los objetivos, al margen de la popularidad y capacidad de Popovic, deben de centrarse en conseguir un delantero con olfato que marque las ocasiones que se crean y que se desperdician tan claramente como el domingo pasado.
Se trata de rebajar la tensión, de que no se nos vaya el asunto de las manos y de permitir que trabajen tranquilos el cuerpo técnico y los jugadores, además de animar a los responsables de la estructura deportiva del club a buscar soluciones para contratar un goleador y dar en el clavo.
El domingo en Tarragona nos jugamos mucho, más de lo que parece. En el peor de los casos, una victoria nos dejaría como hasta ahora; es decir, a un tiro de piedra de la segunda plaza que da derecho al ascenso directo. No podemos desanimarnos, ni cansarnos, ni tirar todo por tierra. El éxito se encuentra en la paciencia, la tranquilidad, la sangre fría y en el trabajo constante. Y eso es algo que debe asumirse con inteligencia, sin dejarse arrastrar por pensamientos negativos que nos condenen a la desidia.

Volvemos a estar como al principio, envueltos en la decepción y sin la seguridad de llegar a conseguir nada si continuamos como hasta ahor...

Volvemos a estar como al principio, envueltos en la decepción y sin la seguridad de llegar a conseguir nada si continuamos como hasta ahora. Otra vez ha caído el Real Zaragoza en la Romareda demostrando que carece de gol, que no sabe resolver las adversidades y que está muy lejos de un ascenso directo que cada vez parece más intermitente y complicado. Es una putada que te marquen un absurdo gol incalificable para un equipo como el blanquillo en el primer minuto del partido; tampoco es de recibo que el "venido arriba" árbitro de la contienda, señale un penalti que pone los pelos de punta a cualquier aficionado que se precie. Todo eso es verdad, como también que excepto un rato en la primera parte, los jugadores no han sabido llegar al marco adversario con garantías de éxito de cara al gol y que el Valladolid haya jugado con absoluta comodidad, especialmente con los cambios introducidos por el técnico.
Cuando el Real Zaragoza encaja un tanto parece imposible remontar el partido y muy difícil empatarlo. Y mucho menos en casa, donde la fragilidad es alarmante como demuestran los resultados. Convendría darle una vuelta de tuerca a la idea de fichar un delantero que marque goles porque Ortuño ha vuelto a su escasa capacidad realizadora del comienzo de la temporada y Ángel no termina de encontrar su posición en el terreno de juego, excesivamente alejado del área adversaria. La entrada de Pedro en la posición de Diamanka solamente ha parecido tener cierto efecto en la primera parte, pero no hay quien sea capaz de recibir los pases de gol con garantía de éxito.
Otra vez parecía que podía pasar una semana jugando el equipo sin que marcase un gol y sin soluciones desde el banquillo. Estar en el filo de la navaja en busca de no encajar goles y así puntuar no es suficiente para ascender y no sé si para luchar por la promoción. En esta Segunda División tan vulgar e igualada no cabe la mediocridad y la falta de valentía.
La derrota de esta mañana es un importante paso atrás en la lucha por el regreso a Primera y me deja muy vacío sobre las expectativas de futuro. Es posible que sea por la mala leche que se me ha puesto por la derrota, pero es una reacción tan humana como lógica y que espero se vaya disipando a medida que pasen las horas.

Es evidente que el espectáculo del balompié no es simplemente disfrutar de la belleza del juego. Consiste en ganar, en trasladar nuestras ...

