Hace ya varios días que no me acerco a mis lectores a través de este blog. Cuando se tienen tantas cosas que hacer las prioridades profesi...

Impotencia y máxima preocupación

Hace ya varios días que no me acerco a mis lectores a través de este blog. Cuando se tienen tantas cosas que hacer las prioridades profesionales marcan la devoción. Y ya siento tener desatendido este espacio donde expreso libremente mi pensamiento sin representar a nadie más que a mi mismo. Quizás no haya tenido ganas de ponerme delante del teclado y dejarme llevar por el cansancio y agotamiento que supone este fracaso deportivo del Real Zaragoza. Que suma al social y al económico, que encuentra más profundidad en una crisis que no parece vaya a terminar jamás.
No me parecen afortunadas las declaraciones del presidente, del entrenador o de la mayoría de los jugadores; parece que aquí no pasa nada, que el mal juego es una invención de los periodistas y que la racha de marcadores adversos en una anécdota. Que no estar en posiciones de descenso nos libera de la preocupación y que las cosas se resolverán por sí mismas porque ya toca. Veo que Jiménez está nervioso y no encuentra la solución, que comienzan a dudar sus jugadores pese a los mensajes desde el vestuario y que los propios futbolistas se hunden cuando reciben el primer gol. Un equipo vencido, rendido y sin fe. Que acumula una racha tan vergonzosa como humillante y que no parece tener fin.
Sería deseable que el propio Agapito saltara a la palestra para cesar o confirmar al técnico. Si pretende un recambio, no sería honesto a esperar una derrota contra el Real Madrid en la Romareda. Y si confía en él, tendría que enviar un mensaje rotundo a la plantilla y a la afición para que no haya más especulaciones y se abran frentes en el zaragocismo. Pero el máximo accionista disfruta con la división de la masa social, que se comience a echar la culpa a la prensa, que él se quede fuera de una situación de la que es el mayor responsable. Y así podrá continuar a sus anchas, de espaldas a la realidad y sin ningún respeto hacia las diferentes generaciones de zaragocistas que han colaborado en hacer grande, profundo e importante al Real Zaragoza.
No sé qué va a ocurrir aunque espero que sirva para algo, sea lo que sea. Creo en el orden cósmico y que la vida siempre nos devuelve con creces las bondades o las maldades que cometemos. Quizás sea tan sólo una ilusión o la necesidad de creer en algo que supere la tormentosa verdad que sufrimos. Quizás la llegada de la primavera, haber cumplido recientemente 54 años, tener una tremenda sensación de soledad pese a estar rodeado de mucha gente... Van a ser unos días difíciles. Los superaremos con valentía y decisión.

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La llamada varias veces de Manolo Jiménez a los atributos viriles en la rueda de prensa posterior al partido de Getafe indica que apela ...

Todo es susceptible de empeorar

La llamada varias veces de Manolo Jiménez a los atributos viriles en la rueda de prensa posterior al partido de Getafe indica que apela definitivamente a la heroica. El equipo está desesperado y no parece fácil que se vaya a reconducir la situación. El entrenador no puede hacerse con el control y dirige ahora sus acusaciones a los futbolistas, invitando a saltar del barco a quienes no se dejen las entrañas en el terreno de juego. Pero lo más sensato sería apelar a la calma, a interpretar las señales negativas y a buscar soluciones que procedan de la inteligencia, no de los cojones.
El Athletic de Bilbao y el Mallorca parecen reaccionar; también tímidamente el Deportivo. Ojalá no sorprenda el Celta al Sevilla y nos deje en posiciones de descenso, lo que sería una tragedia a doce jornadas para el final después de una tregua de seis meses de competición, donde muchos miles de seguidores esperaban que el club regresara a la calma, a la creación de un proyecto de futuro, incluso a la paulatina salida del máximo accionista... Todo se ha venido abajo y volvemos a estar como siempre, en la zozobra, en la inestabilidad, en el peligro. Y tiene poca pinta de que vaya a resolverse esto por sí solo, sin ayudas que provengan de la incorporación de nuevos jugadores aprovechando la oportunidad que brinda la Comisión Deportiva de la LFP para el fichaje de dos jugadores del mercado nacional para cubrir las ausencias de los lesionados Zuculini y Javi Álamo.
Hace días que comento que no se ajustarán los machos los jugadores y el propio técnico hasta que no se vean en la cola dela tabla. Que la tensión no les ha estimulado lo suficiente y que se conforman con echarle la culpa a los árbitros, al estado del terreno de juego, a los horarios, a la Copa, a las lesiones y a la mala suerte. ¿No será que no jugamos un pimiento? ¿No será que la apuesta por Romaric ha roto un centro del campo donde tampoco Apoño ha funcionado? ¿No será que hacía falta un cambio de sistema después de tantas derrotas en casa?
Pues ya estamos, con la cara pintada y el culo que nos huele a pólvora. Camino de la Segunda División y, en el peor de los casos, de la desaparición. Otra vez con la angustia subiendo hasta la garganta los apelados cojones a los que hace referencia Jiménez. Con el virus de enero de todos los entrenadores de Agapito, devorado por las falsas promesas y el trabajo hecho a sus espaldas.
El lunes, otra final. Con el Granada tocado y nervioso. Será un día para la gloria de no hundirnos en el fango de la desesperación. Y una semana muy larga donde se hablará de muchas cosas; de todo, menos de fútbol.

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