Una nueva desilusión, aunque parece que recibida con resignación por el público que acudió el sábado a la Romareda. El coliseo zaragozano ...

Una nueva desilusión, aunque parece que recibida con resignación por el público que acudió el sábado a la Romareda. El coliseo zaragozano hace mucho tiempo que no es inexpugnable y cualquiera saca rendimiento de un lugar que ya no impone respeto. El Málaga, sin apenas rematar a puerta y con suma facilidad, se llevó los tres puntos ante la inoperancia ofensiva de los blanquillos y con errores puntuales que cuestan derrotas dolorosas. La sombra de las ausencias es demasiado alargada y que no jugara Apoño restó creatividad en el centro del campo, donde solamente aguantó media hora Romaric. Así, aunque José Mari trabaje y ocupe una gran superficie en la zona medular, Pinter sigue sin saber ubicarse y es imposible nutrir de balones al solitario Postiga.
Es cierto que Roberto apenas recibe disparos a puerta, que Álvaro tiene muy buena pinta y que Montañés o Víctor Rodríguez han respondido al reto de jugar en Primera División. Pero no es suficiente. Falta liderazgo, madurez y definición. Intentar por la heroica situar a Ortí y Aranda como atacantes para encontrar el empate por aplastamiento no resultó. Se crearon menos ocasiones incluso que en la primera parte, donde hubo más llegada y presencia en el área malacitana.
Se echó de menos la presencia de Babovic, que si estaba incluido en la convocatoria era porque podía jugar. Desde la segunda linea hubiera sido más efectivo el ataque, sin romper en dos el equipo. Pero esto es hablar en hipótesis porque a toro pasado es sencillo acertar y nadie sabe lo que podía haber ocurrido.
Jiménez se quejó del estado del terreno de juego, de la falta de elementos en su plantilla que le otorguen la competitividad necesaria para ganar los partidos. Y dejó muy claro que el objetivo era eludir el descenso.
Incluso se quejó supuestamente de los comentarios que valoraban la posibilidad de conseguir otros logros de mayor calado. Parecía que se quejaba en este sentido de la prensa, aunque el único que habló de la Europa League fue el presidente ejecutivo, Fernando Molinos. Supongo que las críticas no irían hacia él pero creo que nadie más ha expresado una declaración de intenciones en ese sentido.
No lo sé, pero la situación ya vuelve a ser delicada como en las temporadas anteriores aunque es verdad que la plantilla parece mejor, hay una mayoría de jugadores de origen español y han primado los fichajes en detrimento de las cesiones. Quince días son demasiados hasta que se vuelva a jugar y los dos próximos adversarios son la Real Sociedad y Osasuna, equipos a los que se debe ganar para no hundirnos otra vez en  el pozo de los puestos más bajos de la tabla con el sufrimiento que conlleva arrastrarse por el fango.

La afición del Real Zaragoza ha disfrutado del comienzo de la semana con la victoria en Cornellá y con la ilusión de incorporar a un nuevo...


La afición del Real Zaragoza ha disfrutado del comienzo de la semana con la victoria en Cornellá y con la ilusión de incorporar a un nuevo futbolista. Los triunfos calman la ansiedad y con el equipo en construcción es importante conseguir puntos para no vernos de nuevo en la cola de la tabla.
Stefan Babovic es la sorpresa, viene para completar el centro del campo ofensivo blanquillo con recursos diferentes a los que tienen los actuales medios del conjunto aragonés. Radomir Antic le conoce bien y me ha asegurado que se trata de una excelente adquisición para el equipo de Jimenez. Sale, sorprendentemente, Porcar que parecía estar llamado a progresar en el Real Zaragoza, que se ha "españolizado" con respecto a las últimas temporadas. Tampoco Javi Álamo parece contar con el entusiasmo del técnico andaluz que ha visto, por contra, en José Mari una solución al contratiempo que supone la pubalgia de Romaric.
Así las cosas esperamos la llegada del Málaga con deseos de ganarle al equipo andaluz y empezar a respirar con cierta tranquilidad en una Liga que parece peor que la pasada. Apenas se han realizado fichajes de importancia y el nivel es de perfil bajo, lo que favorece la permanencia de los blanquillos.
Me gustó que Jiménez buscase el triunfo en Barcelona el sábado; hasta ahora, en esas circunstancias, lo normal hubiera sido asegurar el resultado y aguantar hasta el final. Este cambio de actitud me parece muy interesante y digno de reseñarlo. Especialmente cuando salió bien y significó que se marcase el tanto de la victoria.
Sigo cruzando los dedos con fuerza, me resisto a dejarme llevar por la relajación. Espero que la regularidad marque el futuro más inmediato y podamos gozar del fútbol sin el miedo al descenso o incluso la desaparición de las últimas temporadas.