Es evidente que el espectáculo del balompié no es simplemente disfrutar de la belleza del juego. Consiste en ganar, en trasladar nuestras debilidades, tristezas y miedos, en un puñado de futbolistas que representan un escudo compartido por miles de personas. Trasladar la guerra diaria en pequeñas satisfacciones que podamos compartir con los demás. Porque la hermosura de un deporte que se atrinchera delante de su portería para evitar perder es algo que ni existe, ni existirá. Empatar para no perder es la negación del éxito en beneficio de compartir una mediocridad que, con suerte, nos dará el derecho de un ascenso que es más que una obligación para el Real Zaragoza.
El domingo, en Montilivi, vimos la otra cara de un equipo que anda muy justo de calidad, que no sabe a lo que juega y que encuentra en medio de otro grupo de equipos que juegan a lo mismo y que pretender estar cerca de la cabeza sin arriesgar. Por eso, el encuentro de hace unos meses en la capital gerundense que significaba el pase a la última eliminatoria de los play off, nada tuvo que ver con lo presenciado el sábado en Gerona. Allí era un partido a vida o muerte, donde no había nada que perder. Y la moneda cayó del lado del equipo que más arriesgó...
Era la tercera vez que volvíamos en un año natural al campo catalán. Allí vimos hace unos meses a Artur Mas, con su indeleble sonrisa dibujada en su rostro que parece tan postiza como una moneda de tres euros. Desde el mismo sorprendente lugar, en el tejado del estadio. Con vigas que hacen de separador, sin mesas para colocar los aparatos técnicos, sin luz cuando se hace de noche y las graciosas escaleras de mano que te dan acceso al "gallinero". Decena de metros de cable para enchufar a la linea de RDSI, la amabilidad de los compañeros de otras emisoras y de los propios empleados del club. El caso es que nada tiene que ver con los grandes estadios de Primera o incluso con algunos de Segunda. Porque el fútbol está roto también en instalaciones e interés. Cuatro mil personas para ver un partido y ya es un acontecimiento.
El fútbol es tan injusto como la sociedad porque forma parte de ella y un microcosmos formidable donde experimentar sensaciones, reacciones, emociones y frustraciones. Y debemos acostumbrarnos a la fealdad y aburrimiento de un juego que solamente se hace grande por la necesidad de compartir algo con los demás.
Bienvenidos a la realidad. Al fútbol sin belleza, como resulta casi siempre en la vida misma.

El Real Zaragoza está eliminado de la Copa del Rey. Se trata de un hecho inalterable y que significa un golpe moral a la historia del club....

El Real Zaragoza está eliminado de la Copa del Rey. Se trata de un hecho inalterable y que significa un golpe moral a la historia del club. Porque fue en la Romareda, en la primera eliminatoria donde intervenía el equipo y ante un adversario de menor cualificación histórica, deportiva, social y hasta económica. Si me apuran, hasta peor sobre el terreno de juego, aunque el partido se disputase a ráfagas y su calidad estuviera en entredicho durante gran parte de su desarrollo. Pero una vez asimilado el dolor y hasta la vergüenza, consiste en extraer lo positivo que nos deja dicho enfrentamiento. Que al final, la Copa iba a ser un lastre en el camino hacia el ascenso, que la afición respondió ante la mala fortuna del equipo y su entrega en la segunda parte, y que apareció un futbolista, Sergio Gil, que merece cuando menos el beneficio de la duda.
Porque las gotas de talento que se vieron anoche en la Romareda las proporcionó el canterano y fueron tan evidentes como alentadoras. No consiste en presionar más de lo debido al futbolista, ni que ahora le pille manía el entrenador por demostrar su capacidad. Solamente que se le concedan las mismas oportunidades que a otros futbolistas y que no las han aprovechado. En obtener un rendimiento para que el beneficio sea compartido y se eleve el nivel de calidad del equipo sobre el terreno de juego. Que se puede y se debe. Es en estos momentos cuando hay que aprovechar las cosas buenas que te deja la adversidad. Y ser receptivos e inteligentes para convertir la necesidad en virtud.
Ahora, sin la Copa, con la confirmación de Sergio Gil y un partido a la vuelta de la esquina, consiste en trabajar, hacer de tripas corazón, salir a por todas el domingo y ganar de manera contundente al Tenerife. Ni más, ni menos. Sin excusas ni paños calientes. En esta ocasión el choque ante los insulares significa una grandísima oportunidad de colocarnos arriba de la tabla para no dejar las posiciones de privilegio. Espero ver intensidad, ganas de tener el balón, contundencia en la zaga, creación en el centro del campo y resolutividad en punta. Y donde no llegue la calidad, que lo supla el amor propio y las ganas.

Sumar los tres puntos el sábado frente al Deportivo Alavés le va a costar la temporada a Jaime Romero. Una buena noticia empañada con un...

Sumar los tres puntos el sábado frente al Deportivo Alavés le va a costar la temporada a Jaime Romero. Una buena noticia empañada con un contratiempo muy grave que deja tocada la plantilla con uno de sus mejores hombres con rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, esguince del ligamento colateral interno y rotura de menismo externo. ¿Qué pasará ahora? ¿Se podrá ascender sin Jaime?¿Se fichará otro futbolista? Su ausencia deja desamparado a un equipo con la moral frágil y en crisis. Una situación muy dura para un Real Zaragoza que no deja de encontrar obstáculos en su camino hacia la Primera División. A todo esto tenemos que añadir el esguince del ligamento colateral interno de la rodilla izquiera de Rubén que le tendrá dos meses de baja.
Volviendo al encuentro del pasado fin de semana, solamente acudieron 16.000 espectadores a la Romareda para presenciar un encuentro definitivo ante el Deportivo Alavés. De esos que lo único importante es ganar y que si lo haces, no tiene más repercusión que los tres puntos. Se jugó mejor en la primera parte, se mantuvo la puerta a cero y se marcó un gol que significó la victoria. Un triunfo necesario que mantiene las distancias con la cabeza pero que deja al equipo incrustado en la zona baja y rozando los números del descenso.
Si me preguntan si mejoró el Real Zaragoza, les diré que sí durante la primera media hora. Me gusta que Erik Morán esté por delante de la defensa y el desorden de Diamanka, que es capaz de hacer cosas diferentes en el centro del campo, dar un último pase e incluso disparar a puerta. También se implicó Ortuño que, además de marcar el gol, realizó un buen trabajo. Además no se encajó ningún gol, lo que cierra la sangría que en el primer mes de temporada penalizaba al equipo.
Los cambios obligados por las lesiones de Rubén y Jaime impidieron que Ranko Popovic propusiera otra dinámica en la segunda parte, donde se cayó el equipo y dio un paso atrás. No es que hiciera mucho el Deportivo Alavés pero se volvió a ver un equipo titubeante y que perdía el balón para refugiarse atrás, en busca de mantener el resultado.
Siendo positivos, el nuevo sistema le da un aire diferente al Real Zaragoza y podemos adivinar a qué juega, pero subyace el grave problema del gol, que es en estos momentos imposible de solucionar. Ángel y Ortuño tienen muy poco acierto y juegan siempre por separado. Yo les pondría juntos, utilizando un 4-4-2 para darle un aire más ofensivo al equipo y sin ceder un ápice en el centro del campo. Pero la única opinión válida y que importa es la del entrenador, que por eso es un profesional titulado y con experiencia, que se juega cada fin de semana su puesto. Este tipo de decisiones no son asamblearias ni deben proceder de la grada ni de la prensa.
En cualquier caso, las ausencias por lesiones (Mario, Pedro, Rubén, Marc Bertrán y Jaime) y por la jornada FIFA (Vallejo y Bono), dejan muy mermado al equipo de cara al próximo compromiso en el Carlos Belmonte, como ya le ocurriera a Popovic la temporada pasada. Y no solamente para la víspera del Pilar.
Veremos cómo se resuelve el enigma.

Lo intentó Ranko Popovic pero no consiguió darle la vuelta a una situación que sigue empeorando cada semana. El empate arrancado en Lugo no ...