Fue muy gratificante regresar a la Romareda después de un año de exilio forzado por la Liga de Fútbol Profesional. Y con todos los derechos ...

Fue muy gratificante regresar a la Romareda después de un año de exilio forzado por la Liga de Fútbol Profesional. Y con todos los derechos adquiridos a través de todos estos años de coexistencia de las emisoras de radio con el fútbol, sin la aberración de pagar por informar con libertad a través de un medio de comunicación. De los 1.200 euros exigidos pasamos a los 98, que parecen razonables en concepto de utilización de cabina, electricidad, seguridad y demás bagatelas. Volver a respirar el ambiente de las gradas, el contacto con el público y la sensación de formar parte del espectáculo, recargó unas baterías dispuestas a utilizarlas para cantar el primer gol y la victoria blanquilla.
No pudo ser, ni hubo goles ni tampoco victoria. Fue la primera derrota a manos de un recién ascendido con mucho oficio, buen toque de balón y que aprovechó su oportunidad para conseguir el tanto de la victoria. Si exceptuamos el arranque de los zaragocistas al comienzo de cada uno de los tiempos, me dio la impresión que el equipo llegaba muy justo físicamente, sin eficacia ofensiva y con un grave desequilibrio defensivo. Falta mucho para que el conjunto de Jiménez esté hecho y con posibilidades de ser competitivo esta Liga.
La primera, en la frente. Con los destellos de futbolistas como Álvaro, Montañés y José Mari, la regularidad de Roberto y la preocupación por Apoño y Romaric; el primero porque se fundió ya en la primera parte y el segundo porque sus molestias en el pubis le hacen desaparecer del terreno de juego.
Y en cuanto al público, me gustó que la afición respondiese y acudiese más de lo esperado a la Romareda. El ejemplo de los seguidores blanquillos es tremendo y se agranda cada temporada. Pero la afición no juega y las victorias se consiguen sobre el campo, aunque el estado del césped de la Romareda anoche fuera como nunca. Quemado, inrregular, impropio de un club de Primera División.
Otra vez toca sufrir, esperar los últimos fichajes y conceder a los adversarios tres o cuatro jornadas de ventaja.

La llegada de Fernando Molinos se produce con la misma carga mediática y la sincronización de los tiempos que siempre ha impregnado Agapito...


La llegada de Fernando Molinos se produce con la misma carga mediática y la sincronización de los tiempos que siempre ha impregnado Agapito en su mandato. Lo hace después de una duras negociaciones con Manolo Jiménez donde parece que realmente le ha entregado el timón en el plano deportivo. Pero sin hacer declaraciones, al margen de la avalancha de dudas que tantas semanas de reuniones han provocado en la afición. Lo mismo ocurre con el ex vicepresidente deportivo del RCD Espanyol, hombre fuerte del máximo accionista del conjunto perico y que asume un gran reto con su decisión de aceptar la presidencia ejectiva del club aragonés.
Le avala su intachable carrera en su club de toda la vida, donde fue jugador, director deportivo y consejero entre otros cargos en varios ciclos de su vinculación blanquiazul. Pero su futuro está en entredicho por haber sido elegido por Agapito como su prolongación en el Real Zaragoza. Eso es lo que opina gran parte de la afición pese a reconocer la importante proyeccción deportiva y de gestión de Molinos.
El nuevo "hombre fuerte" del Real Zaragoza destaca por su capacidad de diálogo y su tranquilidad. No se prodiga en los medios de comunicación y es un hombre discreto que jamás se ha visto mezclado en asuntos oscuros del fútbol. Buen gestor, con capacidad de diseñar proyectos deportivos razonables y eficaces y sin enemigos declarados en el difícil mundo del balompié nacional.
Sin criticar a su mentor ha dicho que en el Real Zaragoza hay que trabajar de manera diferente y con unos criterios muy distintos a los que se estaban ejecutando. Y asegura que Agapito le va a dejar trabajar, planificar y ordenar el Real Zaragoza sin injerencias de ningún tipo.
Viene, en principio, por una temporada y cobrará por su trabajo. Quizás con el encargo de ser un presidente de transición capaz de crear una estructura de club, organizar la cantera y darle credibilidad al proyecto pese a que siga detrás el máximo accionista.
No lo sé, tengo la necesidad de creer, del mismo modo que aún se iluminaba en mi corazón una tenue luz cuando la razón me decía que íbamos a descender. Quizás de verdad vaya a producirse el cambio y los diferentes movimientos sociales impulsados por la afición zaragocista le hayan hecho abandonar a Agapito, aunque sea porque está ya harto de ser el centro de la atención de una afición que desea disfrutar con su club y le ha demostrado su más absoluta aversión.