Lo intentó Ranko Popovic pero no consiguió darle la vuelta a una situación que sigue empeorando cada semana. El empate arrancado en Lugo no es suficiente y demuestra que el Real Zaragoza es incapaz de ganarle a nadie esta campaña. A lo sumo, jugando bajo el amparo de su afición y en una remontada épica superado el tiempo reglamentado hace ya varias semanas contra el Almería. Y así no puede plantearse una temporada donde se ha tenido el tiempo suficiente para armar una plantilla en condiciones para asumir el reto del ascenso. Ahora ya no parece tan completo el grupo donde falta un delantero centro goleador al margen de mayor inteligencia en el centro del campo para construir un fútbol mucho más ofensivo.
Después de una semana donde las declaraciones se han producido sin la presión de los medios de comunicación y han sorprendido a la afición, solamente queda claro que existe un tremendo nerviosismo dentro del club y que hay diferentes líneas de opinion en el consejo. Encendió la mecha Ranko Popovic antes del encuentro ante el Córdoba discriminando a los zaragocistas de los anti zaragocistas entre la afición y la prensa local. Y ni el técnico ni el equipo dieron la talla contra los andaluces y los navarros. Fernando Rodrigo pecó de ingenuo tras la derrota contra Osasuna y Martín Gonzalez fue demasiado impulsivo al organizar una improvisada rueda de prensa donde casi ofrece su cargo al club sin una comunicación previa con sus directivos.
Todo se hubiera resuelto con un cambio de actitud sobre el terreno de juego de Lugo, con una victoria que animase de nuevo a la afición. Pero el equipo terminó pidiendo la hora en otro final de partido donde los cambios no mejoraron en absoluto lo que se vio hasta la segunda parte en el estadio gallego. Y con seis puntos de dieciocho no está ni el entrenador, ni la plantilla, ni el director deportivo, cualificados para sacar pecho o pedir paciencia.
En consecuencia y exigiéndoles a todos menos protagonismo en sus declaraciones, consiste en trabajar más y mejor. Mordiéndose la lengua y entrenando con un esfuerzo mayor y con una mente mas abierta para sumir los cambios que sean necesarios para ganar. Es decir, menos tonterías y mejores resultados de una vez. Que para broma, ya vale.

Lo intentó Vallejo al final del partido pero no estaba el horno para bollos. Se marchaba el equipo cabizbajo y hundido a los vestuarios y ...

Lo intentó Vallejo al final del partido pero no estaba el horno para bollos. Se marchaba el equipo cabizbajo y hundido a los vestuarios y el capitán zaragocista llevó a sus compañeros cerca de las gradas para saludar a la afición. La gente está cansada, harta y sin ganas de gestos. Dos derrotas son demasiado, más cuando son en la Romareda y mucho más si la ultima es contra Osasuna. El crédito se ha terminado, las gradas del estadio municipal ya ha encontrado al culpable y pronto, si no se da un giro copernicano, los silbidos no solamente irán contra Popovic sino contra el palco presidencial.
Después del partido de esta mañana el Real Zaragoza está ya a siete puntos del líder (sorprendentemente Osasuna) y asomado al descenso a Segunda B. Lo que significa un insulto y una afrenta al zaragocismo, que observa atónito el lamentable juego blanquillo que no ofrece ningún tipo de estructura ni de planteamiento. Ni con Pedro ni sin él, ni con Hinestoza y Jaime en las bandas, ni con Vallejo en el centro de la defensa, ni con la vuelta de Aria, ni con la presencia de Erik Morán. Ángel y Ortuño no dan sensación de peligro y apenas entran en juego. En definitiva, un desastre absoluto que no da la sensación de que se vaya a resolver por sí mismo; las cosas se joden solas pero nunca se arreglan solas. 
Estoy muy preocupado porque, si no se pone fin a esta sangría, nos vamos a caer con todo el equipo. Aún se puede reconducir la situación si se toman las medidas pertinentes. Sin que le tiemble el pulso al consejo de administración tome la decisión que tome. Pero no es momento de esconder la cabeza bajo el ala porque por sí misma la situación va a cambiar. Y ya es hora de que dejen de pintarnos la cara en la vetusta Romareda cualquiera de los equipos de Segunda que visiten nuestro estadio. Querámoslo o no, este Real Zaragoza está cayendo en picado. Y hay que evitar el descalabro.

Se han disputado solamente cuatro jornadas de Liga y ya estamos atravesando la primera crisis de la temporada. La Romareda pide la sal...

Se han disputado solamente cuatro jornadas de Liga y ya estamos atravesando la primera crisis de la temporada. La Romareda pide la salida de Ranko Popovic del club después de jugar su equipo un encuentro muy desafortunado en casa. La teoría de hacer fuerte el estadio municipal se ha vuelto a romper hecha añicos y otra vez el coliseo zaragozano parece una ubre maternal que amamanta a todo aquel que rodee sus labios en ella. Ni se juega al fútbol, ni se defiende, ni se crea, ni se ataca. El balón se entrega al adversario y se espera que la calidad de Pedro, la velocidad de Jaime o el oportunismo de Ángel signifiquen el gol del triunfo. O que de una jugada a balón parado alguien meta la cabeza con fortuna. Pero eso no ocurre siempre porque solamente cuando se juega bien al fútbol, a veces se gana.
Da la impresión que no hay un esquema definido de juego ni una idea concreta de cómo afrontar cada partido. Pero esto no es nuevo, porque ya ocurría con Victor Muñoz, Paco Herrera o Manolo Jiménez,  por poner los ejemplos más recientes de un banquillo que parece maldito. Como pasara la temporada anterior, parece que cualquiera de los adversarios tiene un sistema propio; mejor o peor, con más acierto o menos, pero que todos los futbolistas saben lo que tienen que hacer en cada momento.
Ya desde el principio se le entregó el balón a los andaluces, que fueron tácticamente mejores que los blanquillos sin ningún tipo de planteamiento coherente. Con cuatro hombres atrás y un doble pivote defensivo, apenas se evitaban las incursiones por las bandas y al contragolpe del Córdoba, que también eran superiores en los balones colgados. Esto dificultaba la creación en el centro del campo y dejaba únicamente a Rubén y Cabrera como pateadores sin que Ángel tuviera el más mínimo contacto con el balón y que fueran solamente un adorno Pedro, Jaime y Jorge Díaz. Un equipo vacío y sin salida de balón que se vino abajo con el tanto de Pedro Ríos que pasado el primer cuarto de hora ya ponía por delante a los andaluces.
En la segunda parte la salida de Ortuño, Erik Morán y Abraham le dio algo de control de balón y profundidad al Real Zaragoza, que no supo aprovechar sus ocasiones. También es posible que el Córdoba se desentendiese del balón y buscase llegar sin problemas con el triunfo al final del encuentro, pero la impresión que daban los blanquillos es que podían estar jugando tres días y que jamás obtendrían el premio del gol. Se terminó defendiendo el área propia, agotados los jugadores y sin capacidad incluso de intentar ganar por la heroica, como hace quince días. 
Es muy pronto para arrojar la toalla, para abandonar, para despedirse del ascenso. Pero habrá que trabajar sin descanso y reconocer los errores, dejarse de protagonismos y de actitudes personalistas. Poniendo exclusivamente como horizonte el Real Zaragoza con mayúsculas y en el único objetivo para el que todos estamos luchando, en la medida de nuestras posibilidades.

La Romareda, lejos de presentar su mejor aspecto, volvió a rugir el sábado para amedrentar a un adversario que lucha por el regreso a Prim...

La Romareda, lejos de presentar su mejor aspecto, volvió a rugir el sábado para amedrentar a un adversario que lucha por el regreso a Primera División y para celebrar el triunfo. Que se produjo por la mayor confianza y fe del Real Zaragoza, superior a un Almería que pensó en dormir el partido cuando le dio la vuelta al marcador en la segunda parte. Pero los partidos duran más de 90 minutos y cambian su signo según el empeño de los contendientes. Y el equipo aragonés buscó la victoria hasta el final.
Jaime es un futbolista determinante por su velocidad y por su capacidad de sorpresa y, mientras no se lesione, un valor fundamental para desequilibrar cualquier defensa. Pedro es el futbolista de mayor calidad aunque a veces se empeñe en hacer las cosas más difíciles de lo que son. Ángel tiene el gol en su ADN y seguramente será un elemento básico para encontrar el gol aunque la contienda se atasque. Y por lo visto en la pretemporada, Hinestroza tiene asegurada una de las bandas. Con esos cuatro futbolistas el Real Zaragoza parece letal en el arranque de la temporada.
Con Dorca como el primer hombre por delante de la defensa, Wilk es un seguro a la hora de amarrar pero los árbitros le han leído ya la matrícula. Erik Morán es un futbolista más creador y con capacidad de unir el centro del campo con el ataque, especialmente en casa. No sabemos nada de Diamanka, que apenas ha aparecido en favor de un Aria que promete pero que no cumple hasta el momento.
Y atrás, a la espera de Manu Herrera, Marc Bertrán le da un plus de calidad a la defensa mientras en la otra banda espera Abrahan Minero su oportunidad para luchar con Diego Rico por un puesto. Cabrera es todo corazón y además se ha convertido en el goleador blanquillo mientras me sorprende que Vallejo no haya tomado todavía la batuta de mando en detrimento de Rubén, con Mario lesionado.
Así las cosas, Ranko Popovic también tendrá que asimilar su enorme responsabilidad y además de ser un formidable animador y líder en el vestuario, tomar las mejores decisiones durante el partido. Frente a la UD Almería acertó con los cambios, algo que no ocurrió en Miranda. Él debe mantener la sangre fría y la mente despejada en este proyecto que nos debe devolver a Primera División.
El camino que se debe seguir para ello estuvo marcado en la segunda parte del choque ante los andaluces. Y fue reconocido por un estadio que creyó en el equipo e hizo suya su ilusión para sumar la primera victoria de la temporada. Porque, en realidad, lo único importante es ganar.