He esperado mucho para escribir en mi blog sobre lo que ha ocurrido desde el épico partido de Getafe hasta ahora. He comentado en la radi...

He esperado mucho para escribir en mi blog sobre lo que ha ocurrido desde el épico partido de Getafe hasta ahora. He comentado en la radio y la televisión, he publicado en otros foros mi opinión pero me sentía cansado para aislarme y comentar este convulso final de temporada. Tanta tensión, frustración, esperanza y dramatismo han sido demasiado incluso para mi, que he terminado agotado y con la necesidad de encontrar tiempo para desconectar de la realidad. No ha sido posible porque los programas en la radio continúan, la renovación de Manolo Jiménez nos tiene en vilo y la construcción de la plantilla es algo que nos preocupa a todos. Dispongo de menos efectivos por las merecidas vacaciones de mis colaboradores y tengo por delante la puesta en marcha del Curso de Verano de Periodismo Deportivo en la Comarca de Daroca y el cierre del Título de Experto en Periodismo Deportivo del próximo mes de octubre, ambos con la Universidad San Jorge.
Los días pasan con rapidez y se consumen a sí mismos. La crisis lo atrapa todo y se agarra incluso al fútbol... no sé si la próxima temporada podré acudir a los estadios y normalizar la transmisión de los partidos, deseo contar por lo menos con el mismo presupuesto desde septiembre para llevar a cabo la programación deportiva en Aragón Radio y me gustaría disponer del alumnado suficiente para poner en marcha mis objetivos universitarios.
Disfruté organizando el operativo del 13 de mayo en Getafe, un estudio levantado cerca del estadio y que recibió la visita de centenares de zaragocistas. Quiero agradecerles nuevamente a todos ellos las muestras de complicidad y cariño, su audiencia y el grado de compromiso que han demostrado con el movimiento blanquillo para su agónica supervivencia. Ganar en el Coliseo Alfonso Pérez fue un alivio y nada fácil, como transmitir el partido a espaldas del escenario del encuentro y a través de las imágenes de televisión.
Luego vino la incertidumbre, la presencia en la pieza de calificación de la APARZ, las dudas de Jiménez, el rosario de nombres de ex zaragocistas para componer la comisión deportiva. Las salidas de Esnáider, Luis Costa, Manolo Nieves y Pedro Herrera que dejan huecos por cubrir en un proyecto tan sospechoso como los últimos años.
Fue también muy interesante la respuesta de los ex jugadores, los periodistas, las peñas, los foros, los diferentes movimientos y plataformas que acudieron al auditorio de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión para debatir sobre el futuro del Real Zaragoza. La gente se involucró y dejó muy claro que la única solución sería la salida de Agapito Iglesias de la presidencia porque el paso atrás no se lo cree nadie.
Ahora solamente queda esperar, dejar que los acontecimientos se precipiten y que sepamos cómo se dibuja el futuro del club aragonés. Porque ahora todo son especulaciones y ninguna realidad, lo que obliga a estar muy atentos a los próximos movimientos.

La radio siempre avanza y es capaz de provocar nuevas sensaciones. La experiencia de levantar un estudio en la plaza Eduardo Ibarra, frente...