Estamos ya en el ajo y parece que no nos ha sentado bien el primer viaje de la temporada. Acudimos con tristeza a Anduva con el sentimient...

Estamos ya en el ajo y parece que no nos ha sentado bien el primer viaje de la temporada. Acudimos con tristeza a Anduva con el sentimiento atravesado por el adiós de Valeriano. El "pirata" no podrá ver el ascenso con sus ojos terrenales que se cerraron horas antes del arranque de una Liga que promete ser la del regreso a Primera División del Real Zaragoza. Se marchó con discreción, evitándonos el sufrimiento de una agonía que no deseaba que padeciésemos sus amigos. Estaba cada vez más débil pero siempre parecía emerger de un destino que le atrapó, como lo hará con todos nosotros.
Fueron nueve años de trabajo codo a codo en la antigua Radio Zaragoza, en su mejor momento como reportero blanquillo de Heraldo de Aragón. Asumí desde el primer momento, allá por 1991, que era un personaje singular y que la base de nuestro éxito consistía en dejarle trabajar sin ponerle trabas, horarios ni obligaciones más allá de su entrega absoluta al periodismo deportivo. Con formas y maneras que a veces no compartía, pero con la convicción de su lealtad. Al ser colaborador de la radio se debía esencialmente al periódico, pero siempre me adelantaba las noticias que había podido conseguir antes de publicarlas, aunque no pudiera contarlas por la radio. Pero eso me permitía interpretar posteriormente la noticia y mejorarla una vez escrita.
Por culpa de un personaje vulgar, sin personalidad y cegado por la soberbia, no pudo llevar en su hombro el inalámbico la mágica noche de París en el Parque de los Príncipes. Muy a pesar suyo nos dejó solos a mi padre y a mi, sin poder contar lo que más le hubiera gustado. Yo lo entendí y jamás comentamos el hecho, que le dolió a él más que a mi. Pero son inolvidables los recuerdos de centenares de viajes, de anécdotas marcadas por la sonrisa y el buen humor. Me aconsejó bien, nos teníamos respeto y cariño, aunque en los últimos años apenas encontrásemos tiempo para hablar. Las prisas, el trabajo, seguir haciendo cosas... es una lástima que no hubiera abierto un paréntesis para saborear una copa con él y compartir tantas cosas que nos unían. Otra enseñanza más para incorporar a nuestra vida diaria, marcada por la exigencia y la rutina.
Valeriano no saltó el domingo con el gol de Cabrera ni se cabreó con el empate. Ya está en otra onda, la de disfrutar de las cosas que realmente importan y de dar pistas a sus amigos para que seamos más felices. Y en esa linea me gustaría decir que debemos ser exigentes pero tener paciencia, que el ascenso no se consigue mañana, ni en octubre, ni en marzo. Y que vamos a estar en un carrusel que nos llevará un día a la esperanza y a la ilusión y otro a los abismos, pensando en que tampoco esta campaña subiremos.
Calma. que llegaremos al final con las suficientes opciones para el ascenso. Y seguramente sin comprender muchas cosas de las que ocurren en este entorno zaragocista.

No ha sido un buen año. Se han unido situaciones difíciles a una vida ya de por sí difícil y que han evitado momentos necesarios de reflexió...

No ha sido un buen año. Se han unido situaciones difíciles a una vida ya de por sí difícil y que han evitado momentos necesarios de reflexión y toma de decisiones. Pero dentro de la batalla es imposible reaccionar muchas veces con la frialdad de la perspectiva porque tu único objetivo es salvar la vida. Se llegó hace casi un mes a un final futbolístico impensado durante el invierno y que llevó a la ilusión de conseguir un ascenso para el que quizás el Real Zaragoza no estaba preparado.
La gesta de Montilivi y el triunfo ante la Unión Deportiva Las Palmas en la Romareda dispararon las expectativas y se volvió a la intensidad que la afición del Real Zaragoza había perdido tras las dentelladas de los últimos años.
Seis minutos nos separaron del regreso a Primera División. Faltó fuelle, poso, inteligencia y confianza. El equipo insular fue superior y mereció un ascenso que también se había ganado durante la temporada regular. Pero el doloroso proceso posterior al partido fue compensado por la actitud de los seguidores canarios que reconocieron a los dos centenares de aficionados blanquillos, a los que aplaudieron mientras abandonaban el recinto deportivo. Se mezclaron abrazos, cánticos y buenos deseos que dejaron lo mejor del fútbol en esos momentos de zozobra.
Y así terminó una historia que enseguida se ha enlazado con el arranque de la pretemporada. Con las diferentes impresiones sobre la campaña de abonados en la afición, la mejoría de la situación económica para fichar, la llegada de un grupo de jugadores contrastados para el proyecto del ascenso y las dificultades del consejo de administración para retomar sus deseos de gestionar el estadio con la nueva corporación municipal salida de las urnas.
Ya estamos en el arranque de la petemporada, Falta poco más de un mes para el arranque de la liga en Miranda de Ebro. Y con un par de semanas de descanso, ya he comenzado a diseñar la temporada deportiva en Aragón Radio, donde el 28 de agosto cumplimos diez años. Espero comenzar un nuevo ciclo donde recuperemos las ilusiones de hace una década con la experiencia de estos dos lustros y el crecimiento personal y profesional de todo este tiempo. Quiero llegar en mi mejor momento al 28 de febrero de 2016, que cumpliré mis cuarenta años dedicado a la comunicación, a este increíble oficio de contar las cosas que pasan compartiendo mis emociones con aquellos que me escuchan.

Hace varios meses que no tengo la oportunidad de utilizar este medio discreto e íntimo para expresar mis sentimientos. La temporada ha sido ...

Hace varios meses que no tengo la oportunidad de utilizar este medio discreto e íntimo para expresar mis sentimientos. La temporada ha sido larga y con altibajos, pero la verdad es que han sido tantos los frentes en los que he tenido que luchar que me ha sido imposible estar en todos ellos. La nostalgia se unió a la melancolía y al atropello de tantas cosas por hacer, lo que me ha cerrado el camino a una reflexión periódica y profunda.
Restan cuatro jornadas para el final y todavía quedan opciones para que el Real Zaragoza se clasifique en sexta posición y dispute la promoción. En realidad depende de sí mismo, pero las lesiones y las sanciones vuelven a castigar a un equipo incompleto y cansado, sin apenas fuelle para asumir tres partidos en ocho días. A ratos soy optimista y creo firmemente en la disputa de unos play off apasionantes (si tenemos en cuenta de dónde venimos, no lo que hemos sido), pero en ocasiones pienso en que la desgracia nos persigue y que volveremos a quedarnos muy cerca pero que no llegaremos a conseguir el objetivo.
Estoy preparado para el ascenso y para repetir un año más en Segunda División. Regresar al primer plano del fútbol significaría un alivio, un suspiro, cambiar una dinámica de sufrimiento que dura demasiado. Pero seguir en el pozo del balompié ibérico tampoco sería tan duro como el descenso; a todo nos acostumbramos y consiste en luchar desde el principio por volver a Primera.
Lo que considero necesario es cambiar el prisma de mi propio trabajo y de mi vida personal, que apenas ha existido desde el pasado mes de agosto. Tanto correr para no llegar a ningún sitio, tantos esfuerzos en vano, tan pocas satisfacciones después de un trabajo permanente y abnegado, no pueden volver a repetirse. Pero hasta que no sepamos nuestro futuro personal y colectivo, es imposible trazar un plan y proponerse una hoja de ruta.
Por eso, tengamos paciencia y mantengamos la calma y la perspectiva estas próximas semanas que van a ser fundamentales para las decisiones que se tengan que tomar. Con una amplia sonrisa, el suspiro de la abnegación y el deseo que la luz se abra paso en la oscuridad de un
túnel demasiado largo y oscuro.