La radio siempre avanza y es capaz de provocar nuevas sensaciones. La experiencia de levantar un estudio en la plaza Eduardo Ibarra, frente a la Romareda, para transmitir a través de las imágenes de la televisión fue un éxito. Tanto de audiencia, como de experiencia personal con los oyentes, seguidores del Real Zaragoza en un partido trascendental para la permanencia. Es imposible que pueda agradecer a tantas personas que se acercaron al set de Aragón Radio su cariño conmigo y, en general, con mi equipo. En los minutos previos al comienzo del partido, su curiosidad. Al final, la tremenda satisfacción por una victoria que nos da una semana más de vida y que nos permite depender de nosotros mismos en Getafe. Pero en las cuatro horas de programa, su solidaridad con la injusticia y quebranto a la libertad de información que supone la prohibición de la entrada de las emisoras de radio a los estadios. Escuchar el rugido de la afición en el coliseo zaragozano, compartir el nerviosismo, la tensión del momento, la incertidumbre de un resultado, fue muy gratificante.
Me saludaron personas mayores que yo, gente de mi edad, jóvenes y críos que aman en su inocente corazón al Real Zaragoza aunque solamente conozcan el dolor de las derrotas y salvaciones in extremis. Una tarde, que se convirtió en noche, con la luna llena iluminando el cielo sobre la Romareda, y que se prolongó hasta que llegó la madrugada para muchos que celebraron el derecho a seguir sufriendo.
Me molesta que desde Granada se dude del Real Zaragoza. Que se piense que el Athletic, el Levante o el Racing no hicieron lo posible por ganar en la Romareda. A mi me da la impresión que no nos ha regalado nadie nada, como tampoco el equipo nazarí cuando perdió en nuestro estadio. Y que se lancen acusaciones sin pruebas, lo que puede llegar a ser presuntamente un delito. Porque difama, que algo queda. Y no me pareció correcta la actuación de los responsables granadinos en sus declaraciones previas y posteriores, dudando de la honorabilidad de Clos Gómez. Cuando queda claro que fue penalty el placaje y derribo a Cristiano y ellos se metieron el gol en propia puerta. Y los insultos de jugadores que perdieron los papeles, del que le arrojó la botella a la cara al árbitro aragonés. Sobre el origen del colegiado se les llenó la boca hablando de la procedencia zaragozana de Clos, ignorando u ocultando que el trencilla de la Romareda era andaluz. He tenido que soportar los insultos de algunos seguidores rojiblancos, completamente desaforados, que han arrojado la toalla cuando queda un partido por jugar. Lástima que no se tenga la educación y el respeto debido a las opiniones de los demás cuando la comunicación se produce sin mirarse a los ojos. Los hay también ignorantes y acomplejados que comparten mi espacio vital en las redes sociales y se tachan de zaragocistas, limitados en su inteligencia y atormentados por su propia pobreza emocional. Buscando su minuto de gloria y excitados con el contacto en la red a través de twitter.
Por último, y dejándome llevar por la nostalgia, haré referencia a una efemérides, a la muerte de mi padre hace ocho años. Un 7 de mayo, en una mañana luminosa de primavera, en paz con el mundo y con su alma. Poco después de conseguir el Real Zaragoza su última Copa del Rey. Afortunadamente sin llegar a imaginar el tremendo desastre que poco después sufriría el club y que nos ha llevado a un tiempo de tinieblas y amargura. Muchas veces echo de menos consultarle decisiones que debo tomar, conocer su impresión sobre dudas que me asaltan sobre una profesión que es cada vez más complicada en un mundo en crisis y egoísta. Que encuentra solamente la soledad cuando busca desesperadamente comunicarse, pero que es tan soberbia que solamente se escucha a sí misma.

He esperado un par de días para escribir sobre el triunfo del Real Zaragoza en la Romareda contra el Athletic. No quiero que la euforia nub...

He esperado un par de días para escribir sobre el triunfo del Real Zaragoza en la Romareda contra el Athletic. No quiero que la euforia nuble la realidad de los acontecimientos y contamine mi escepticismo. Fue un triunfo importante, merecido y con un gran esfuerzo de los jugadores pero no olvidemos que el equipo bilbaíno llegó con bajas importantes por las rotaciones y con la mente puesta en las dos finales que deben de disputar. Aún debemos ganarlo todo y esperar a lo que hagan los demás, lo que nos deja en una situación precaria para el futuro más inmediato.
Mañana jugamos contra el Levante, un equipo admirable que ha sabido aprovechar al máximo todos sus recursos y posibilidades dándole otro aire a la Liga. No bajarán los brazos en la Romareda y llegarán sin más presión que la que ellos mismos se pongan. Por eso serán más peligrosos ante un Real Zaragoza agotado, con bajas y la necesidad de ganar.
La afición será otra vez muy importante en este partido, como lo ha sido últimamente. Los ánimos desde las gradas cubrirán los vacíos de juego, el cansancio de los futbolistas, la impotencia si el marcador es adverso. Se trata de una gran responsabilidad para los jugadores que saben de la absoluta implicación de la hinchada blanquilla. Y que están en deuda con la gente que acude al campo y crea un ambiente favorable para ellos.
Solamente nos queda esperar, disfrutar con el sufrimiento que nos lleva al éxito, confiar en los jugadores y que los demás fallen. En este doble juego se basa nuestra permanencia, lo que le da más emoción a la jornada.