El  final y el comienzo del año se solapan sin apenas tránsito para el cambio. Se trata de un mero trámite, de un arrancar la hoja del calen...

El final y el comienzo del año se solapan sin apenas tránsito para el cambio. Se trata de un mero trámite, de un arrancar la hoja del calendario. Sin tiempo para actuar y con muchas cosas por hacer que no has tenido la posibilidad de terminar unas horas antes. Después de sumergirte en los debidos compromisos familiares y sociales, donde también te ves obligado a atar los cabos sueltos de un trabajo que nunca termina, el regreso a la actividad está marcado por la ansiedad de recuperar las horas y los días perdidos en un mes de diciembre lleno de actividad.
Dejamos 2014 con un empate en Miranda de Ebro y recibimos 2015 con la visita del Valladolid. Arriba en la tabla desde el comienzo y que le infligió al filial del Barcelona la goleada más escandalosa de la temporada para cerrar el año en el Nuevo Zorrilla. Con las dudas de siempre en la defensa y la inevitable sensación de incertidumbre de las últimas temporadas. No conseguir los tres puntos sería un golpe de importancia para aspirar a un ascenso tan imprescindible como complicado en una temporada diferente a la de los últimos años.
Mientras escribo estas líneas tengo la televisión encendida y de fondo, como siempre, el concierto de Año Nuevo. Desde siempre he pensado en el placer que debe significar encontrarse en Viena el 1 de enero junto a un puñado de elegidos para disfrutar de algo tan familiar como irreal de vivir en persona. Es como si el tiempo no pasara, como si se hubiera detenido en un bucle extraño donde ocurren cosas diferentes mientras sigues dando las mismas vueltas a todo. Entonces es cuando te ves más viejo, con ausencias a tu alrededor y algunas ilusiones emergentes que te permiten seguir adelante. Siempre encuentras la ayuda de alguien próximo a ti que te permite renovarte, siempre esperas la llamada inesperada que cambie tu vida, siempre buscas la sonrisa perdida que te permita pensar en una aventura... 
Otro año más; será el número 39 de mi carrera profesional que cumpliré el próximo 28 de febrero. Y aunque falta poco para que mi larga aventura termine, se abre un final apasionante con un montón de ideas y posibilidades que me permiten superar la monotonía, el cansancio y la soledad que en muchos momentos me invaden. Es el momento de seguir adelante, de buscar nuevos objetivos, de mantener intactas las realidades que ya tienes, de recordar sin nostalgia el pasado para aprender de las decisiones equivocadas. 
Feliz 2015, queridos amigos y cómplices, aunque a la mayoría no os conozca. Pero con la satisfacción de haberos acompañado en vuestro trabajo, estudiando, en la carretera, en las vacaciones, en momentos de frustración, de alegría, de dudas, de éxitos y de fracasos. Entre las sábanas mientras os refugiábais en el sueño, en los despertares, en los momentos más íntimos, en la mesa con vuestra gente, en un campo de fútbol o en una cancha de baloncesto, en internet, por la radio, a través de las imágenes de la TV, en las páginas de un periódico o de un libro, saludándome por la calle...
Ojalá este próximo año nos aporte aquello que necesitamos y que, como os decía ayer en facebook y Twitter, no os sorprenda tanto que consigáis lo que deseáis. Porque, en ocasiones, alcanzar una meta deseada con pasión obsesiva, significa no saber qué hacer con ella cuando se tiene entre las manos.